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La revolución europea que se avecina.

 
El ser humano es enormemente conservador, mientras podamos aguantar y nos veamos con cierta seguridad nos guiaremos por el dicho de “más vale malo conocido que bueno por conocer”. Y es que durante un periodo, en Europa, el capitalismo “funcionó” para mucha gente. Pero ese periodo ahora queda atrás. En el sur europeo cada vez está más claro que las cosas no pueden seguir así y que es necesario un cambio, el problema es que no está claro qué cambio ni cómo.
 
La Unión Europea se fundó sobre unas bases reaccionarias, bajo el capitalismo no significa más que la alianza de las potencias imperialistas europeas en defensa de sus intereses, pero esto se pudo hacer en una época de bonanza económica en la que se pudieron conciliar los intereses de todas esas potencias. Ahora estamos viendo ya choques entre los intereses de las burguesías nacionales de cada país, por ejemplo en torno a los eurobonos. Es probable que, bajo el capitalismo, en el contexto actual, la UE se rompa.
 
Pero, ¿que tenemos que decir los trabajadores en torno a esto? La defensa de nuestros intereses nos lleva inevitablemente a romper con los límites de la propiedad privada de los medios de producción, que es la responsable de la situación actual, necesitamos eliminar la busqueda del beneficio de sus dueños y gestionar la producción en beneficio de los trabajadores. Peroel capital es una fuerza internacional, esto es hoy más claro si cabe que hace 100 años, cuando Lenin analizó el imperialismo, la nueva fase en la que entraba el capitalismo. Por tanto, para oponerse a esa fuerza internacional que es el capital, es necesaria la organización internacional de los trabajadores. La victoria sobre el capitalismo sólo puede darse a esa escala.
 
 

aitCuando nos referimos a la “revolución mundial”, etc tenemos que tener claro que no llegara el día en el que trabajadores de todo el planeta se lancen simultáneamente a la toma del poder, tristemente eso es imposible. El capitalismo se desarrolla de manera desigual, aunque el capital, por su carácter internacional, haga que su desarrollo en un país esté interrelacionado con su desarrollo en el resto del planeta. O dicho de otra manera, cada país tiene su ritmo, pero no es ajeno a lo que ocurre en el resto.

 
Esto quiere decir que las condiciones para la revolución socialista pueden madurar antes en un país que en otro. Por tanto, la revolución empieza, y no puede ser de otra manera, a escala nacional, y, en estados plurinacionales como España, a nivel del estado completo. La tarea inmediata que tenemos los trabajadores en el estado español es pues derribar a la burguesía española, que, aliada con la burguesía catalana y vasca, extiende sus tentáculos por todo el estado.
 
Empezaba hablando de lo rápido que maduraban las condiciones revolucionarias en Europa, pero no lo hacen al mismo ritmo. A la conclusión de que es necesaria la transformación revolucionaria y socialista de la sociedad no se llega automáticamente, sino por aproximaciones sucesivas. Primero es necesario comprobar en la experiencia propia que todos los atajos, caminos intermedios, intentos de conciliación o “bien común” y demás soluciones fáciles no son mas que humo y no pueden solucionar la situación de los propios trabajadores. Y por el alcance de la crisis, la situación concreta de cada país, etc. el desarrollo de la conciencia revolucionaria se halla en etapas diferentes.
 
Pero también decía antes que todo estaba conectado. Una revolución triunfante en un país golpea la conciencia de millones de trabajadores en otros países, y les hace plantearse de inmediato la cuestión del poder. Testigos de ésto hemos sido con la Primavera Árabe, dónde la movilización y la expulsión de sus tiranos fue vista como una victoria (es un paso adelante, aunque las bases económicas sigan siendo capitalistas) y animó a la lucha a países cercanos. 
 
Roto el hielo del capitalismo en un país, en un breve periodo de tiempo podemos esperar réplicas revolucionarias en su entorno, y en Europa más si cabe, pues la Unión Europea y el desarrollo del capitalismo ha unido a los trabajadores europeos más que nunca.
 
congreso cmi pakistanExplosiones sociales, caídas de gobiernos, revolución y contrarrevolución, todo esto sacudirá Europa y el mundo en los próximos años, el éxito o el fracaso de esos movimientos de la clase trabajadora serán el éxito o o el fracaso de su vanguardia, en última instancia, la cuestión es si conseguiremos levantar una organización revolucionaria capaz de dirigir esos movimientos a tiempo.
 
Por otro lado, he dicho que revolución comienza a escala nacional, sí, pero se desarrolla a escala internacional y sólo puede triunfar a escala mundial. Los trabajadores europeos han asumido ya que la primera piedra del camino son los gobiernos de sus propios estados, pero también saben que no pueden quedarse ahí. La huelga general europea del 14-n (avanzada por nosotros en el “Manifiesto por la unidad de Acción”) es muestra de ello, si los dirigentes reformistas plantearon una jornada europea de lucha no es sino por la presión de sus bases, que saben que si el cambio se encierra en unas fronteras nacionales no puede triunfar, ven necesario llevar la lucha más allá de sus propias fronteras.
 
Por eso, hoy, la consigna “contra la Europa del euro” en referencia a la Europa capitalista de hoy, “por la Europa socialista”, es correcta, y es más actual hoy que nunca. 

 

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