La Marea verde andaluza, un ejemplo de lucha desde abajo
Este plan se inscribe en el contexto de las movilizaciones que hay previstas para la segunda mitad de febrero:
- El 16 de febrero hay manifestaciones de la PAH en todas las capitales de provincia.
- El 17 de febrero hay una gran manifestación de Marea Blanca en Madrid, secundada en otras provincias.
- El 23 y 28 de febrero hay sendas jornadas de las Mareas contra los recortes (a nivel estatal y en Andalucía, respectivamente).
El ataque brutal a la educación pública forma parte del ataque brutal a la clase trabajadora en estos tiempos de crisis. El despido de 4502 compañeros interinos en Andalucía por parte del gobierno regional no puede quedar sin respuesta. Asumir que se puede seguir teniendo una educación pública de calidad con 4502 profesores menos, es asumir que “sobraban”, que los que quedamos podemos hacer lo mismo trabajando más, con recortes salariales, penalizaciones por enfermedad, impartiendo especialidades distintas a las nuestras y con grupos de alumnos cada vez más numerosos.
La huelga del 5, 6 y 7 de febrero convocada por el Sindicato de Estudiantes y otras asociaciones estudiantiles refleja el nivel de conciencia que está alcanzando el alumnado. Tienen claro que “robar” dinero a la educación para dárselo a los bancos es ilegítimo.
Una reforma laboral que ha hecho que los ERE aumenten un 66,2 % y los afectados un 45,8 %. (entre enero y noviembre de 2012 los despidos colectivos afectaron a un total de 406.810 trabajadores), el desmantelamiento de los servicios públicos, aumento de las familias desahuciadas (según el Banco de España pueden aumentar los desahucios un 30% en el 2013), reflejan la clara ofensiva contra las familias trabajadoras y los más vulnerables.
La lucha por la Educación debe ligarse al resto de las luchas (de la Marea Blanca en sanidad; de la PAH y la vivienda…), exigiendo que la austeridad empiece por el no pago de los intereses de la Deuda Pública; no por la deuda hipotecaria de las familias. La Deuda Pública constituye una deuda ilegítima, que por mucho que nos recorten y expriman, nunca se pagará. Eso sí, retrocederemos años en derechos conseguidos por otros con muchísimo esfuerzo, e hipotecaremos a las generaciones futuras.
Los sindicatos de clase deben dar un paso al frente, unirse a los movimientos sociales como las Mareas y la PAH, y demostrar que son nuestra principal herramienta de lucha. No vale negociar recortes. Hay que seguir el ejemplo de Vigo, donde todas las organizaciones que luchan contra los recortes se han organizado para movilizarse unitariamente, con todos los movimientos de lucha coordinándose entre sí. Organizar el movimiento y coordinarse desde abajo, eligiendo delegados que sean revocables por sus asambleas, para coordinar de forma organizada el movimiento de lucha a nivel estatal.
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