El gobierno, UGT y CCOO y la patronal, dan más poder a las mutuas privadas

Mientras aumenta el gasto militar y disminuye la cuantía asignada a Sanidad dentro del presupuesto general del Estado, tenemos, por otro lado, un ataque brutal más a toda la clase trabajadora. Esta vez dando más poder a las mutuas, financiadas por las empresas, y reduciendo el peso de la sanidad pública en la atención a la salud de los trabajadores. Este es un retroceso importante que se ha firmado en el acuerdo entre la Patronal, el gobierno y las cúpulas de UGT y CCOO.

El 31 de julio la CEOE, CEPYME, el gobierno, CCOO y UGT acordaron la privatización de las bajas médicas por enfermedad común traumatológica a través de las mutuas. Las mutuas son las encargadas de devolver a cada empleado en proceso de baja médica por accidente laboral, curados o no, a sus puestos de trabajo. Para estas empresas, que se lucran con la salud de la clase obrera, lo importante es la extracción de plusvalía por parte de la patronal; que les paga para que mantengan a los trabajadores siempre disponibles para ello.

El acuerdo se hizo público un día antes del comienzo de las vacaciones, intentando que tuviese  la menor repercusión social posible, y aprovechándose de la necesidad de los trabajadores que pueden, de descansar e intentar conciliar con sus familias después de un largo período de explotación. Aludiendo al famoso: “Si cuela, cuela”.

Este pacto es un duro golpe para la clase trabajadora, a la vez que un regalo exquisito para la patronal. Mientras que expone unas aparentes mejoras en los procesos jubilatorios de los trabajadores, que esencialmente persiguen a través de incentivos alargar la vida laboral y retrasar la edad de jubilación, por otra parte cede completamente el control por parte de las mutuas de las lesiones de traumatología, aunque la lesión o patología haya ocurrido fuera del ámbito laboral y, a la vez, otorga un “incentivo” (entiéndase una subvención otorgada por el Estado desde los impuestos) a las empresas que reduzcan sus accidentes laborales.

Para estas empresas, que se lucran con la salud de la clase obrera, lo importante es la extracción de plusvalía por parte de la patronal / loentiendo.com

La gran mayoría de las empresas hoy en día no cumplen con los protocolos de actuación ante un accidente laboral, que empieza por llamar al 112 para que este suceso sea registrado, vulnerando los derechos de los trabajadores y las obligaciones del empleador. Con esta artimaña, un accidente laboral no se atiende ni se considera como tal. Si bien el acuerdo dice que habrá un control por parte del Estado, la ineficacia de este control dará cuenta de la gran estafa que esto representa, como sucede ya en las inspecciones de trabajo realizadas a cada empresa, que son pocas en comparación con las denuncias efectuadas, dilatadas en el tiempo y fácilmente eludibles por las empresas. En última instancia, todo este proceso contribuirá a seguir enriqueciendo aún más a la patronal a nuestra costa. Además, este nuevo acuerdo permite a la mutua tener acceso a los historiales clínicos de los pacientes (como hemos visto en Euskal Herria de la mano del PNV, que trasladó aproximadamente unos 420.000 historiales clínicos de pacientes a Mutualia, elsaltodiario.com 26/06/2022) y de esta manera, la mutua pueda también ligar cualquier lesión por accidente laboral a lesiones del pasado que lo desvinculen de dicho accidente laboral, y la debida obligación por parte de la empresa a hacerse cargo del daño causado física y económicamente, trasladando así todo el peso económico a las arcas públicas. Esta privatización es un golpe más a la agónica situación de la sanidad pública: en materia de presupuestos, se verán aún menos necesidades de inversión para infraestructura, mantenimiento del material sanitario, equipos tecnológicos e incluso enfermeros, médicos y especialistas. Esta situación, que ya es muy grave, está alargando las listas de espera en diferentes especialidades a la vez que ha deteriorado los servicios de urgencias.

Los trabajadores necesitamos regenerar nuestros sindicatos mayoritarios, barriendo a toda la burocracia que está dirigiendo a los trabajadores a la ruina. Sólo así podremos utilizarlos como una herramienta organizativa orientada a defender los intereses obreros. También es necesario realizar asambleas en los barrios, en los sindicatos combativos, en los centros de trabajo para dar una respuesta contundente contra este acuerdo que entrega y deteriora aún más las condiciones de vida y explotación de toda la clase.

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