15M: La rebelión de la juventud
Primero fue en Túnez, después El Cairo, después Wisconsin y ahora España. La crisis del capitalismo ha activado un tsunami que es imposible controlar. Todos los representantes del antiguo orden se han unido para detenerlo: políticos y policía, jueces y burócratas sindicales, la prensa y la televisión a sueldo, clérigos y “intelectuales”. Pero el tsunami de la revuelta pasa de un país a otro, de un continente a otro.
Contenido
Bancarrota del capitalismo español
Las elecciones locales y autonómicas de este fin de semana en España llegan en tiempos de profunda crisis económica, social y política. Durante diez años la economía española se presentó como el motor de la creación de puestos de trabajo en la zona euro. Al boom especulativo frenético le ha seguido una grave depresión. España se encuentra al borde de la bancarrota. Los economistas advierten sobre niveles de deuda más altos de los conocidos anteriormente. Después del colapso en Grecia, Irlanda y Portugal, los mercados han vuelto su atención hacia España.
El capitalismo español subió como un cohete y bajó como un palo .El colapso del boom de la construcción ha dejado España con un dolorosa resaca de caída de precios de la vivienda, grandes deudas, un millón de casas vacías y la tasa de desempleo más alta de la Unión Europea. Las filas de los desempleados en España han disparado hasta 4.9 millones. Con el desempleo en España al 21%, el descontento ha crecido. El descontento se ha reflejado en escepticismo hacia todos los principales partidos políticos, lo que, viendo su historial, no debería sorprender a nadie.
En España, hay dos partidos principales: el PP, de derechas y el “Socialista” PSOE. El primero está constituido por los representantes declarados del capital, el partido de los banqueros y capitalistas. Sabemos muy bien lo que podemos esperar de este partido. El PSOE se supone que representa los intereses de la clase trabajadora. Pero, ¿es así? Millones de trabajadores votaron por este partido con la esperanza de que defendería sus nivel de vida. Pero estas esperanzas han sido cruelmente traicionadas.
El líder del Partido Socialista, José Luis Rodríguez Zapatero, se suponía que era de “izquierdas”. Pero bajo la situación del capitalismo en crisis, sólo hay dos alternativas: actuar para romper el poder de los banqueros y los capitalistas o aceptar los dictados de los grandes negocios y atacar las condiciones de vida de los trabajadores. No hay tercera vía, como Zapatero pronto descubrió. Los lideres del PSOE capitularon ante los banqueros y capitalistas, tal y como los reformistas han hecho en todos los otros países.
Usando la excusa de la crisis económica (esto es, la crisis del sistema capitalista) los líderes del PSOE se han cogido de la mano de la burguesía para salvar el sistema. Intentan cargar todo el peso de la crisis sobre las espaldas de los que menos pueden aguantar: los trabajadores, la juventud, los ancianos, los enfermos, los desempleados. Vertieron billones en los bolsillos de los banqueros, mientras atacaban los niveles de vida y las pensiones. Según Metroscopia, el 89% de los Españoles creen que los partidos políticos sólo se preocupan de ellos mismos. Pero, ¿hay alguna sorpresa en que la gente esté alienada de los partidos políticos cuando ven cosas como estas?
Los socialdemócratas siempre preparan el camino para la reacción de derechas. Este es su papel. Las encuestas de opinión indican ya que el PSOE podría perder ante el PP en al menos una región importante. Incluso Andalucía, que ha sido siempre gobernada por los socialistas, puede caer en manos de la derecha. Esto crearía el marco para la derrota en las elecciones generales el próximo año, entregando el gobierno al partido de derechas PP, el partido abiertamente del gran capital.
Esto es saltar de la sartén al fuego. Si el PP gana la mayoría, introducirá mayores recortes. Dirán: “Creías que había mucha deuda, pero no, aún hay más.” Esto ya lo hemos visto en Cataluña, donde las elecciones del año pasado barrieron al gobierno de coalición liderado por los socialistas, pero el nuevo gobierno de CiU ha introducido un salvaje paquete de recortes en la sanidad y la educación y ataques en los niveles de vida que han provocado una ola de huelgas espontaneas y una gran manifestación sindical de 200.000 personas en Barcelona.
Ambiente de desilusión
Los líderes de los partidos de trabajadores tradicionales están completamente involucrados con los capitalistas y su estado. Es intolerable que líderes que hablan en nombre del socialismo y la clase trabajadora, o incluso “democracia”, encabecen grandes rescates de bancos privados, que significa un gran incremento en la deuda pública que tendrá que ser pagada con años de recortes y austeridad. Esto se hace en nombre del “interés general”, pero en realidad es una medida en el interés de los ricos y en contra de los intereses de la mayoría.
En estas condiciones, los trabajadores miran a los sindicatos. Bajo la presión de abajo, los líderes de UGT y CCOO convocaron una huelga general el 29 de septiembre del año pasado. Pero los dirigentes de los sindicatos estaban desesperados por llegar a un acuerdo con el gobierno y veían la huelga general sólo como un medio para presionar a Zapatero para hacer concesiones. Creen que pueden obtener lo que quieren mediante la negociación. Para los dirigentes, este es sólo un medio para sacar presión. Para los sindicalistas serios, por el contrario, huelgas y movilizaciones son medios para que los trabajadores entiendan su poder y preparar el camino para un cambio fundamental en la sociedad. Aunque se creen gente práctica y realista, los dirigentes sindicales no tienen ni la más mínima idea de la seriedad de la crisis del capitalismo. Se imaginan que aceptando los recortes y otras imposiciones al final todo irá bien. Esto es una ilusión. Por cada paso que den hacia atrás, la patronal pedirá tres más.
En realidad los dirigentes sindicales están tan alejados del ambiente real de rabia de los trabajadores y la juventud como los dirigentes de los partidos políticos. Después de convocar una huelga general, acordaron una reforma de las pensiones que era totalmente insatisfactoria desde el punto de vista de la clase trabajadora. Esto condujo a una ola de desencanto que reforzó más el ambiente de alienación, frustración y descontento.
A medida que la lucha de clases se desarrolle la radicalización de la base de los sindicatos sin duda entrará en conflicto con el conservadurismo de los dirigentes. Los trabajadores pedirán una completa transformación de los sindicatos de arriba a abajo y lucharan por convertirlas en organizaciones reales de lucha. Pero por el momento, los sindicatos están por detrás de las necesidades de los trabajadores y la juventud. Elena Ortega, que se las ha apañado para encontrar un trabajo sólo a tiempo parcial como secretaria, y que ayudó a extender la voz en Facebook sobre las protestas del miércoles, dijo a la CNN: “ Si esto está pasando es porque los sindicatos no estaban haciendo lo que se necesitaba. No han cumplido.”
Este ambiente es más intenso entre la juventud, que, como siempre, son las víctimas principales de la crisis. La cifra del desempleo juvenil está alrededor del 45%. Muchos licenciados universitarios, después de haber trabajado duro para obtener sus títulos, no pueden encontrar trabajo, o son obligados a aceptar trabajos de baja categoría con bajos salarios. El nivel de “empleo precario”, esto es trabajo temporal a tiempo parcial, con contratos a corto plazo sin derechos han llegado a un nivel sin precedentes en España.
Esta situación no es tan diferente de a la que se enfrentaban los jóvenes en sitios como Túnez y Egipto. Sin embargo, España no es un país tercermundista, sino una economía europea próspera y desarrollada. Esta flagrante contradicción ha producido un ambiente de rabia, frustración y resentimiento en la juventud, que no ha encontrado ningún reflejo en los partidos políticos existentes o los sindicatos.
El descontento y la frustración finalmente ha reventado a la superficie. El domingo 15 de mayo, 150.000 personas se manifestaron en unas 40 ciudades alrededor de España bajo el lema “Democracia Real Ya”. La manifestación más grande fue en Madrid con 25.000 o más, seguida de Barcelona con 15.000. El principal lema de la manifestación era “No somos mercancía en manos de políticos y banqueros”, que demuestra un carácter instintivamente anticapitalista del movimiento.
Políticos y expertos comentaristas han rechazado este movimiento por “no tener objetivos claros”, o incluso “estar abierto a la manipulación de la derecha”. La verdad es que la mayoría de las personas que participaron en la manifestación del 15 de mayo se consideran progresistas y de izquierdas. Las consignas, sobre la falta de vivienda, la falta de trabajo, de futuro, de auténtica democracia, la dictadura de los mercados, contra los políticos corruptos y sus escandalosos salarios, sobre la fuerza del pueblo organizado, lo demuestran claramente.
Aunque que el 15 de mayo tomó a muchos por sorpresa, fue precedido por toda una serie de movilizaciones que demostraron la creciente presión acumulada bajo la superficie. En enero y febrero, manifestaciones de masas de los funcionarios sacudieron Murcia, donde el gobierno regional del PP ha llevado adelante recortes particularmente salvajes. En la misma región, algunos activistas han organizado y resistido efectivamente desahucios de familias que no han pagado sus hipotecas. El 7 de abril miles de jóvenes tomaron las calles siguiendo la convocatoria de la plataforma “Juventud Sin Futuro”, una coalición de grupos juveniles de izquierdas y grupos de estudiantes.
También queda claro que la ola de la revolución árabe ha sido una inspiración para muchos en España. Han visto el poder de la gente normal para cambiar las cosas cuando se ponen en movimiento. La idea de establecer campamentos viene directamente de la plaza Tahrir en El Cairo. Muchos otros se han fijado en los trabajadores griegos y los jóvenes y sus valientes movilizaciones a lo largo del último año, el movimiento masivo en Francia y incluso el movimiento de la juventud en Portugal. Una pancarta en Madrid decía: “Francia y Grecia luchan. España gana, en fútbol”, pero ya no. A pesar de la completa falta de dirección ofrecida por los dirigentes de las organizaciones oficiales, la juventud española se ha puesto en marcha y tienen el apoyo de grandes capas de trabajadores.
Miles han estado protestando una y otra vez en la Puerta del Sol desde el domingo, el centro de Madrid y en más de 80 ciudades por toda España. Ha habido protestas organizadas por grupos de jóvenes españoles enfrente de las embajadas en muchas capitales europeas.
¿Amenaza a la democracia?
Estas protestas tomaron por sorpresa a todos los políticos. Reaccionaron con histeria y alarma. Los defensores de la sociedad existente están escandalizados: “esto es anarquía”, protestan. Algunos incluso dicen que es una “amenaza a la democracia”. Sin embargo lo que estamos viendo en las calles de Madrid y otras ciudades españolas no es un amenaza a la democracia sino, por el contrario, un intento de ejercer la democracia directa: dar voz a los que no tienen voz, defender los intereses de los que nadie defiende.
Cuando hablan de “amenaza a la democracia”, ¿que es lo que quieren decir? Democracia literalmente significa el gobierno de la gente. ¿Pero es verdad que la gente gobierna en España o en cualquier otro sitio? No, es falso. En el marco de la sociedad capitalista, la participación de la mayoría de las personas en democracia está limitada a votar cada cuatro años por uno u otro partido político existente. Una vez son elegidos, hacen lo que quieren, y la gente no tiene ningún medio de cambiar nada.
Bajo el capitalismo todas las decisiones importantes son tomadas en el consejo de dirección de los grandes bancos y monopolios. Ellos deciden si la gente tendrá trabajo casa o no. Nadie los elige y no son responsables ante nadie, solo ante ellos mismos. La verdadera relación entre los gobiernos elegidos y la burguesía se puso al descubierto en la crisis reciente, cuando se les dio el regalo a los banqueros de millones de dineros público sin hacer ninguna pregunta. En realidad, la democracia “Burguesa” es sólo otra palabra para la “dictadura del capital”.
Los que protestan lo hacen porque no se identifican con ninguno de los partidos existentes. ¿Y quien les puede echar la culpa? Mucho de ellos dicen: ¿Cuál es la utilidad de votarles si todos son lo mismo?” Miran hacia la campaña electoral con una mezcla de indiferencia y disgusto. Si esto representa una “amenaza a la democracia”, los responsables no son la gente joven que están protestando en la Puerta del Sol sino lo que se sientan en el Palacio de la Moncloa.
El derecho a una protesta pacífica es un derecho democrático básico. Fue por este derecho que la clase trabajadora española luchó durante décadas contra la dictadura de Franco. El pasado domingo miles de personas, principalmente jóvenes pero también otros, fueron a la Puerta del Sol en el centro de Madrid para hacer constar su protesta contra un sistema que de hecho les excluye. Haciendo eso, ejercían este derecho básico. ¿ Como ha sido mantenida esta conquista democrática por los que tienen el control en Madrid y en toda España?
Esta gente que se llena la boca con la palabra “democracia” despreció esta protesta pacífica como una “amenaza para la democracia”. A primera hora del martes 17 las autoridades de Madrid enviaron policías antidisturbios para dispersar con máxima violencia a un grupo relativamente pequeño de manifestantes que habían montado un campamento en la Puerta del Sol. Madrid es gobernada por la derecha, el PP. Ellos tienen que cargar con la responsabilidad directa por este ataque brutal y no provocado. Pero no lo podrían haber hecho nunca con la aprobación (tácita o abierta) del gobierno Zapatero. Este estribillo hipócrita se podía esperar de la derecha. Pero es una pena que gente que se considera a si misma “socialista” y de “izquierdas” se hayan hecho eco de este veneno.
La táctica dura no funcionó. El martes por la noche, decenas de miles de manifestantes volvieron a la céntrica plaza de Madrid. El miércoles muchos permanecieron toda la noche en el campamento. La tarde del miércoles, la Junta Electoral Central de Madrid prohibió la manifestación convocada a las 8 de la tarde en la Puerta del Sol. El portavoz oficial de gobierno regional dijo que la Junta Electoral Central intentaba impedir manifestaciones en los días finales de la campaña electoral porque “podía afectar al derecho de los ciudadanos a votar libremente”. La Junta dijo que no había “razones extraordinarias o serias” para permitir la manifestación con poca antelación. Y para calmar los nervios de los votantes, El País informó que las autoridades planeaban tener suficientes policías disponibles para impedir la manifestación. El Metro de Madrid advertía a los pasajeros no ir a la Puerta del Sol “porque la concentración no había sido autorizada”. Pero frente a los decenas de miles que una vez mas volvían a manifestarse, las autoridades se dieron cuenta que sería insensato usar a los antidisturbios para enfrentarse, ya que esto sólo habría radicalizado más el movimiento y hubiera provocado una respuesta mucho más masiva.
No es sólo en España donde los derechos han sido pisoteados. No hace mucho tiempo, Cossiga, que era Ministro del Interior Demócrata cristiano en Italia en los 70, después Presidente de la República y ahora senador vitalicio, se le preguntó que se debería hacer con las manifestaciones de estudiantes. Respondió:
“Déjales seguir por un tiempo. Retira la policía de las calles y los campus, infiltra el movimiento con agentes provocadores que están dispuestos a todo, y deja a los manifestantes unos diez días mientras devastan tiendas, queman coches y ponen del revés las ciudades. Después de eso, habiendo ganado el apoyo de la población (asegurándote que el ruido de las sirenas de las ambulancias es más alto que las de la policía y los carabinieri) las fuerzas del orden deberán atacar a los estudiantes sin piedad y enviarlos al hospital. No hay que arrestarles, ya que los jueces solo les liberarán inmediatamente, sólo apalicenles y también a los profesores que han fomentado el movimiento.”
Aquí está la auténtica voz de la burguesía democrática. En el momento en que sus privilegios son amenazados, abandonan la mascara sonriente de la “democracia” y recurren a la violencia y la represión. La juventud en España (como la juventud en Gran Bretaña hace unos meses) están recibiendo una magnífica lección de los valores de la democracia burguesa, repartida mediante golpes de porra. Dispersando una manifestación pacífica, los gobernantes de España demostraron dos cosas: primero su desdén completo al derecho democrático a manifestarse, segundo su pánico a la gente.
Manifiesto del movimiento del 15 de mayo
La juventud en España está sacando las conclusiones más avanzadas. Lo que sigue es el manifiesto del movimiento 15 de mayo. Aunque no estamos de acuerdo con cada punto y coma del documento, es una expresión extraordinaria de los sentimientos de la gente que están ahora despertando a la vida política, porque este es un documento fundamentalmente político aunque sus autores no usen esta palabra. La razón por la que no les gusta la palabra “política” es porque la conducta escandalosa de los partidos políticos existentes han hecho que esa palabra apeste en sus narices:
“Somos personas normales y corrientes. Somos como tú: gente que se levanta por las mañanas para estudiar, para trabajar o para buscar trabajo, gente que tiene familia y amigos. Gente que trabaja duro todos los días para vivir y dar un futuro mejor a los que nos rodean.”
Comentario: La cuestión más importante de esto es precisamente que es un movimiento espontáneo desde abajo, de la base real de la sociedad. Es la voz de los que trabajan en las fábricas y estudian en los institutos y las universidades: la voz real de España, no la de los explotadores y parásitos. Esto representa su fuerza interna y su resistencia.
“Unos nos consideramos más progresistas, otros más conservadores. Unos creyentes, otros no. Unos tenemos ideologías bien definidas, otros nos consideramos apolíticos… Pero todos estamos preocupados e indignados por el panorama político, económico y social que vemos a nuestro alrededor. Por la corrupción de los políticos, empresarios, banqueros… Por la indefensión del ciudadano de a pie. “
Comentario: Es un movimiento de masas que da voz a los que no tienen voz: la gente que no se siente representada por los políticos profesionales y aparatos políticos que se sientan en Las Cortes, esto es la gran mayoría de los españoles. Es una protesta en contra de la corrupción y la explotación. Pero aquí es donde encontramos una contradicción. ¿Cómo es posible mantener esos puntos de vista tan radicales y ser conservador? Un conservador es alguien que quiere conservar el status quo, que defiende el orden establecido que el actual movimiento busca derrocar.
Buscar construir un movimiento con la más amplia base es muy bueno. Pero es imposible mezclar el fuego con el agua. O defendemos el cambio total de la sociedad, en cuyo caso somos revolucionarios. O defendemos su conservación, en cuyo caso somos conservadores. Uno puede ser una cosa o la otra, pero no puede ser las dos.
“Esta situación nos hace daño a todos diariamente. Pero si todos nos unimos, podemos cambiarla. Es hora de ponerse en movimiento, hora de construir entre todos una sociedad mejor. Por ello sostenemos firmemente lo siguiente:
“Las prioridades de toda sociedad avanzada han de ser la igualdad, el progreso, la solidaridad, el libre acceso a la cultura, la sostenibilidad ecológica y el desarrollo, el bienestar y la felicidad de las personas.
“Existen unos derechos básicos que deberían estar cubiertos en estas sociedades: derecho a la vivienda, al trabajo, a la cultura, a la salud, a la educación, a la participación política, al libre desarrollo personal, y derecho al consumo de los bienes necesarios para una vida sana y feliz.”
Comentario: Si, debemos luchar por todas esas cosas. Pero debemos entender que hay poderosos intereses opuestos que cambiar. Los banqueros, los terratenientes y los capitalistas no aceptan que derecho a la vivienda, al trabajo, a la cultura, a la salud, a la educación, a la participación política, al libre desarrollo personal, y derecho al consumo de los bienes necesarios para una vida sana y feliz, son derechos inalienables.
Nos dirán que esas cosas son lujos que no nos podemos permitir. Sólo el derecho de los banqueros a recibir grandes cantidades de dinero público es considerado por ellos inalienable.
“El actual funcionamiento de nuestro sistema económico y gubernamental no atiende a estas prioridades y es un obstáculo para el progreso de la humanidad.”
Comentario: Esto es cierto, pero necesita ser clarificado, así no quedará ni una sombra de duda sobre la verdadera naturaleza del problema. El desempleo no es el resultado de malas políticas de este o otro gobierno. Es la expresión de la enfermedad de todo el sistema, es decir, el capitalismo. El problema no es la codicia de ciertos individuos, tampoco es la falta de liquidez o de confianza. El problema es que el sistema capitalista a escala mundial esta en un callejón sin salida.
La causa fundamental de la crisis es que el desarrollo de las fuerzas productivas han traspasado los estrechos límites de la propiedad privada y el estado nacional. La expansión y la contracción del crédito normalmente es presentado como la causa de la crisis, pero de hecho es sólo el síntoma más visible. Las crisis son parte integrante del sistema capitalista.
¿Es realmente lógico que las vidas y destinos de millones de personas sean determinadas por el ciego juego de las fuerzas del mercado? ¿es justo que la vida económica del planeta sea decidida como si fuera un gran casino? ¿ Se puede justificar que la avaricia por el beneficio es la única fuerza motor que decide si hombre y mujeres tendrán un trabajo o un techo sobre sus cabezas? Los que poseen los medios de producción y controlan nuestros destinos contestarán que si porque es su interés hacerlo. Pero la mayoría de la sociedad, que son las víctimas inocentes de este sistema caníbal, discrepan.
“La democracia parte del pueblo (demos=pueblo; cracia=gobierno) así que el gobierno debe ser del pueblo. Sin embargo, en este país la mayor parte de la clase política ni siquiera nos escucha. Sus funciones deberían ser la de llevar nuestra voz a las instituciones, facilitando la participación política ciudadana mediante cauces directos y procurando el mayor beneficio para el grueso de la sociedad, no la de enriquecerse y medrar a nuestra costa, atendiendo tan sólo a los dictados de los grandes poderes económicos y aferrándose al poder a través de una dictadura partitocrática encabezada por las inamovibles siglas del PPSOE.”
Comentario: Bajo el capitalismo, la democracia necesariamente tiene que tener un carácter restrictivo, tendencioso y mentiroso. ¿Qué libertad de prensa cuando todos los grandes periódicos, revistas y compañías de televisión, salones de actos y teatros están en manos de los ricos? Así como la tierra, los bancos y los grandes monopolios permanecen en pocas manos, todas las decisiones importantes que afectan a nuestra vida serán tomadas, no por los parlamentarios y los gobiernos elegidos sino detrás de puertas cerradas en los consejos de administración de los bancos y las grandes compañías. La actual crisis ha puesto al descubierto este hecho para que todo el mundo lo vea.
Luchamos por una democracia auténtica en la cual las personas tomen el control de la industria, sociedad y el estado en sus propias manos. Esto sería democracia auténtica, a diferencia de la caricatura que tenemos ahora, en donde cualquiera puede decir (más o menos) lo que quiera, siempre que las decisiones más importantes que afectan a nuestras vidas son tomadas detrás de puertas cerradas por pequeños, grupos no votados en los consejos de administración de los bancos y los grandes monopolios.
“El ansia y acumulación de poder en unos pocos genera desigualdad, crispación e injusticia, lo cual conduce a la violencia, que rechazamos. El obsoleto y antinatural modelo económico vigente bloquea la maquinaria social en una espiral que se consume a sí misma enriqueciendo a unos pocos y sumiendo en la pobreza y la escasez al resto. Hasta el colapso.
“La voluntad y fin del sistema es la acumulación de dinero, privándola por encima de la eficacia y el bienestar de la sociedad. Despilfarrando recursos, destruyendo el planeta, generando desempleo y consumidores infelices.
“Los ciudadanos formamos parte del engranaje de una máquina destinada a enriquecer a una minoría que no sabe ni de nuestras necesidades. Somos anónimos, pero sin nosotros nada de esto existiría, pues nosotros movemos el mundo.
“Si como sociedad aprendemos a no fiar nuestro futuro a una abstracta rentabilidad económica que nunca redunda en beneficio de la mayoría, podremos eliminar los abusos y carencias que todos sufrimos.”
Comentario: El derecho a trabajar es un derecho fundamental. ¿Qué tipo de sociedad condena millones de hombres y mujeres sanos a una vida de impuesta inactividad, cuando su trabajo y sus habilidades son necesarias para satisfaces las necesidades de la población? ¿Necesitamos más escuelas y hospitales? ¿Necesitamos nuevas carreteras y casas? ¿No necesita el sistema de transportes y infraestructuras de reparaciones y mejoras?
La respuesta a todas esas preguntas es conocida por todo el mundo. Pero la respuesta de la clase dominante es siempre la misma: no nos podemos permitir esas cosas. Ahora todo el mundo sabe que esta respuesta es falsa. Ahora sabemos pueden producir enormes sumas de dinero cuando le viene bien a los intereses de una minoría adinerada que posee y controla los bancos y las industrias. Es sólo cuando la mayoría de los trabajadores piden que sus necesidades sean atendidas que el gobierno alega que no hay dinero suficiente.
¿Qué prueba esto? Prueba que en el sistema en que vivimos, los beneficios de unos pocos son más importantes que las necesidades de muchos. Prueba que todo el sistema productivo está basado en una cosa y sólo una: movido por el beneficio, o puesto claramente, la avaricia.
“Es necesaria una Revolución Ética. Hemos puesto el dinero por encima del Ser Humano y tenemos que ponerlo a nuestro servicio. Somos personas, no productos del mercado. No soy sólo lo que compro, por qué lo compro y a quién se lo compro.”
Comentario: La única solución a los problemas enumerados aquí es el derrocamiento del actual sistema corrupto y injusto y su sustitución por una sociedad genuínamente humana, racional y democrática, que es el auténtico socialismo o comunismo. No obstante, para conseguir esto, lo que se necesita es un cambio fundamental en la sociedad – una revolución.
El Manifiesto habla de una “revolución ética”. Pero esa formulación es demasiado imprecisa. La ética de una sociedad dada refleja la base económica de esa sociedad. Si aceptamos un sistema económico basado en las ganancias, tenemos que aceptar la ética que surge de esto: “cada una para si mismo y sálvese quien pueda”.
Una sociedad caníbal inevitablemente tendrá ética caníbal. Antes de que tengamos ética humana tenemos que tener una sociedad basada auténticamente en las relaciones humanas. La condición previa para una revolución ética es una “revolución social”.
“Por todo lo anterior, estoy indignado.
Creo que puedo cambiarlo.
Creo que puedo ayudar.
Sé que unidos podemos.
Sal con nosotros. Es tu derecho.”
Esta conclusión contiene la lección más importante. Nos dice que mientras yo, como individuo, soy impotente, no hay poder en la tierra que pueda resistir a las masas, una vez se movilizan y se organizan para la transformación de la sociedad. Esta es la lección de Túnez y Egipto. La clase trabajadora tiene en sus manos un poder colosal: no se enciende una bombilla, ni gira una rueda, ni funciona un teléfono sin nuestro permiso.
Conclusiones avanzadas
Lo más importante es que la juventud se está moviendo y en base a la experiencia concreta de la lucha las conclusiones que el movimiento en su conjunto están sacando están siendo cada vez más avanzadas y llegando más abiertamente a un enfrentamiento con el capitalismo. Así, en la manifestación en Madrid el martes, en protesta contra el brutal desalojo del campo esa misma mañana, se escucharon los siguientes consignas: “no es la crisis, es el sistema”, “la revolución ha empezado”, “lo llaman democracia y no lo es” y también una de las consignas del movimiento chileno en los años 70: “el pueblo unido jamás será vencido”, “luchar, crear, poder popular”.
El manifiesto aprobado por los decenas de miles presentes en la Puerta del Sol en Madrid el 18 de mayo fue desde luego un paso adelante. Entre otras cosas reconocía el carácter político del movimiento: “Los ciudadanos hemos perdido el respeto a los partidos políticos mayoritarios, pero ello no equivale a perder nuestro sentido crítico. Antes bien, no tememos a la POLÍTICA. Tomar la palabra es POLÍTICA. Buscar alternativas de participación ciudadana es POLÍTICA.”
También clarificaron que no llamaban a la abstención en las elecciones, sino que pedían que: “exigimos que nuestro voto tenga una influencia real en nuestra vida”. El manifiesto también identificaba claramente los responsables: “Democracia Real significa poner nombres propios a la infamia que vivimos: Fondo Monetario Internacional, Banco Central Europeo, OTAN, Unión Europea, las agencias calificadoras de riesgo como Moody’s y Standard and Poor’s, Partido Popular, PSOE” entre otros. Algunos estén incluso cuestionando a la monarquía como institución y argumentando que se debería convocar un referéndum.
Ahora la Junta Electoral ha declarado que no se permitirán protestas el sábado (día de reflexión antes del día de las elecciones en el que no está permitida ninguna propaganda electoral) y el domingo (el día de las elecciones). Esto supone un desafío para el movimiento. El único efecto de la represión en Madrid el martes 17 y la prohibición de la manifestación el miércoles 18 fue radicalizar y extender el movimiento. Las manifestaciones en capitales de provincias se han multiplicado en número en los últimos días y han surgido campamentos por todos los lados. Hay una llamada a todo el mundo para quedarse en las plazas a partir de media noche de hoy, desafiando así la prohibición de las concentraciones.
La clase dirigente española se enfrenta a una elección difícil: si usan la represión para hacer cumplir la decisión de prohibir las concentraciones, pueden provocar una explosión social, si no lo hacen, entonces el movimiento habrá ganado una batalla y habrá demostrado el poder de las masas confrontado al poder de las instituciones oficiales. El vice-presidente Rubalcaba hoy ha estado intentando cuadrar el círculo argumentando que el hecho de que la gente se reúna aunque las concentraciones estén prohibidas “no es razón suficiente para que la policía intervenga a no ser que haya violencia”.
Como marxistas damos la bienvenida a las protestas de la juventud. Transmitimos nuestra más sincera solidaridad con el movimiento de protesta y hacemos un llamamiento a la clase trabajadora a apoyarlo activamente. Es el momento de usar el poder de la clase trabajadora para cambiar la sociedad. Es el momento de terminar con todas las prevaricaciones, acuerdos sin principios y compromisos. ¡Paremos los intentos de apoyar un sistema enfermo y moribundo! ¡Es momento para unirnos y luchar! Este es el verdadero significado de las protestas en España y del Movimiento 15 de Mayo.
¡Viva las protestas en el Estado español!
¡Viva el Movimiento 15 de mayo!
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