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Fundación social La Sapiencia: la doble moral del capitalismo

Actualmente nos encontramos en una crisis de sobreproducción capitalista, producida por las propias contradicciones del mismo sistema. La burguesía como clase dominante para mantener sus beneficios se ha visto obligada a dejar atrás las concesiones posibles dentro de una época de auge y expansión del capitalismo, y llevar a cabo reformas draconianas contra la clase trabajadora.

Fundación social La Sapiencia

La Fundación Social La Sapiencia es una organización de carácter humanitario nacida durante la transición y que desde entonces ha estado realizando una importante labor social frente a problemas derivados del propio sistema, tales como: alcoholismo y drogadicción en general, inmigrantes con problemas de adaptación social y desde hace un tiempo llevan adelante un programa de «labor-terapia´´.

La «labor-terapia´´ es un programa que trata de ayudar a familias que han quedado en una situación desamparada debido al actual contexto de crisis. Este programa ofrece una ayuda de 22€ al día, 3 días a la semana, realizando trabajos de limpiezas en parques y sitios emblemáticos de Mallorca, tales como el Castell de Bellver, además de contar con un equipo de trabajadores sociales que trata de ayudar a los usuarios . Actualmente hay más de 200 peticiones en cola.

El Govern balear que dirige Bauçà pretende recortar una parte importante del presupuesto destinado a esta fundación, manteniendo las becas a usuarios pero recortando el dinero destinado a las nóminas de los trabajadores de la Fundación, al material necesario, etc.

Servicios sociales, recortes y marginación social

Los servicios sociales son uno de los pilares básicos del estado de bienestar. Su objetivo es evitar que los problemas derivados del propio sistema se extiendan a una mayor capa social o incluso poder eliminarlos. La necesidad de este tipo de servicios se hace patente dentro de la crisis en que nos encontramos. Donde actualmente entorno al 21% de la población del estado español se encuentra bajo el umbral de la pobreza (aproximadamente 523,2€/mes).

La política de recortes se debe a que la misma clase dominante que creo la burbuja inmobiliaria y se lucro con ella, no puede seguir sosteniendo las concesiones que había hecho a los trabajadores, y se ve obligada a quitárselas para seguir subsistiendo como una casta parásita que se alimenta del trabajo de los demás. Con estos recortes se hace evidente quien paga y quien sale beneficiado. No era banquero ni ocupaba ningún cargo en el Consejo de Administración de ninguna empresa Alpha Pam, inmigrante muerto este último año en Mallorca debido a que se le denegó la asistencia sanitaria estando enfermo de tuberculosis. Del mismo modo que se condena a la exclusión al denegar esta asistencia a alguien que lo necesita, se producen también casos de marginación social, que si no son asistidos por profesionales, pueden traer grandes consecuencias. La drogadicción lleva a la marginación social, así como esta lleva a la drogadicción.

Lo que se consigue con esto es que, a costa de que bancos y grandes empresas mantengan su tasa de beneficios, o incluso puedan aumentarla, se condene a una capa cada día mayor de la clase trabajadora a esta exclusión, condenándolos a la miseria y dejándolos a las puertas de los problemas sociales.

La marginación social y la justicia

La justicia burguesa tiende a defender, sin duda, los intereses de esta casta parásita, no por propia voluntad, sino porque esta casta tiene tomado el aparato del estado. Ante esto, podemos ver como se indulta a banqueros o empresarios, con graves crímenes de corrupción, sin embargo se mantiene durante meses a pesar de la presión popular, al preso más antiguo de España, que llevaba más de 30 años y no tenía delitos de sangre.

Además de ello, las personas en situación de exclusión social, suelen tener problemas como crímenes menores, que se producen debido a su situación, que los llevan a la cárcel. Definitivamente, Si roba un pobre es un ladrón, si lo hace un rico es cleptómano y debe ir al psicólogo.

Privatización, beneficio y deuda

Una de las posibilidades que ha ofrecido el Ayuntamiento de Palma a la Fundación Social La Sapiencia es la de convertirse en una empresa privada. Pero, una empresa privada, ¿para qué? Esta fundación pretende ayudar a personas con problemas que los pueden condenar a la máxima marginación, sin ánimo de lucro, ¿Y el Govern pretende que se convierta en una empresa privada para eliminar gastos? ¿Como va a poder pagarlo una persona en situación de pobreza?¿Y de drogadicción? Sin duda esta opción no ayuda a nadie.

El hecho de convertirse en una empresa privada plantea muchas cuestiones, pero, este hecho se debe a que para la burguesía, esa oligarquía que nos gobierna, necesita recortar para no tener que reducir sus beneficios y poder pagar su deuda, que ya se aseguraron con un cambio en la constitución en 2011, entre el PP y el PSOE. El único beneficio que interesa a la burguesía es el de sus bolsillos. No son capaces de ver la utilidad de las ayudas sociales, porque si las necesitan las pueden pagar. Pero son de gran necesidad para poder sacar el máximo potencial de toda persona.

La alternativa, el socialismo

Cualquier problema, en caso de ser desatendido, tendrá una tendencia a hacerse más grande. Lo importante no es tan solo ayudar a las personas en situación de marginación social a salir de ella, si no el hecho de impedir la entrada de ningún sector de la población hacia la marginación. El sistema capitalista, en su conjunto, suele llevar, especialmente en épocas de crisis, hacia una creciente desigualdad social, la cual, favorece la caída de los estratos más pobres a la marginación, problemas como la drogadicción, alcoholismo u otros problemas causantes de marginación social, suelen venir acompañados de una fuerte presión sobre esos estratos, que son “ejecutadas” socialmente por la clase dominante, con tal de no reducir en lo más mínimo su tasa de beneficios.

Sin duda, bajo el sistema capitalista es imposible tener un sistema público de asistencia social para cualquier problema, de marginación social o de otro tipo, porque siempre va a depender de los intereses de una oligarquía. Solo con una economía planificada democráticamente podremos decidir y planificar este tipo de sistema. Solo bajo la acción de todos los trabajadores organizados podremos organizar una sociedad mejor.

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