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Cientos de personas abarrotan el acto en Madrid a favor del derecho de autodeterminación de Catalunya

En el mediodía de este domingo 17 de septiembre se celebró en Madrid el acto de apoyo al Referéndum en Catalunya del 1 de octubre, que había sido prohibido en primera instancia por el juez derechista José Yusti por celebrarse en un local municipal, la primera vulneración de derechos democráticos básicos fuera de Catalunya desde que se convocó el Referéndum. Centenares de personas abarrotaron las inmediaciones del lugar, la mayoría de las cuales tuvo que seguir el acto en la calle por la falta de aforo del local.

El lugar elegido para el acto, el Teatro del Barrio, tenía un aforo limitado de apenas un centenar de personas. Ya 45 minutos antes de iniciarse el acto había decenas de personas sin poder entrar. Al final más de 500 personas se acumularon a lo largo de la calle, una calle estrecha y empinada del barrio de Lavapiés.

Más allá de que seguramente ninguna organización relevante quiso prestar sus instalaciones para el evento, por miedo a la presión mediática, se informó que había habido ofrecimiento de otros locales pero que no reunían las condiciones adecuadas.

Había furgones de la policía en ambos extremos de la calle, pero en ningún momento hicieron presencia en los alrededores grupos o activistas fascistas ni derechistas, como sí habían amenazado con hacer cuando el acto estaba convocado en las instalaciones del Matadero. Se demuestra así que estos grupos en Madrid no son más que un brazo del aparato represivo y que actúan sólo con su permiso. En un momento donde el gobierno siente la presión social para no ser acusado de recortar derechos democráticos o de tener vinculaciones con el franquismo, la acción de estos grupos hubiera sido muy inoportuna y por eso estaba claro que no iban a aparecer.

Pese a todo, el ambiente era muy bueno y entusiasta. Se podían distinguir muchos activistas y militantes de Podemos (incluido el diputado Rafael Mayoral, que apareció comenzado el acto), de IU y del PCE, y mucha gente joven. Entre los asistentes al acto, también estuvo el dirigente de Podemos Catalunya –Podem– Albano Dante Fachín.

Finalmente, como era previsible, los organizadores pusieron megafonía en la calle para que la gente pudiera seguir las intervenciones de los ponentes.

Este evento fue promocionado fundamentalmente por la corriente Anticapitalistas de Podemos y pequeñas organizaciones del entorno de la izquierda.

Hubo 7 ponentes, 5 de Catalunya: el diputado de ERC Joan Tardà, Nuria Gibert de la CUP, el presidente de Ómnium Cultural, Jordi Cuixart; Eduardo Reyes, diputado de Junts pel Sí de origen andaluz y presidente de Súmate, y Natalia Esteve de la Asamblea Nacional Catalana; y otros 2 ponentes de Madrid: Isa Serra de Anticapitalistas, y Alberto Arregui que es miembro de la Presidencia Federal de IU pero que intervenía a título personal.

El eje central de todas las intervenciones fue señalar la defensa de los derechos democráticos, del que el derecho de los pueblos a la autodeterminación forma parte, y la deriva autoritaria y franquista del gobierno de Rajoy y del aparato del Estado, heredado del propio franquismo. Todos lamentaron el alineamiento de la dirección del PSOE con el gobierno en este tema. También se insistió en que el referéndum catalán refuerza la crisis del régimen, cuestionando el concepto opresor e imperialista de la España, una e indivisible del franquismo, y la propia monarquía. Y que esta crisis de régimen, abierta por el pueblo catalán puede y debe ser impulsada en el resto del Estado por la izquierda española. Es interesante resaltar que todos los oradores catalanes hicieron énfasis en este último punto, la necesidad de unir a los pueblos por encima de banderas nacionales contra el régimen corrupto del 78.

Sin duda. la mejor intervención fue la de Alberto Arregui, que se presentó como marxista e internacionalista, y ligó la lucha por la república con el socialismo, mencionando la famosa frase de James Connolly de que nada serviría tener la bandera irlandesa ondeando en el Castillo de Dublín si los capitales y bancos ingleses seguían dominando Irlanda, pero recalcando que cualquier unión de Catalunya con el resto del Estado, incluso en una república, sólo puede ser voluntaria. También señaló que si el referéndum catalán es derrotado sería una derrota para todos, y que constituiría una victoria general si finalmente consigue celebrarse. Sobre todo, Arregui criticó la postura de los dirigentes de la izquierda española, de tener una actitud equidistante entre el nacionalismo español y la lucha por la autodeterminación catalana. El primero tiene un carácter reaccionario opresor, mientras que la segunda es una lucha democrática contra el régimen.

La representante de la CUP insistió en que la lucha del pueblo catalán no es un tema de banderas, que de nada sirve la independencia de Catalunya para mantener todo igual, sino que el pueblo debe decidirlo todo. Una de las cosas más significativas que planteó fue cuando dijo: «la clase obrera de Madrid y la de Catalunya no están en unidas por ser españolas sino por ser clase obrera». Esto es 100% correcto. La clase obrera es la única clase que puede entenderse y unirse por encima de banderas y fronteras. También mencionó que un sector de la oligarquía catalana –en referencia al PDecat– apoya el Procés porque se la ha puesto entre la espada y la pared, lo que a nuestro modo de ver no justifica en ningún caso mantener un frente de clases con ese partido, pues toda burguesía traiciona tarde o temprano cualquier movimiento popular que pueda cuestionar el capitalismo, que también cuestionan los compañeros de la CUP.

Joan Tardà, además de todo lo dicho, ligó la lucha por la república catalana con la lucha por la república española y que nadie podrá impedir el referéndum del 1-O. Pese al cierre de páginas webs, de prohibición de publicidad, de incautación de carteles, de prohibir pegadas en las calles, de pedir la documentación a todo el que porta material del Referéndum, de las amenazas de prisión a los alcaldes que faciliten infraestructura, de la petición de multas y cárcel a los representantes del gobierno y del Parlament de Catalunya, de la incautación de las cuentas de la Generalitat, del desplazamiento de miles de policías y guardia civiles para impedir la votación, etc. Un Estado de Excepción encubierto. Reconoció que la propia oligarquía catalana (La Caixa, el Banco de Sabadell, la patronal Foment del Treball Nacional) está contra el Referéndum. Saludó expresamente a Albano Dante Fachín, presente en el acto, por su valiente posición a favor del Referéndum pese a no ser independentista, y terminó su intervención con las palabras de Francesc Macià: “¡Vivan las repúblicas ibéricas!”.

La intervención de Eduardo Reyes, hijo de emigrantes andaluces, fue significativa porque reconoció que se había hecho independentista en los últimos años por la política centralista, antisocial y anticatalanista del gobierno del PP.

La impresión que transmitían todos los oradores de Catalunya era de confianza, que es un reflejo del enorme apoyo popular que tiene el referéndum, fortalecido por las medidas represivas del gobierno de Rajoy, lo que acrecienta el papel del referéndum como una herramienta para golpear al régimen.

A intervalos, el público cortaba el aire con gritos de «No Pasarán», «Derecho a decidir», «Neofranquismo o democracia», «Libertad de expresión», «No hay dos sin tres, República otra vez», entre otras. Y cantaba «¿Dónde están las papeletas, las papeletas dónde están?»

Al final, salieron todos a la calle y dirigieron unas breves palabras a la gente que se mantenía agolpada en la calle. Por último, se cantó L’Estaca de Lluís Llach, quien envió un vídeo de salutación pero que no pudo emitirse por un fallo en el sonido.

Este acto en Madrid se suma a la manifestación de 30.000 personas que tuvo lugar ayer en Bilbao en apoyo al Referéndum y a otros actos de apoyo que van a celebrarse o se han celebrado en el Estado, como Andalucía, Asturias, Galicia o País Valenciano.

Los compañeros de Lucha de Clases estuvimos presentes en el acto y tuvimos una buena recepción a nuestra revista, cuya portada hemos dedicado este mes a la defensa del referéndum del 1 de octubre.

Pase lo que pase el 1-O la brecha ha sido abierta, el régimen ha mostrado y lo está haciendo, su cara más represiva, tratando de impedir el derecho a votar en un referéndum que es la única salida para resolver la cuestión catalana. Millones están tomando conciencia del fraude de la Transición y de las limitaciones democráticas de la celebrada Constitución de 1978. Lejos de tratar de emparchar la institucionalidad burguesa, culpando de todo a Rajoy, los dirigentes de la izquierda española deben explicar que Rajoy es la expresión más confiable que tienen los grandes empresarios y banqueros para sostener su régimen, que todo el aparato estatal está podrido, no por la acción de Rajoy, sino como expresión de la crisis de legitimidad de un sistema que para sobrevivir debe condenar a millones a escasez, precariedad, represión y autoritarismo.

La defensa y ampliación de los derechos democráticos, como el derecho de autodeterminación, se demuestran incompatibles con el propio sistema capitalista. Hay que llamar a la lucha por la transformación socialista de la sociedad.

El acto completo:

Foto: Madrleños/as por el derecho a decidir

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