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Argentina: Levantamiento policial en otro Diciembre caliente

Los últimos acontecimientos que se produjeron en el país con el levantamiento y acuartelamiento policial en 17 de las 23 provincias dejan más de una enseñanza.

La Corriente Socialista Militante denuncia la campaña de desestabilización que en los últimos días se produjo contra el Gobierno Nacional, con los amotinamientos y acuartelamiento de las diferentes fuerzas de seguridad en las distintas provincias del país, impulsada por los sectores más rancios de la economía, con el costo de 11 muertos y que llevó a momentos de zozobra a los trabajadores y sectores populares.

Ejercitando la memoria

Ya no se le escapa a nadie que en los últimos fines de año, reaparecen los “saqueos” o un ambiente de tufillo golpista. En este diciembre nos encontramos con la policía que sale a reclamar por salarios más altos.

El 16 de diciembre de 2010, el ambiente de desorden social propiciado por la oposición al gobierno de CFK, la ocupación del Indoamericano ponía y pone al desnudo el profundo problema social ante la enorme crisis habitacional para miles de familias obreras.

El 20 de octubre de 2010 es asesinado el militante del Partido Obrero, Mariano Ferreyra, cuando la policía libera la zona de la Línea Roca en donde se producía un corte de las vías, y recibe un balazo en el pecho en manos de la burocracia sindical ferroviaria.

Recordemos a Duhalde, que respondió en declaraciones en Radio Mitre el 14/12/10 a CFK «el que está acostumbrado a gobernar sabe que en diciembre hay que estar alerta».

En el 2012 nos encontramos con la Prefectura y la Gendarmería saliendo a las calles, sobre haberes mal liquidados, y con el secuestro durante 24 horas de Alfonso Severo, testigo en el juicio que se seguía contra la cúpula de la Unión Ferroviaria por el asesinato del militante del PO, Mariano Ferreyra.

Los sectores que fogonean estas medidas son los sectores capitalistas que buscan hace años desgastar al gobierno nacional.

Los sucesos del 2013

Apenas una semana bastó para ver a miles de policías manifestando por las calles en reclamo de aumento salarial. Las consecuencias están a la vista, ya que los “saqueos” estuvieron a la orden del día. Dejando zonas liberadas para que verdaderas organizaciones en autos y motos –coordinadamente- asalten y lleven mercancías de todo tipo. En las mismas franjas horarias y con modus operandi similar, más de 1900 comercios fueron arrasados con un saldo de más de diez muertos en diferentes provincias del país.

Fuerzas de Seguridad o bandas al servicio de sectores del capital

Algo bien sabido es el cuestionamiento a las fuerzas de seguridad por su complicidad con el narcotráfico. Policías como las de la Provincia de Córdoba o de Santa Fe, están en la mira desde tiempo, con funcionarios del gobierno y oficiales de alto rango también comprometidos; todos con pruebas más que fehacientes que los involucra fuertemente con el narcotráfico.

El hecho que desde hace años el poder político haya dejado en manos de las policías la “seguridad” social tiene inmensas consecuencias. Ya que la seguridad o inseguridad es todo un negocio en mano de la policía y resulta algo que nadie puede ignorar.

Este manejo hacia las fuerzas de seguridad, produce una cierta autonomía de la Institución Policial, con caja propia, lograda con la prostitución, la trata de personas, el robo de automotores y su fuerte connivencia con la droga y los narcos.

Los reclamos salariales no pueden ocultar la situación concreta y conocida de la narco-policía enviando un mensaje mafioso a la burguesía y liberando zonas para que se produzcan los saqueos.

Pero no debemos ser ingenuos, ya que estas fuerzas no caminan solas, mantienen vínculos estrechos con sectores del capitalismo, como así también de la política y la participación del Poder Judicial. No sería posible que asesinatos pergeñados por la maldita policía, la del gatillo fácil, no queden tras las rejas, caso emblemático es el de Walter Bulacio, Arruda, Braian Hernández y los más de trescientos casos de gatillo fácil contra la juventud.

Comisarías que se venden, gatillo fácil, colaboración para-policial para pegarles a los trabajadores cuando reclaman, o la represión simple y llana, más el negocio de siempre, pone al desnudo un proceso de profunda descomposición de una de las columnas fundamentales del Estado capitalista: su Institución Policial.

El comienzo del acuartelamiento producido en la provincia de Córdoba se da además, en el marco de una baja de la producción de las automotrices. Brasil no compra como antes y comienza el adelanto de las vacaciones y suspensiones a trabajadores de fábricas, que genera un contexto social de tensión. Se suma, la creciente situación de miseria y hambre que se vive en las barriadas populares de la gran Córdoba y en el país, producto de la progresiva inflación y estancamiento del empleo.

El gobierno y sus debilidades

Los intentos del gobierno por conciliar los intereses opuestos de empresarios y trabajadores, y gestionar un sistema capitalista basado en la explotación de los trabajadores, sumados a los severos efectos de la crisis económica internacional, generan cada vez más insatisfacciones en la clase trabajadora y la juventud.

Los resultados de las elecciones del 27 de octubre tuvo una lectura política, por parte del Gobierno Nacional que lo llevó a asumir medidas de austeridad y recostarse cada vez más en acuerdos con la oposición, cediendo a la opinión de la clase media descontenta.

Los intentos de Capitanich y Kicillof, de arribar a buen puerto con Organismos Internacionales de créditos para la financiación de emprendimiento de obras públicas; los proyectos de optimización de los costos de la cadena de valor como así también el techo del 18% para las pautas salariales fijadas al 2014, muestran, todos, el proceso lento pero firme de una economía que recorre signos de estancamiento.

Como venimos señalando en nuestros materiales, a pesar del avance de derechos democráticos para la población, recuperación de paritarias, empleo, AFJP, Aerolíneas Argentinas, el proceso de recuperación por parte del Estado de los ferrocarriles y el mejoramiento del material rodante, etc., resulta un hecho objetivo que la miseria estructural de décadas aún sigue persistiendo. Este es el escenario donde surgen los problemas estructurales cuando se propician de manera intencionada las zonas liberadas por la policía, problemas estructurales que persisten y persistirán hasta que no se implementen políticas contra los capitalistas.

La respuesta del gobierno fue militarizar las poblaciones con mayor conflictividad con el traslado de cientos de gendarmes.

El chantaje de las policías provinciales logró aumentos que rondan de $8000 a $9000 de básico, abriendo objetivamente un canal de discusión y movilización de los estatales en reclamo de la apertura de paritarias y aumentos de emergencia ante la escalada inflacionaria.

La CTA y CGT

Es lamentable el papel de Hugo Moyano, en su declaración ante la puja de la policía con el gobierno, que ésta se debió a la actitud de “no escuchar los reclamos de los trabajadores”.

Estas declaraciones se dan al margen de un análisis político de que nos encontramos nuevamente con el chantaje de las fuerzas de seguridad como hoy y como años pasados.

La actitud oportunista del jefe sindical de cabalgar sobre el conflicto, sin decir una palabra de la actitud de chantaje por parte de la policía, de la política de connivencia con los narcos, de los negocios producto de la explotación sexual, la trata y demás, resulta simplemente vergonzoso. Por su lado Pablo Micheli,dirigente de la CTA opositora, estimuló el conflicto policial.

Ambas centrales obreras opositoras no tuvieron empacho en golpear al gobierno en la lógica de realinearse con todo lo que resulte desestabilizante para CFK y su gestión.

La CGT y CTA oficialistas brillan por su ausencia para reclamar una negociación por condiciones de trabajo y salario.

¿Qué hacer?

Una resolución definitiva al conflicto de las Fuerzas de Seguridad, Gendarmería y de las FFAA se materializará con un orden social distinto. No es posible bajo el capitalismo que las Fuerzas de Seguridad estén al servicio del pueblo.

Por el contrario, las mismas están al servicio del estado capitalista. Bien es sabido que en el gobierno de Néstor Kirchner, se intentó depurar a la Policía Federal, pasando a retiro a sectores de la oficialidad por su vinculación con la represión, el delito y la corrupción.

Pero estas medidas quedan en la superficie, ya que el capitalismo es corrupción, es parte inmanente del sistema. El entramado de las mismas con el poder político, la droga y demás negocios en esta época, expresa un inmenso grado de descomposición.

Descomposición que encuentra a millones de trabajadores y jóvenes que buscan frenar la desocupación y el desempleo en el mundo.

La policía y demás fuerzas, son utilizadas como brazo represor. Solo la movilización de los trabajadores, con una clara política sobre los uniformados podría quebrar la actitud corporativa de las mismas, quitar su capacidad de fuego y represión.

Una verdadera democratización de las Fuerzas de Seguridad se dará sobre las bases de su destrucción. En el camino debemos plantear el control de las academias de policía por las organizaciones obreras y populares, depuración de elementos fascistas y reaccionarios las fuerzas policiales, federal y provinciales, comités populares de seguridad.

Mientras haya capitalismo, mientras exista propiedad privada sobre los medios fundamentales de producción y la apropiación del trabajo social sea de unos pocos, seguirán existiendo focos y puntos de corrupción. Para proteger ese sistema, estará la policía. Se trata de una necesidad la construcción del Socialismo.

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