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Enseñanza. Por una planificación organizada y sostenida de las luchas

Los recortes en Catalunya

 Sólo en Catalunya hay un recorte de 3.000 docentes, sumando los puestos que no se han cubierto y los 1.400 profesores jubilados. Todo esto, con 20.000 alumnos más en las aulas. En todas las comunidades hay situaciones similares.

Esto es debido al aumento de los ratios de las aulas y al aumento de jornada lectiva de los docentes, que deberemos dedicar menos tiempo a los aspectos que mayor calidad dan a la educación. Un aspecto escandaloso es la reducción de jornada y de salario para los interinos y sustitutos, precisamente los que pueden trabajar en varios centros y niveles en un mismo curso, y más tiempo necesitan. Cobraran el 85% del salario y se verán obligados a dedicar menos tiempo a preparar sus clases.

Todas estas medidas destruirán gran parte de lo que se había avanzado en la calidad de la educación pública.

Prepararnos para una lucha larga

Ante todas estas agresiones, esta más que justificada una respuesta contundente de toda la comunidad educativa.

Los trabajadores de la enseñanza llevamos tiempo luchando contra estos recortes, con varias huelgas  asiladas acumuladas. Todas ellas unitarias y de gran éxito en la participación y las manifestaciones. Pero no han logrado frenar los ataques.

Ante ello, un sector de docentes ha lanzado la idea de huelga indefinida discontinua, empezando desde el primer día de curso. El problema es que esta propuesta es de momento muy minoritaria, y tiene el riesgo de ser un fracaso que deteriore la moral de un sector muy combativo y acabe convirtiéndose en lo contrario de lo que pretende.

Entendemos la motivación de estos compañeros: la defensa de la educación pública justifica esto y más. Ante la contundencia de los recortes, no vale un simple día de huelga como protesta.

Debemos dotarnos de un plan de movilizaciones a largo plazo, vinculadas al resto de luchas del conjunto de la clase trabajadora, para así desgastar más al gobierno de Rajoy (y a CiU).

Esta lucha será sin duda larga. Para lograr que las movilizaciones logren su objetivo es necesario que sean  seguidas de forma masiva por el profesorado y apoyadas por el conjunto de la sociedad, con una amplia campaña de información a la misma. La unidad (entre los profesores y con toda la comunidad educativa para empezar) es clave: si logran la división de los trabajadores de le enseñanza o que la sociedad no nos apoye, estamos perdidos. Es necesario impulsar la unidad de sindicatos, plataformas, asambleas, 15-M, padres madres y estudiantes, huyendo de divisiones inútiles y sectarias. Una unidad desde la base, de forma radicalmente democrática.

La única manera de conseguir que estas movilizaciones sean masivas es que el profesorado se sienta partícipe, tanto de la decisión de convocar como de los posibles acuerdos sobre concesiones que logremos. No puede haber ningún pacto de mal menor a espaldas de los trabajadores. Los sindicatos debemos huir de prácticas paternalistas, e informar y recoger la opinión de nuestros centros de trabajo.

Debemos huir del voluntarismo. Buscamos acciones contundentes, pero las que no estén secundadas de manera masiva están condenadas en esta situación al desgaste.

Es necesario elaborar una plataforma reivindicativa UNITARIA entre todos los sectores en lucha, votadas en los claustros. Reimpulsar las asambleas de representantes de zona y coordinar las miles de iniciativas que desde colegios, institutos y Universidades se están  dando.

Recuperar las asambleas. Iniciativas desde la base

Recuperar las tradiciones de la asamblea significa que las decisiones no están tomadas por una cúpula, pero también es necesario huir de las asambleas de unas decenas o incluso algunas centenas de compañeros, que actúan a nivel individual, sin haber votado o consensuado en sus centros de trabajo ninguna decisión. Tanto lo uno como lo otro corren con el riesgo que sean propuestas que el profesorado no sienta como suyas, y sean minoritarias.

Un plan de lucha de este tipo debería combinar todo tipo de iniciativas, aparte de los días de huelga: mantener la sensación de movilización con pancartas en los centro de estudio, asambleas con padres y madres para explicarles las consecuencias de los recortes, concentraciones a nivel de zona y local, así como manifestaciones de toda la comunidad educativa; apoyo a las luchas de los estudiantes, tanto de medias como de universidad; y también la participación en huelgas de toda la educación en todo el Estado en todos los niveles. Un plan gradual, que vaya en aumento de la intensidad en la medida que ganemos fuerza.

Sabiendo que este conflicto va a ser largo, tenemos que evitar el desgaste y mantener abierto el conflicto hasta ganar el apoyo mayoritario y total de la población. La defensa de la educación pública lo exige.

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