La vanguardia de todo proceso liberador: La Clase Obrera
Sería pretencioso querer dar clases de cómo se debe conducir un proceso de liberación, a este respecto no hay mucho que inventar sólo debemos de recurrir a las innumerables experiencias. De revoluciones en que los pueblos tomaron en sus manos por la fuerza de las armas y la razón; los destinos de sus pueblos y naciones o también como resultados de procesos electorales en que logran llevar al gobierno a representantes de sus intereses. Ambos métodos son validos, sin hacer apología por ninguno de los dos, con la única condición indispensable de que sea el pueblo en su mayoría junto a la masa revolucionaria quien este al frente de cualquiera de los dos.
Los pueblos que consiguieron con sus luchas destruir el viejo aparato de las clases dominantes y todo su andamiaje, son los que aseguran hacerse no solamente del gobierno, también del poder, por que se sustentan como vanguardia de los procesos y revoluciones principalmente en su clase obrera, que es quien mueve la economía de un país en su misión histórica universal, claro con sus aliados naturales, los campesinos y pueblo en general.
En honor a la experiencia también tenemos que resaltar, de que la toma de gobiernos o del poder por las armas o por procesos electorales, no asegura de por vida la permanencia de los causas liberadoras o de las revoluciones que avanzan por una nueva sociedad. Los errores burocráticos e ideológicos de los conductores que dejaron de creer en su clase obrera y los errores de confianza de los pueblos por no controlar a sus direcciones, han hecho desviar, retroceder y en algunos casos regresar al pasado, procesos y revoluciones que se creían ya consolidados con las consecuencias consabidas.
El enemigo de clase no descansa ni un momento y no deja de acechar todo proceso de cambio liberador o algo que no se parezca a su política de tener gobiernos serviles a su interés, que siempre le han servido a sus ambiciones imperiales de imponer sus políticas de saqueo de nuestras riquezas naturales.
Nadie puede dudar que los procesos de cambio que mencionamos líneas arriba, van hacia delante y están sustentados y más que ratificados por la confianza mayoritaria de sus pueblos, y con márgenes de votos electorales en elecciones verdaderamente democráticas. Pocas veces vistos en gobiernos de épocas neoliberales donde era extraño que algún candidato pudiera ganar con más del 50 por ciento de los votos ciudadanos, lo que les da a estos gobierno hoy día una legalidad y legitimidad que no puede ser cuestionada por nadie.
También tenemos que afirmar que lo anterior tampoco garantiza que estos procesos sigan avanzando o que lleguen a la meta de construcción de una nueva sociedad, solidaria y de iguales a lo que es preciso recordar que si un proceso liberador no se asienta principalmente en la clase obrera y en sus principios ideológicos de liberación del yugo del capitalismo, corre el riesgo de burocratizarse y perder el objetivo principal y ser simplemente un gobierno reformista dentro del molde del capitalismo.
Como dijo Lenin, “la clase obrera lo único que tiene para perder son sus cadenas de explotación”, es esa clase que no está atada a ningún interés económico individual que no sea su salario, es la que ha permitido ser la vanguardia de desarrollo de las luchas en todo el mundo contemporáneo, es esa clase obrera depositaria de la conciencia revolucionaria junto a sus aliados naturales, la que ha hecho avanzar en todos los campos a la humanidad, sin ella no se podría mover una sola maquina, un sólo medio de transporte, no habría un pan, no se haría la luz. En fin, no se podría mover un país.
Aquí, hablamos de esa clase obrera, sindicalizada organizada, consciente, revolucionaria, solidaria, esclarecida en sus luchas, combativa y que cuando lucha por su salario, esta luchando por los salarios e intereses de todos los demás, esa clase obrera en que sus reivindicaciones económicas, pasan necesariamente por sus reivindicaciones políticas, considerando que “la liberación de la clase obrera, será obra de ella misma” y que la única forma de liberarse de las cadenas de la explotación es en una nueva sociedad, donde se liberen todas las fuerzas de producción.
Sectores de la clase obrera que sólo buscan beneficios sectoriales, por ser parte de corporaciones importantes de la economía del país en que los salarios se diferencian abismalmente de otros sectores menos favorecidos, van consolidándose junto a organizaciones pequeños burgueses como sectores que lo único que les interesa es ganar más y más y a la larga poco les importa qué tipo de patrón tienen. Este tipo de sindicalismo no puede ni debe ser dirección de ningún movimiento o proceso que involucre las aspiraciones de los trabajadores de un país.
Cada uno por su cuenta se cree ser vanguardia de los procesos que se están desarrollando en nuestro continente, por apoyar y votar en elecciones y manifestarse y gritar. La vanguardia de los procesos son fundamentalmente aquellos que pertenecen orgánicamente a ese conglomerado de clase que mueve el país y que conscientemente solidario vive, lucha , trabaja y muere por una nueva sociedad política y socialmente justa en contra del capitalismo explotador. Este 1 de mayo es pertinente renovar el compromiso en homenaje a todos los mártires por las reivindicaciones históricas de la clase obrera desde Chicago hasta el presente, “sin medir el tamaño del enemigo”.
José Justiniano Lijerón
Es ex Dirigente de la Central Obrera Boliviana (COB)
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