Argentina: Balance de las elecciones primarias – Profundizar para recuperar terreno y volver a ganar
Los Resultados
FPV mantendría los 38 diputados y 10 senadores que pone en juego y sumaría 1 diputado. Sus aliados le aportarían 7 bancas más, totalizando un crecimiento de 8 bancas con respecto al 2009.
De los 25 diputados que la UCR pone en juego, renovaría 9. De los 4 senadores, sólo 1.
El PRO tendría una merma importante de votos en CABA, y conseguiría renovar sólo 5 de los 8 diputados que pone en juego.
Unión PRO de Francisco De Narváez en el 2009 sacó el 34,70% en Senadores Nacionales, superando a Néstor Kirchner, mientras que hoy logró un magro 11,77%
Siendo un ensayo general, las PASO, y de mantenerse hacia octubre estas perspectivas, los resultados del domingo expresan que el kirchnerismo, sigue manteniendo un amplio apoyo por parte de sectores populares.
Hasta el momento en la Cámara baja, la fuerza política que lidera, como decimos más arriba, es el Frente para la Victoria (39 bancas), seguido por el Frente Renovador, de Sergio Massa (14 bancas); en tercer lugar el Frente Progresista Cívico y Social y la UCR (9). El cuarto lugar es para Unen con 6 bancas y luego Unión-PRO con 5 escaños.
En tanto, la lista del ex gobernador Juan Schiaretti, Unión por Córdoba, se alzaría con cuatro, al igual que Unidos por la Libertad y el Trabajo (Francisco de Narváez) y Compromiso Federal, de los hermanos Rodríguez Saá.
El Macrismo en CABA bajó su caudal de votantes en manos del UNEN.
Massa, explotando su anterior acercamiento al gobierno de CFK, jugó a una renovación del propio riñón K, mostrado su perfil opositor.
El intendente de Tigre tiene en contra el tiempo que queda hasta octubre ya que Insaurralde poco a poco se ha metido en la Provincia de Buenos Aires, separándolos apenas un 5%.
Es verdad, que la oposición por separado no supera el 15% a nivel nacional.
La posibilidad cierta de superar al kirchnerismo resulta de locos. Nadie puede imaginarse a todos tirando un mismo carro anti K. Cobos, Massa, Carrio, Pino, De La Sota, Binner, Macri, UCR…, un verdadero circo que llama al espanto.
Por su lado, el FIT (PO, PTS, IS) alcanzó casi 900.000 votos en todo el país, siendo una de sus mejores elecciones.
El kirchnerismo, después de 10 años de gobierno, se mantiene como fuerza nacional, consolidándose como primera minoría, sujeta por cierto a una intensa campaña de presión desde un amplio arco político opositor, que va desde la derecha hasta los sectarios, con el acompañamiento de empresarios y medios de comunicación.
Habiendo obtenido en perspectivas un escaño mas, no deja de ser cierto que hubo un corrimiento de votos desde el kirchnerismo a otras fuerzas políticas que expresan un malestar creciente en algunos sectores de la sociedad. Los motivos son varios, como el incesante aumento especulativo, de la canasta básica de alimentos, producido por las corporaciones formadoras de precio o el mantenimiento de estructuras ferroviarias obsoletas, que han ocasionado tragedias y múltiples accidentes, como consecuencia de que las concesionarias nada invierten y todo se llevan.
También ha jugado un papel clave, en este corrimiento de votos, la maquinaria del terrorismo mediático que utiliza un amplio abanico de medios de comunicación para desgastar al gobierno.
A través de su sistema de mentira y tergiversación sistemático y permanente, fueron capaces de posicionar artificialmente a Sergio Massa y ocultar su programa de derecha liberal, mientras que desgastaban a los candidatos del Frente Para la Victoria. Se trata entonces de reflexionar como contrarrestar estos ataques impulsados por empresarios, terratenientes y banqueros a través de su vocero del Grupo Clarín S.A. En primer lugar sería importante movilizarse sostenidamente para presionar a la mafia judicial y lograr la aplicación plena de la Ley de Medios. Sin duda la desmonopolización de los grupos hegemónicos les restará poder de fuego. Pero, por otro lado, es necesario solucionar los problemas fundamentales de las masas. Es en la explotación de estos problemas, sin resolver, donde se montan los medios hegemónicos para encontrar un auditorio en las capas menos avanzadas de los trabajadores, clases medias y otros sectores populares explotados.
Si se avanzara de manera definitiva en la resolución de las carencias históricas de los sectores populares, la maquinaria mediática no encontraría un espacio propicio para esparcir su veneno. Es una necesidad avanzar sobre los problemas sociales complejos que sólo pueden ser solucionados atacando de raíz su origen que no es otra que la propiedad privada de los medios de producción.
Detener la ofensiva mediática y profundizar el proceso político van claramente de la mano. No podemos quitar este elemento de la discusión.
La verdadera “OPO”
Si hay algo que ha quedado a la vista de todos es que la verdadera oposición política al Kirchnerismo no proviene solo de la “clase política”. Si no que estos en realidad actúan como representantes polítios y cumplen la función de correa de transmisión de los intereses empresariales.
La participación del ex presidente de la Unión Industrial Argentina (UIA), José Ignacio de Mendiguren, en las listas del massismo como así también las declaraciones de su presidente actual Hugo Méndez, que el día después de las PASO declaró que habría votado a Massa en caso de residir en la provincia de Buenos Aires, evidencian que no existe un solo sector significativo del empresariado que apoye al gobierno.
Por el contrario, son estos sectores los que trabajan incansablemente para tumbar al gobierno y sustituirlo por uno completamente adicto a sus intereses. Es la burguesía nacional la que dirige la batuta del concierto destituyente, sus políticos a sueldo son simples marionetas.
Otra lección importante que debemos asimilar es la necesidad de enfrentar a los sectores de la derecha peronista que se esconden dentro del movimiento nacional y popular. El ejemplo de Massa es claro, ya que sabiendo de antemano que este personaje era un agente directo de los intereses patronales, locales y extranjeros, se lo mantuvo y acobijó en el interior de nuestras filas regalándole autoridad política ante el electorado menos politizado.
Un caso similar se puede observar con relación a Scioli, que más temprano que tarde, puede que se termine convirtiendo en un dolor de cabeza y un freno al avance de la voluntad popular.
La misma contradicción se repite a su vez en el plano sindical, donde se sostienen alianzas con sectores de una burocracia oportunista, corrupta y antidemocrática, que luego de manera creciente se constituye en oposición de derecha.
Los sectores progresistas del campo popular debemos entender que el futuro del proceso político que venimos impulsando dependerá de su ligazón a los trabajadores y el pueblo pobre, que son los únicos que sostienen y permiten llevar adelante las transformaciones reales.
Las alianzas con sectores conservadores y su mantención dentro del proyecto Kirchnerista recorren un camino contrario: el del debilitamiento.
La economía, crisis internacional del capitalismo
La crisis a nivel internacional no encuentra precedentes en la historia pasada.
La recuperación de los EE.UU. es muy débil y frágil. Europa se encuentra en una recesión profunda.
La anterior fuerza motriz de su crecimiento, Alemania, se encuentra al borde de la recesión. Las economías más débiles del sur de Europa se encuentran en una profunda depresión. Mientras tanto, la desaceleración de la economía china está causando alarma y las llamadas economías BRICS (Brasil, Rusia, India, China, Sudáfrica) también están entrando en crisis.
América del Norte, Europa y Japón representan el 90% de la riqueza de los hogares. Si estos países no consumen, China no puede producir. Y si China no produce (al menos en la misma escala que antes), países como Brasil, Argentina y Australia no pueden vender sus materias primas.
Este es el marco internacional en donde Argentina ha empezado a sentir los golpes de la crisis que lastima cada vez más a la economía del país.
Es verdad, que el gobierno en días pasados, impulsó dos medidas en términos económicos que impactaron sobre el escenario electoral: el descenso del desempleo del 7,9% al 7,2% en el último trimestre y el aumento de jubilaciones y pensiones anunciado por la Presidenta que supone una actualización anual del beneficio del 31,8% elevando la jubilación mínima a $2.477.
Perspectivas
El encendido discurso de CFK pronunciado en Tecnópolis posterior a las elecciones, pone blanco sobre negro, la crisis en ciernes y la conducta del empresariado nacional y extranjero, ante la crisis capitalista mundial
La propuesta de sentarse en la mesa grande a discutir cuál es la propuesta de país que proponen los dueños de la pelota: los Bancos, la UIA y la CGT y no con los suplentes, -representantes políticos de la oposición-, evidencia la intensión de la Presidenta CFK de llegar a un acuerdo por el cual la burguesía industrial, la oligarquía agroexportadora y el poder financiero limiten su rapacidad y se subordinen al desarrollo de la nación. Esto sería el equivalente a convencer a un león de que se alimente de lechuga.
Es nuestra historia la que nos señala, la conducta y actitud parasitaria de la burguesía nacional y extranjera. Ha sido una constante en el país, su papel rentista, su negación a desarrollar una poderosa industria de industrias, que posibilite el desarrollo de un poderoso mercado interno.
Hay que ser claros en algo, los sectores económicamente dominantes, que la presidenta llamo a debatir, no cesaran ni un segundo en su intento de tumbar al gobierno y hacer retroceder al campo popular. No hay pacto posible sobre la faz de la tierra que pueda conciliar los intereses antagónicos de empresarios y trabajadores.
El camino de “ir por más”, es recuperar los ferrocarriles, nacionalizar definitivamente los hidrocarburos, recuperar el control del comercio exterior, grabar la renta financiera, hacia el camino de desarrollar una única Banca Nacional que permita movilizar a favor del desarrollo económico y social los miles y miles de millones que ahora están ociosos o rindiendo rentas en paraísos fiscales.
Solucionar el golpe al bolsillo, que significa la inflación, nacionalizando las grandes redes de comercialización (Coto, Carrefour, Jumbo, etc.) y los grandes monopolios que dominan la vida económica y social de la nación para hacer caer los precios a su valor real y poner fin a la especulación en contra del pueblo.
Manejar los resortes fundamentales de la economía, bajo control democrático de los trabajadores, no resulta una utopía sino una necesidad que se inscribe en la profundización del proyecto político. No se trata de conciliar lo que no se puede: los intereses de los trabajadores con los de los empresarios.
Avanzar en una nueva década y en el acuerdo de que “la juventud y nosotros somos el futuro” pone en cuestión hacia dónde debemos ir.
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