Manifestaciones del 27 de noviembre: ¿Por qué no nos movilizamos contra toda la reforma laboral?

Hay algo raro en las manifestaciones que convocan UGT y CCOO contra el despido por bajas justificadas. Este 27 de noviembre estamos convocados a las manifestaciones contra el mencionado despido. Hemos escrito más arriba que hay algo «raro» ¿Por qué?

Porque ese despido, motivo único por el que se nos llama a la movilización, forma parte de la reforma laboral aprobada en 2012 por el PP contra la que hicimos dos huelgas generales, con manifestaciones impresionantes, que pusieron contra las cuerdas al gobierno del PP (su intención de voto bajó más de 15 puntos electorales en menos de un año).

Recordemos que hasta hace semanas los dirigentes de los dos sindicatos mayoritarios reclamaban insistentemente la derogación íntegra de esta reforma del PP, polemizando contra la ministra que milita en el IBEX-35 dentro del gobierno, Nadia Calviño, que afirmaba que el futuro gobierno del PSOE (vale igual decir ahora PSOE-UP) no iba a derogar la ley del PP íntegramente.

Ahora, cuando ayer otra vez super-Nadia marcaba las líneas rojas, diciendo que «no le parecían tan bajas las indemnizaciones de 20 días por año trabajado» del despido objetivo, tenemos que recordar algunas de las medidas que supusieron esa reforma laboral:

– La indemnización por despido improcedente se bajó. Se pasó de contabilizar 45 días por año trabajado (para el cálculo total de los meses que te correspondía cobrar cuando se te despedía), pudiéndose cobrar como máximo 42 meses el salario que se tenía; a contabilizar 33 días por año trabajado, pudiéndose cobrar 24 meses tan solo.

– El despido objetivo, que ya existía antes y es más barato (20 días por año trabajado y tope de 20 mensualidades), ampliaba su marco de actuación. Así, el motivo por el cual nos vamos a manifestar el próximo 27 entraba aquí (se te podía despedir por estar de baja justificada, durante dos meses, más del 20% de tus días de contrato; o más del 25% durante 4 meses discontinuos en un periodo de 12 meses). Pero había iguales o peores medidas en las nuevas causas de despido que se permitían por causas objetivas: la disminución persistente de ingresos en cualquier empresa durante tres meses (lo que sucede en todas las empresas en cualquier recesión) permitía el despido por causas objetivas. Más todavía: se permitía, independientemente de las circunstancias económicas, este despido a favor de la empresa por causas «económicas, organizativas, técnicas o de producción».

Resumiendo: el empresario desde entonces te puede despedir casi por cualquier motivo por menos de la mitad de lo que le costaba antes de 2012.

– El empresario podía aplicar un ERE, expediente de regulación de empleo (despido colectivo) sin contar con el permiso de la administración. Antes no era así.
– Las ETT’s, empresas de trabajo temporal privadas, ampliaron sus funciones, actuando como agencias de colocación, cosa que antes sólo se le permitía al INEM del Estado.

– Se debilitó la lucha colectiva: los convenios de empresa pasaron a tener prioridad sobre los convenios provinciales o de sector. Antes de 2012, la huelga o presión de los trabajadores organizados sindicalmente (en las empresas más grandes sobre todo) conseguía avances que ayudaban a la mayoría de los trabajadores de las empresas pequeñas: con la reforma se acabó con eso: se da desde entonces una desregulación total de las relaciones laborales, con pérdida masiva de derechos para los trabajadores.

– Cuando un convenio acababa, si la Patronal y trabajadores no llegaban a acuerdo, a los dos años se renovaba el viejo convenio. Con la reforma laboral se acabó con esto, permitiéndose que, en un contexto de despidos masivos y desregulación laboral, se perdieran derechos colectivos que costó décadas conseguir.

– Pero da igual, si todo esto no valía para desregularlo todo, había otra medida más en la reforma: las empresas con dificultades económicas podrían desde entonces desvincularse del convenio. Las «dificultades económicas» se podían demostrar con la contabilidad pública de la empresa. Cualquier sabe que un empresario privado lleva varios libros de contabilidad. El público, el que conoce la administración, es el libro de caja A, que permite cualquier posibilidad de «creatividad» contable: trasvasar los beneficios o pérdidas de un año para otro… El empresario tiene sus otros libros privados, donde figuran la totalidad de facturas y beneficios no declarados oficialmente, para pagar menos impuestos.

– Se amplió la movilidad funcional y geográfica del trabajador en la empresa, en detrimento de sus derechos y favoreciendo a la empresa.

En resumen, si hasta hace semanas se pedía insistentemente la derogación de esta reforma laboral, ¿por qué ahora se llama a movilizarnos tan solo por la derogación de una sola de sus medidas, ni de lejos la más importante?

¿Estamos de rebajas?

¿Nos movilizamos por un aspecto parcial de la reforma, porque «off de record» alguien tiene información de que este punto sí se va a derogar, pero los otros no?

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