Lucha en Pilkington Sagunto
El pasado lunes 22 de marzo, los trabajadores de Pilkington-Sagunto iniciaron una huelga ante el plan de Jubilaciones presentado por la empresa, en el que se contemplaba la salida de 37 compañeros. Finalmente, tras una declaración de huelga se firmó un preacuerdo con la empresa que retrasaba unos meses sus planes. No hay que fiarse de la empresa y mantener la guardia.
Para comprender la importancia de esta planta, basta con apuntar que Pilkington suministra actualmente de vidrio a todos los principales fabricantes de automóviles en España, entre ellos Ford, Seat, Mercedes, Peugeot, Citroen, Renault y Suzuki. Antes de esto, el vidrio para las operaciones de laminación, templado y encapsulación de Sagunto se tenía que traer por carretera desde San Salvo (Italia), debiendo de recorrerse más de 2.000 kilómetros, hasta que se tomó la decisión de construir una nueva línea de vidrio float, en terrenos adyacentes a la planta de productos automotrices, con el fin de disponer de un suministro propio de vidrio, con todas las ventajas para la producción que esto llevó aparejado.
Según el Comité de Empresa, y pensamos que con toda la razón, esta salida forzada de 37 compañeros que había planteado la compañía habría sido solamente el principio, «un dardo envenenado», y creen que «detrás está el cierre de la línea de parabrisas», en las que trabajan más de un centenar de personas. Esto a su vez, conllevaría «la pérdida de la viabilidad de la planta», en la que trabajan unas 400 personas.
Los sindicatos temiendo que la multinacional pretendiera «deslocalizar» la planta valenciana y llevar la fabricación de los componentes del automóvil a otro sitio para «abaratar costes», algo que advierten también podría suceder en otras fábricas del sector, convocaron movilizaciones que fueron secundadas masivamente por toda la plantilla.
Tras varios intentos infructuosos de acercamiento, finalmente se llegó a un preacuerdo en el que los sindicatos suspendieron los paros tras una reunión con la dirección de la factoría en la Dirección General de trabajo.
Hay que tener en cuenta que se llega a este preacuerdo en un momento en el que como dicen desde UGT, las familias están atravesando por una situación muy dura, aún más para las que tienen más de un miembro trabajando en la empresa, ya que desde la multinacional “no han llegado a complementar nada en los ERTES, ni pagas, ni vacaciones, ni ningún complemento hasta el tanto por ciento del salario real».
La huelga sólo se ha paralizado al final, con el compromiso de que conforme se avance en el cumplimiento del acuerdo alcanzado, se realizarían más suspensiones de la misma a partir del 6 de abril.
Por otra parte, después de la reunión mantenida el martes 23 de marzo, se mantendrá también el calendario de ERTE preestablecido para los meses de marzo y abril, salvo que la empresa acredite y justifique nuevas necesidades de producción. Y se prolongará hasta junio, con el compromiso que no haya ningún despido hasta el 30 de septiembre, para poder estudiar la viabilidad de la planta, con la posibilidad de ampliar su duración, y podrán trabajar en alternativas de inversión que permitan la viabilidad de ésta con el objetivo de mantener un nivel de empleo «óptimo» en las diferentes líneas.
Una cosa que ha quedado patente estos días, y que debemos de subrayar, es la enorme fuerza de los trabajadores, que en menos de una semana han doblegado la voluntad de la empresa, y la han obligado a tirar marcha atrás, al menos momentáneamente, a sus planes de deslocalización. Pero esto no nos debe de hacer perder de vista, que el preacuerdo alcanzado al final no garantiza nada sólido ni permanente de verdad para los trabajadores de Pilkington, si exceptuamos el compromiso de la empresa de mantener el empleo hasta el 30 de septiembre de 2021.
Por eso hay que estar muy pendientes de la negociación que se inicie ahora, y ante cualquier movimiento en falso o intento de despido de la empresa, restablecer el calendario de paros e incluso aumentar la presión y la intensidad de las movilizaciones si hiciera falta. Los trabajadores de Pilkington han demostrado su audacia y determinación al conseguir parar la producción de la factoría y obligar a negociar a una dirección que les había menospreciado y subestimado en gran manera. Pilkington debe de mantener todas las líneas de producción y garantizar el empleo de toda la plantilla. Y si los dueños y accionistas no lo ven viable, y siguen con sus planes de deslocalización, lo que se debe de hacer es expropiar la planta y nacionalizarla sin indemnización, excepto para pequeños para accionistas sin otros recursos, y poner la empresa bajo la gestión y el control democrático de los trabajadores.
¡POR EL MANTENIMIENTO DE TODA LA PLANTILLA DE PILKINGTON.
¡NO NECESITAMOS A LOS CAPITALISTAS!
¡POR EL CONTROL OBRERO DE PILKINGTON SAGUNTO!
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