EL ARTE DE LA TERGIVERSACIÓN: SEBASTIAN PIÑERA
Resulta demasiado barato engañar al mundo, el coste 22 millones de dólares financiados por el estado chileno y empresas privadas.
Resulta desolador y esperanzador, contemplar cómo estos desheredados del siglo XXI al salir de la mina, en el que se vieron sepultados no por el azar, sino por la avaricia, la precariedad y la ausencia de prevención y control; lo primero que hacen estos trabajadores es convocar a los medios para que estos hechos no se vuelvan a repetir, en un alarde de amor patrio, hacia sus compañeros del resto del país, del continente y del mundo.
Pero ya los focos no los alumbran mientas entonan: “San Esteban, no somos 33, somos 300”, “Piñera para el show”, “70 días sin trabajo y sin dinero”. Hoy nadie ondea la bandera chilena después del rescate, ya no hay júbilo, ya todo se acabó, el reality cumplió su función. Hoy reciben en el Reino Unido entre aplausos, que le otorgaron los funcionarios de Downing Street, mientras los focos alumbran al presidente chileno y olvidan a sus protagonistas, con los que el mundo entero ha contenido la respiración durante días. Y su presidente calla porque con estas acciones populistas y la inversión realizada podrán seguir, con una imagen lavada, abaratando los costes de producción a expensas de las inexistentes medidas de seguridad y salarios ínfimos. Este es el mundo que nos ha tocado vivir, lo que no sale en televisión no existe.
Lo dice alguien que no es chileno y no conoce el territorio chileno, pero que ama a sus gentes y ha tenido el inmenso honor de conocer a sus trabajadores.
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