India: la abrumadora victoria de Modi marca el comienzo de una nueva era de intensa lucha de clases

Los resultados de las elecciones generales en la India, celebradas entre el 11 de abril y el 19 de mayo, sorprendieron a mucha gente en todo el mundo ante la victoria abrumadora del partido fundamentalista hindú de derechas BJP, encabezado por Narendra Modi. El BJP, un partido que ahora cuenta con el apoyo de las grandes empresas y que tiene una larga historia de políticas anti-obreras y raíces en el RSS (una organización fascista) se ha convertido en el segundo partido en la India que forma gobiernos consecutivos, después del Partido del Congreso.

Estas elecciones fueron consideradas como un referendo sobre los cinco años del gobierno de Modi y del BJP, y tomó la forma de una elección estilo presidencial. Muchos anticipaban que Modi iba a perder parte de su popularidad y que la oposición iba a surgir fortalecida de las elecciones generales, en las cuales 900 millones de votantes registrados tenían derecho a votar. Sin embargo, después de un ejercicio de votación que duró más de un mes en el cual 600 millones de votantes participaron en toda la India, Modi emergió más popular que hace cinco años. La participación en las elecciones del 67.1 por ciento también fue histórica, en la cual la mayoría de votantes jóvenes y especialmente votantes que participaban por primera vez optaron por el BJP.

Desglose de los resultados: dominio del BJP

La Alianza Democrática Nacional encabezada por el BJP consiguió 353 de 545 escaños en el Lok Sabha, la cámara baja del parlamento. El BJP emergió como el partido más grande, al obtener 303 escaños. Esto es un aumento de 21 escaños de los 282 ganados en la elección del 2014. Fácilmente, cruzó el umbral requerido para una mayoría simple de 272 escaños para formar el nuevo gobierno.

El Partido del Congreso, que gobernó la India durante la mayoría de su 73 años de independencia, pudo aumentar sus números solamente a 51 escaños comparado con los 44 que ganaron en las elecciones anteriores. Esto fue sólo ligeramente mejor que su peor resultado de la historia en el 2014, pero aun así representa una gran derrota después de estar en la oposición durante cinco años. En esa ocasión, el mal resultado fue justificado como consecuencia de haber estado en el poder durante 10 años consecutivos del 2004 al 2014. Pero esta vez, el mal resultado ha planteado serias dudas sobre el futuro de este partido de 134 años. La alianza encabezada por el Partido del Congreso, UPA, en su conjunto, solamente pudo conseguir 91 escaños.

Los demás partidos regionales tal como el SP, BSP, YSRC, y la izquierda pudieron obtener conjuntamente sólo 99 escaños en total. El pésimo resultado de estos partidos, que en general son fuertemente regionales, algunos de los cuales han gobernado sus Estados durante décadas, también revela claramente la putrefacción de sus programas políticos y crea incertidumbre sobre su futuro.

Los partidos comunistas, el CPI y CPI(M) solamente pudieron conseguir 5 escaños en total. Por primera vez desde 1952, el Frente de Izquierda fracasó en obtener una cifra de dos dígitos en una elección general. Fueron arrasados completamente en el Estado de Bengala Occidental, donde perdieron todos los escaños que disputaron. Ellos habían gobernado este Estado durante 34 años continuos antes de haber sido echados del poder por el partido de derecha TMC en las elecciones del 2011. Pero aún así, se aferraban a su papel de oposición en este Estado. Ahora, por primera vez, no pudieron siquiera obtener la segunda posición en la Asamblea Nacional en este Estado.

La izquierda ha sufrido pérdidas en muchas regiones. En Bengala Occidental, el BJP aumentó su porción del voto del 17,2 por ciento al 40,1 por ciento, mientras que la izquierda se desplomó del 23 por ciento al 6,28 por ciento. En Kerala, donde los partidos comunistas gobiernan el Estado, sólo pudieron conseguir un escaño de 20. La mayoría de los estados del norte fueron tomados por el BJP y sus aliados, junto con enormes victorias en los Estados del noreste.

En el Estado más grande de Upar Pradesh (UP), el BJP obtuvo 64/80 escaños, mientras que la alianza de los llamados partidos socialistas locales (SP y BSP) sólo pudo hacerse con 15 escaños. Estos partidos, que han maniobrado con éxito detrás de su política de castas durante muchas décadas, estaban bastante seguros de su capacidad para derrotar al BJP. Sin embargo, la mayoría de la población de UP sigue viviendo en extrema pobreza y miseria, mientras que una pequeña minoría prospera. Los dirigentes de estos partidos locales utilizaron consistentemente la intolerancia y el odio de las castas para obtener victorias electorales. Pero el BJP los ha superado en el uso de tácticas sucias, además del odio religioso y de casta para lograr el éxito electoral a un nivel sin precedentes.

El mayor revés para el Congreso también provino del Estado de UP, ya que su líder, Rahul Gandhi, perdió humillantemente su escaño en Amethi, ocupado desde 1967, a manos del BJP.

En Maharashtra (cuya capital es Bombay) el BJP estaba en alianza con el partido fundamentalista hindú de extrema derecha Shiv Sena, y derrotó al Congreso y a su alianza por un margen enorme. Este Estado ha visto enormes protestas de cientos de miles de campesinos en los últimos años, que fueron dirigidos por los partidos comunistas. Pero estos partidos se demostraron incapaces de convertir estas protestas en victorias electorales y la mayoría de los escaños rurales fueron ganados por Shiv Sena, consolidando su poder en el Estado.

¿La onda Modi?

La sorprendente victoria electoral está siendo promocionada como resultado de la personalidad carismática de Modi y de su equipo, así como el uso extravagante del dinero ilícito proveniente de la corrupción y de adinerados patrocinadores para financiar una muy bien planeada campaña de medios de comunicación y de propaganda en todo el país, respaldada, en su caso, por la coerción y las amenazas.

El uso de la policía y otras instituciones del Estado para coaccionar a los votantes, y especialmente a las minorías religiosas y a los hindúes de castas bajas, también fue generalizado en todo el país. Modi es conocido por los disturbios entre hindúes y musulmanes de 2002 en Gujarat, cuando era el primer ministro de ese Estado. Alrededor de 2.000 personas se mataron en esos disturbios, mientras que muchas más resultaron heridas y quedaron sin hogar. El linchamiento de la turba en varios lugares por parte de los fundamentalistas se convirtió en una rutina común en los últimos cinco años y estas amenazas se utilizaron ampliamente durante esta campaña.

La parcialidad de la Comisión Electoral de la India también fue atacada durante esta campaña electoral cuando tomó muchas decisiones a favor del actual BJP. Una de estas decisiones fue permitir que Pragya Thakur participara en las elecciones de Bhopal. Todavía está siendo juzgada por estar detrás de un ataque terrorista en Malegaon en 2006 en el que murieron al menos 40 personas.

También hubo muchas acusaciones de manipulación y fraude. Un informe de un sitio web de noticias, The Quint, afirma que existe un desajuste entre los votos registrados y la participación en más de 370 circunscripciones. Sin embargo, a pesar de todas estas acusaciones, la escala de la victoria muestra que la máquina electoral del BJP ha maniobrado una victoria completa, por las buenas o por las malas.

En 2014, Modi basó su campaña en los eslóganes de «desarrollo y progreso», criticando el anterior gobierno de 10 años del Congreso manchado por escándalos de corrupción y crisis económicas. Pero esta vez, toda la campaña se basó en consignas religiosas de extrema derecha extraídas del fundamentalismo hindú (hindutva). El uso del patrioterismo nacionalista y el alarmismo bélico también alcanzó su punto álgido, y Modi y su partido utilizaron la retórica antipakistaní en sus discursos, en los que Modi se presentó a sí mismo como el «Chowkidar» (vigilante) de la nación. En febrero estallaron tensiones entre estos vecinos con armas nucleares en enfrentamientos aéreos de represalia mutua que fueron utilizados para reforzar la imagen de hombre fuerte de Modi.

El BJP ha utilizado la herramienta reaccionaria de la intolerancia y el odio religioso de la manera más descarada y sinvergüenza, mientras que anteriormente se utilizaba hipócritamente bajo el atuendo de la armonía religiosa. Casi todos los partidos principales han utilizado estas herramientas para manipular las victorias electorales, aunque a una escala relativamente menor. El Congreso ha maniobrado políticamente detrás de estas consignas, desde la Partición de India y Pakistán, para conseguir victorias electorales, mientras chantajeaba a los votantes para que no se apoderaran del país las fuerzas reaccionarias. El lema de la armonía religiosa en la India es, en realidad, un lema para dividir a la gente en líneas religiosas.

También está claro que los capitalistas indios dieron su apoyo abrumador al BJP. La Bolsa de India subió a su mayor rendimiento en tres años el día en que las primeras encuestas a pie de urna confirmaron la victoria de Modi. La política antiobrera de Modi: desde la devaluación de la moneda al reparto de grandes contratos a sus favoritos, ayudó a liberalizar el sector financiero para llenar las cajas de los super-ricos, al mismo tiempo que obligaba a millones de personas a vivir por debajo del umbral de la pobreza. Modi aplastó a los sindicatos y dejó a los trabajadores a la merced de los capitalistas, enfrentándose a más explotación con más horas de trabajo, salarios reducidos y sin ninguna seguridad laboral. Otro mandato para Modi significa ataques mucho más brutales contra la clase obrera, para aumentar las ganancias de la burguesía india.

Muchos analistas de izquierda y líderes de la oposición afirman que esto es la «victoria del fascismo» en India. Los líderes de la oposición y los críticos culpan a las masas de todo esto, llamándolas ignorantes que cayeron en el fanatismo y el chovinismo del BJP y que bajan la cabeza con total desánimo y tristeza.

Pero las razones de esta victoria de la derecha se encuentran en la bancarrota ideológica de la izquierda y en las políticas negativas de la oposición burguesa. Echar la culpa de todo a las masas empeorará aún más las cosas e impedirá que la izquierda encuentre una solución para detener este ataque reaccionario.

Laicismo

En estas elecciones, la consigna del laicismo fue utilizada como un llamamiento para unir a toda la oposición en contra del BJP y fue considerada como el hilo conductor de todas las fuerzas anti-BJP. Pero históricamente, la consigna del laicismo ha sido utilizada hipócritamente para llevar a cabo injusticias y opresión en contra de la clase obrera. El Partido del Congreso, a pesar de intentar volver al poder bajo la falsa consigna del laicismo, de hecho fue en ocasión más reaccionario y fundamentalista hindú que el mismo BJP. Rahul Gandhi y su hermana Priyanka hicieron todo lo posible para atraer los sentimientos religiosos de los hindúes y visitaron muchos templos importantes durante la campaña. Pero a pesar de todos estos esfuerzos, su porcentaje de votos permanece estancado en un 19,5% (comparado al 19,3% en 2014).

El Partido del Congreso intentó tímidamente exponer los escándalos de corrupción del BJP durante los cinco años de su gobierno, además de destacar los problemas económicos en ese período, pero al final no pudo proporcionar una alternativa y por lo tanto fue visto como una versión débil y tímida del BJP por los votantes jóvenes y la burguesía por igual. También, en la cuestión de la confrontación con Pakistán, el Partido del Congreso y todos los demás partidos de oposición no tuvieron una posición alternativa y mantuvieron la misma postura que el BJP, sólo que de manera más hipócrita y engañosa.

El período turbulento que se acerca

Las elecciones han abierto una nueva caja de Pandora y se han iniciado todo tipo de debates en torno al futuro de la política en la India. Decenas de nuevos partidos políticos son registrados en la India todos los días, pero muy pocos son capaces de dejar huella. Aunque pocos tienen el valor de ver más allá de los actuales partidos políticos en la India, es muy posible hoy divisar un futuro con nuevos partidos reemplazando a los viejos.

El terreno está siendo preparado para nuevos acontecimientos turbulentos, los cuales transformarán la situación completamente. Nuevos partidos podrían surgir para enfrentarse a la reacción del BJP con pleno vigor. Recientes huelgas generales y enormes manifestaciones de campesinos integradas por millones de personas en varios Estados demuestran que la gente quiere solucionar la crisis económica y manifestarse poderosamente. Sin embargo, el liderazgo de estas organizaciones y partidos no les están dando una vía de avance y están limitando estos movimientos a exigencias económicas. En el período venidero, todo esto se va a repetir a una escala mucho mayor y va a exponer la total putrefacción de los partidos existentes. Aunque este proceso prolongado no va a desarrollarse en línea recta y va a estar repleto de contradicciones, está destinado finalmente a anunciar la muerte de todos los viejos partidos políticos. El colapso de los partidos de izquierda existentes ha abierto un enorme espacio, el cual está disponible para ser tomado por nuevos partidos emergentes.

La lucha de clases se intensifica

Las multinacionales y las grandes empresas internacionalmente han dado la bienvenida al éxito de Modi y están considerando a la India bajo su liderazgo como un refugio seguro de la guerra comercial entre los Estados Unidos y China a causa del alto índice de crecimiento y las enormes ganancias que las compañías indias han obtenido durante los últimos cinco años del gobierno de Modi. Muchas compañías están considerando trasladar sus negocios a la India desde China para evitar las sanciones de los Estados Unidos, aunque Trump también ha amenazado a la India con nuevos aranceles. China (la cual ya tiene un gran superávit comercial con la India) también le ha dado la bienvenida a Modi y planea aprovecharse de este enorme mercado y así aliviar la presión de las sanciones de los Estados Unidos. Por otro lado, los intereses imperialistas antagónicos entre la India y China en la región también están saliendo a relucir. Todo esto va a agudizar las contradicciones e impactar los acontecimientos políticos en el período venidero.

Para la clase obrera, este período significa mayor explotación, mayores recortes a las condiciones de vida, y mayor liberalización de la economía en una escala nunca antes vista. Modi va a intentar utilizar esta gran victoria para aplastar a la clase obrera bajo su bota y proporcionar un ambiente “amigable” para los inversores, donde puedan explotar a sus trabajadores a su antojo. Durante el segundo mandato de Modi, éste planea una multitud de reformas económicas incluyendo cambios en las leyes laborales, privatización, y la creación de bancos de tierras para nuevos desarrollos industriales según el alto funcionario Rajiv Kumar, vicepresidente de NITI Aayog (Instituto Nacional para Transformar la India).

Esta es una receta para la lucha de clases, la cual se intensificará en el período venidero. La tasa de desempleo del 6,1 por ciento en el 2017-18 es ya la más alta de los últimos 45 años, mientras que la economía se ha desacelerado de un crecimiento del 6,8 por ciento al 5,8 por ciento en el período de enero a marzo, reflejando el impacto de la crisis en la economía mundial. En los últimos cinco años del gobierno de Modi se han presenciado algunas de las huelgas generales más grandes de la historia, las cuales han movilizado alrededor de 200 millones de obreros en un día. El movimiento estudiantil también ha ido creciendo y está buscando nuevas ideas y métodos para alcanzar sus objetivos. Todos aquellos que golpean sus cabezas contra la pared ante la victoria de la reacción de derecha solamente necesitan esperar y ver, porque estos movimientos van a crecer enormemente en los próximos meses y años. Vamos a ser testigos del inicio en el desarrollo de acontecimientos históricos. De hecho, la victoria de Modi es un azote de contrarrevolución el cual va a impulsar a las masas revolucionarias hacia el escenario de la historia para tomar su destino en sus propias manos. Es hora de una renovada lucha de clases en la India.

Si alguien tiene alguna duda al respecto, es suficiente fijarse en Brasil donde hace solamente un año Bolsonaro aparecía triunfante y donde sólo se hablaba de “fascismo”. Ahora, un año después vemos cómo las masas no están dispuestas a aceptar sus políticas anti-obreras y están saliendo a las calles a protestar en grandes números. Lo mismo sucederá en la India una vez que Modi salga a la ofensiva en contra de la clase obrera india.

¿Cuál es el camino a seguir?

La humillante derrota de los partidos comunistas demuestra en efecto la bancarrota del estalinismo y su degeneración hacia el cretinismo parlamentario, el provincialismo, y la corrupción descomunal. Es evidente que, sin una completa revisión de sus bases ideológicas, ninguna recuperación es posible. Aun así, muchos están proponiendo cambiar tácticas y estrategias electorales, lo cual es como patinar en una superficie sin ver debajo de ella. Otro mantra es infundir al partido con sangre joven, lo cual a menudo significa los hijos y hermanos jóvenes de los líderes del partido. Al permanecer en el poder durante muchas décadas en gobiernos regionales y al compartir gobiernos de conciliación de clases, estos partidos de izquierda han adoptado comprensivamente las ideologías y métodos de otros partidos burgueses y es difícil poder señalar alguna diferencia entre ellos.

La izquierda no tiene alternativa al laicismo falaz del Partido del Congreso, de hecho, estuvo en coalición con éste en muchos lugares. De forma similar, no tiene ninguna posición de solidaridad de clase con la clase obrera de otros países en la región, incluyendo Pakistán, y sigue el mismo enfoque nacionalista que otros partidos – defendiendo el nacionalismo indio a cada momento. Esta es la razón por la cual no tuvieron respuesta a la campaña electoral patriotera del BJP.

El marxismo es internacionalista o no es nada y Marx levantó la consigna de la unidad de la clase obrera en todo el mundo. Pero la izquierda en la India hace mucho tiempo olvidó la esencia de esta consigna y ha abandonado el internacionalismo por la mezquina política del poder a nivel regional.

Es hora de volver a la teoría de revolución permanente tal como fue desarrollada por Trotsky, y seguir el método bolchevique de construcción del partido planteado por Lenin, para poder salir de esta crisis. La única esperanza se encuentra en la juventud, la cual quiere luchar contra un futuro oscuro de desempleo, pobreza, y analfabetismo bajo Modi. Ellos necesitan prepararse para enormes y dramáticos acontecimientos en el horizonte, los cuales van a estremecer la situación política de arriba abajo. La vía que tenemos por delante no es a través de intrigas organizativas dentro de los partidos ni de cambios insignificantes en las direcciones actuales, sino a través de una completa revisión de las bases ideológicas de la izquierda, y de revivir el espíritu internacionalista del marxismo con las ideas del trotskismo, el cual es una continuación del marxismo y del leninismo.

La victoria del BJP no es la derrota del proletariado indio. Además, el fascismo aún no ha llegado. De hecho, esta victoria del BJP revela el agotamiento de los métodos democráticos burgueses. Los límites de la constitución india y del Estado burgués han quedado al descubierto en estas elecciones. El Estado ha fracasado en proporcionar las necesidades básicas a millones que viven en extrema pobreza, enfermedad, y miseria desde su mismo principio, pero ahora también es incapaz de resguardar las alabadas instituciones de la democracia burguesa misma. Las consignas vacías de “desarrollo y progreso” también han fracasado una y otra vez. Los métodos neoliberales y de Estado capitalista de administrar el país también han revelado su completa bancarrota. La única vía hacia adelante es la transformación socialista de la sociedad a través de una revolución en la que el proletariado va a jugar el papel principal. Sólo a través de una economía planificada socialista se podrá poner fin a este sistema basado en clases, y 1.300 millones de personas podrán emanciparse de sus vidas miserables bajo el capitalismo. La revolución socialista india va a ser solo el principio de una revolución mundial, la cual emancipará a la humanidad del dominio del capital.

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