Atentado en Karachi. El fascista MQM intenta sabotear el movimiento de masas
La zona donde explotó la bomba es históricamente un feudo del PPP, pero las fuerzas fascistas de la reacción negra habían hecho algunas conquistas estos últimos años. Estas fuerzas reaccionarias siempre utilizan tácticas de terror y miedo para mantener a las masas alejadas del proceso político. Cualquiera que presente resistencia a esta mafia fácilmente puede ser asesinado, porque el Estado y sus instituciones protegen a estas fuerzas para mantener alejadas a las masas de la política y así imponer fácilmente su voluntad sobre los oprimidos.
Sin embargo, la situación ahora es radicalmente diferente. El compañero Riaz Lund consiguió ser nombrado candidato al parlamento para luchar contra estos fascistas y lo está haciendo en líneas revolucionarias. La consigna de su cartel electoral es: «Los explotados debemos hacer la guerra contra los ricos». Esta consigna se ha vuelto muy popular entre los pobres del distrito.
Las principales zonas industriales de Pakistán están situadas en este distrito. Las fábricas textiles más grandes del país están aquí junto con otras industrias claves como General Tyre y Pakistan Machine Tool Factory. Bin Qasim Port, que es la principal arteria económica del país, también está en este distrito.
Pakistan Steel Mills también está cerca del distrito y el compañero Riaz Lund tiene una larga historia de sindicalismo. También dirigió la lucha decisiva contra la privatización de la acería Steel Mills, que se ganó gracias a los esfuerzos de los compañeros dentro de la fábrica. El movimiento de abogados en Pakistán y las contradicciones dentro de la judicatura y los generales también se profundizó debido a la cuestión de la privatización de Steel Mills.
Ahora el Estado intenta de nuevo privatizar la empresa junto con otra unidad industrial importante, Pakistan Machine Tool Factory, que está en proceso de ser privatizada. Todas estas cuestiones, junto con la campaña revolucionaria del compañero Riaz Lund, representan un obstáculo para el Estado y sus títeres reaccionarios.
Las masas apoyan a Riaz y si consigue el escaño será un duro golpe para los fascistas y el gobierno de Musharraf. Actualmente, la administración de Karachi y toda la provincia Sindh está en manos del MQM y están intentando detener el movimiento de masas en esta zona clave. Están utilizando todos los medios posibles para acosar a la gente y sabotear las elecciones. En el pasado ya han matado a varias personas por resistirse.
Abdullah Murad Baloch, del PPP, fue elegido parlamentario en la Asamblea de Sindh en las elecciones del 2002 por el distrito PS-127. Esta Asamblea Provincial está dentro del distrito 257 para la Asamblea Nacional. Fue un muy activo y dio voz a todos aquellos que eran hostigados por los fascistas. Abdullah Murad fue asesinado por estas fuerzas reaccionarias en 2004.
El dramático acontecimiento del pasado 12 de mayo también subraya la tendencia de estas fuerzas a asesinar a sus oponentes. Ese día estas bandas en Karachi abrieron fuego contra una manifestación de casi diez mil personas que protestaban contra el gobierno dictatorial de Musharraf. Las bandas armadas del MQM se colocaron en los tejados de los edificios a lo largo de la calle esperando el paso de la manifestación. Cuando miles de personas pasaban abrieron fuego desde arriba contra los manifestantes desarmados, asesinaron a muchos inocentes y otros cientos resultaron heridos. Este incidente por sí solo provocó una oleada de terror y temor entre los habitantes de Karachi. El compañero Riaz fue alcanzado por dos balas en este incidente y escapó por poco del atentado.
La bomba del 14 de enero es otro intento del MQM de atemorizar a la población y desbaratar el proceso electoral en NA-257 porque pueden perder su escaño. Las elecciones generales se celebrarán el 18 de febrero y hasta ese momento estos gánsteres utilizarán todos los medios a su disposición para asustar a la gente y que no vayan a votar.
Sin embargo, las masas están clamando venganza y buscan una alternativa revolucionaria para escapar de sus miserables condiciones de vida. Cuando Riaz Lund visitó a los heridos en el atentado, que se encontraban en el hospital Jinnah, fue recibido con entusiasmo. Los heridos corearon consignas contra el MQM y el presidente Musharraf. Aseguraron a los compañeros que ahora la situación ha cambiado y que no permitirán que nadie sabotee las elecciones.
Cualquier intento de frustrar el movimiento de masas sólo servirá para dar renovada fuerza a la población en su lucha contra esta tiranía y crueldad. Ahora están claras las líneas divisorias de clase y la salida no es otra que la revolución.
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