México: vota y lucha contra la derecha y el capitalismo

“… la democracia no suprime la opresión de clase, sino que hace que la lucha de clases sea más pura, más amplia, más abierta y más aguda; y esto es lo que necesitamos. Cuando más plena sea la libertad del divorcio, más claro será para la mujer que el origen de su “esclavitud doméstica” reside en el capitalismo y no en la falta de derechos. Cuanto más democrático sea el régimen político, tanto más claro será para los obreros que la raíz del mal está en el capitalismo, y no en la falta de derechos. Cuanto más completa sea la igualdad nacional…, tanto más claro será para los obreros de una nación oprimida que el quid de la cuestión radica en el capitalismo, y no en la falta de derechos. Y así sucesivamente”. (Lenin, Sobre la caricatura del marxismo y el economicismo imperialista, pág. 49)

El domingo 1 de julio se desarrollarán una de las elecciones más importantes en la historia reciente del país. Después de 30 años de una política brutal contra los trabajadores, la juventud, las mujeres y los pobres de México, hay una situación que amenaza con desbordarse. La burguesía ha militarizado y ahogado al país en sangre para mantener su régimen de explotación. Los candidatos expresan de forma desdibujada estas fuerzas que ahora están luchando por profundizar esta barbarie o por frenarla.

Tres décadas de miseria

Lo que ha representado para las masas más pobres de la población, estas últimas tres décadas, es una cosa espantosa, y para tener un punto de comparación tenemos que remontarnos a las cifras que había antes del llamado neoliberalismo y ponerlas en comparación con las actuales:

“México ha estado inmerso en el neoliberalismo 32 años y los resultados son contundentes: “Con Porfirio Díaz el 95 por ciento de la población era pobre. En 1981 había bajado a poco más del 40 por ciento. Actualmente es de 85 por ciento”, señala en entrevista con Contralínea el doctor José Luis Calva Téllez, miembro del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).” (Contralínea 2015)

Además, el poder adquisitivo de los salarios ha caído en un 71.5%. Con el salario mínimo es prácticamente imposible vivir, ni siquiera poder comprar la canasta básica necesaria. Se hizo una reforma fiscal para que los grandes empresarios no tuvieran que pagar impuestos o regresárselos, y por el contrario ampliar la cantidad de impuestos a una masa cada vez más grande de comerciantes, clase media y trabajadores. Se priorizó el manejo “macroeconómico, no importando nada todo lo demás. Se privatizaron más de mil empresas estatales para que el gobierno no tuviera que intervenir en la economía. Se liberalizó el comercio exterior reduciendo de forma drástica todos los impuestos o tasas a los productos extranjeros; se privatizó el sistema financiero mexicano”.

Como resultado de todo esto vimos una alta concentración de la riqueza en un puñado de empresas y familias que son las que verdaderamente dirigen el país:

“Desde la administración de Lázaro Cárdenas hasta el inicio de la era neoliberal, “el producto interno bruto (PIB) creció a una tasa de 6.1 por ciento anual, lo que significó un crecimiento acumulado de 1 mil 597 por ciento, y del 348 por ciento por habitante”, enfatiza el investigador José Luis Calva. En consecuencia, se dio una “elevación del 200 por ciento en el poder adquisitivo de los salarios manufactureros, mientras que los salarios mínimos aumentaron 97 por ciento su poder de compra”.

En las tres décadas neoliberales, el PIB por persona ha crecido a una tasa del 0.6 por ciento anual, es decir un crecimiento acumulado de 21 por ciento. “Eso sin contar los millones de mexicanos que emigraron en busca de empleos que no encuentran en nuestro país. Entonces, contando a los emigrados, el crecimiento de PIB por habitante es escasamente de 0.3 por ciento anual y acumulado de 10 por ciento en 32 años”, acota el autor de México más allá del neoliberalismo. Opciones dentro del cambio global.” (Contralínea, 2015)

El PIB por habitante, con respecto a Corea, en 1982 era el siguiente: el país asiático era de 3.925 dólares por año, el mexicano era de 7.762 dólares promedio. Ahora la situación es totalmente lo contrario: ahora en Corea es de 20 mil 210.7 dólares promedio, en México apenas es de 9 mil 755.9 dólares. En Corea se ha incrementado un 456.7%.

México, en 1982 era una economía más grande que China -según datos del FMI- la mexicana era de 488.40 millones de dólares la china era de 390.660 millones de dólares. Se colocaban a nivel mundial como la novena y décima, ahora eso ha cambiado bruscamente.

Todo esto es consecuencia de una política implementada para despojar al pueblo de su riqueza y sus recursos. El neoliberalismo lo que significó de forma concreta fue la reducción del gasto público social, la privatización de las empresas estatales, cortar los subsidios al campo, una reducción, al mínimo de la intervención del Estado en asuntos económicos. El fin de todo esto era fortalecer el poder de los ricos, crear una nueva camada de millonarios que se llenaran los bolsillos a costa de los recursos del Estado y, dar todas las posibilidades para que el imperialismo, particularmente el americano, entrara a inundar el mercado con productos que sobraban a la burguesía americana. Exportación de la crisis americana a tierras nacionales.

Para mantener este régimen de explotación masiva, tuvieron que mandar al ejército, la marina y demás cuerpos de represión, a la calle a intimidar al movimiento social, asesinar a activistas y periodistas incómodos, a militarizar grandes regiones del país, asesinar de forma desmedida a cualquiera que sea joven, etc. Todo esto en nombre de una guerra ficticia contra el narco. El conflicto que se abrió entre los cárteles y el gobierno descompuso toda la estructura política, económica, social del país. Las estructuras estatales se resquebrajaron en partes importantes del país, dando paso a una situación donde el más fuerte es quien domina. Esto, al mismo tiempo, es campo de cultivo para la desaparición y asesinato de mujeres, violencia intrafamiliar, desaparición de niños, etc.

La burguesía y el imperialismo decidieron descomponer y hundir al país en sangre para mantener su régimen de explotación. Esta es la muestra más clara de que a la burguesía no le interesa absolutamente nada más que sus intereses personales, sus ganancias. No le importa que hayan muerto en 12 años más de 300 mil personas, que miles sean desplazadas de guerra, que se viole a una mujer cada 16 minutos, etc. Hay un clima de guerra civil en todo el país. La gente ya no aguanta más la violencia.

Qué ofrecen los bloques que encabeza el PRI y el PAN

Cuando Andrés Manuel López Obrador (AMLO), el candidato de la izquierda y dirigente de Morena, ha dicho que lo que está en juego son dos proyectos de nación distintos, tiene razón. No estamos hablado de que AMLO quiera terminar con el capitalismo, en realidad su política es de reforzar al capitalismo. Pero, aun así, dentro del capitalismo hay diferentes modelos de acumulación, y de eso es lo que estamos hablando.

Los proyectos que representan el PRI y el PAN son el de la continuidad de este clima de explotación brutal, de sangre y dolor. Estos partidos representan el programa del imperialismo y la oligarquía. En los diferentes momentos de la campaña electoral hemos podido ver, no sólo su programa, sino características personales de estos dos candidatos.

Lo primero a resaltar de los dos candidatos de la derecha son su recurrenciasa la mentira. Los dos son cómplices de la corrupción, de las reformas estructurales que nos han mantenido en la miseria. Los dos están ligados con lo peor de la desgracia nacional de los últimos años. Sin embargo, los dos mienten descaradamente para acusar a AMLO de que él tiene la culpa de lo que sucede en el país.

Los dos son participes, de forma directa o por opacidad, del peor cáncer que carcome la sociedad capitalista: la explotación y corrupción. Anaya está siendo investigado por lavado de dinero, Meade estuvo al frente de la secretaría de Hacienda cuando los desvíos de fondos en diferentes secretarias, además de estar vinculado a todas las reformas que él dice, sí han beneficiado al país.

¿Qué pueden ofrecer a la población más pobre? Solo seguir manteniendo el régimen de opresión.

Qué es lo que propone AMLO

AMLO no propone un cambio de sistema -el socialismo por el capitalismo- lo que plantea es volver al capitalismo más «humano», en algunos países han llamado esto la “tercera vía”. En su programa de gobierno que ha presentado, en los debates y demás medios de comunicación él ha dicho que su objetivo fundamental es terminar con la corrupción. No plantea un plan de expropiaciones, tampoco el desarrollar una gran industria nacional como se tenía previamente al neoliberalismo. Para los empresarios ofrece un país de oportunidades, sin privilegios y sin corrupción.

Para los más pobres también ofrece un buen catalogo de propuestas, particularmente con respecto a la juventud: se compromete a dar educación para todos a todos los niveles, salud universal -no el llamado seguro popular, sino que los sistemas de salud como el IMSS o el ISSSTE se abran para todo el mundo, además habla de becas para los jóvenes y programas donde el Estado ocupará a millones de jóvenes al año. Dice que elevará las pensiones para adultos mayores y a madres solteras, etc. Todo esto es un buen comienzo y nosotros lo apoyamos.

Él ha dicho que los recursos para estos proyectos y para un gran plan de infraestructura nacional, se sacarán eliminando la corrupción y recortando salarios altos de la burocracia, así como reducir el número de trabajadores del Estado, además de ahorrar en gastos innecesarios, etc. Es decir, lo que propone es que los intereses de las grandes empresas o los bancos no sean tocados, que no se pidan más prestamos al extranjero, etc. Nosotros tenemos dudas verdaderas sobre la posibilidad de que el dinero que él ahorre con las medidas planteadas alcance para todas las reformas que se están planteando. Además, tenemos que tomar en cuenta que el gran proveedor al gasto del Estado, la petrolera estatal PEMEX, está siendo rematado a empresas privadas; que los costos de las mercancías a nivel internacional son bastante bajos y que las negociaciones sobre el actual Tratado de Libre Comercio con EEUU y Canadá no vislumbran un buen camino, favorable para los trabajadores mexicanos.

Si nos dan a elegir, yo me quedo con…

Para varias organizaciones sectarias, grandes y pequeñas, lo último que acabamos de decir, que AMLO no va contra el capitalismo ni por el socialismo; que lo que busca es un capitalismo «con rostro humano», basta para decir que es lo mismo que los demás candidatos y que por eso se tiene que abstener uno, o mantenerse en la lucha social -como si las elecciones no fueran parte de esta lucha incansable del pueblo por su emancipación-.

El pensamiento de estas organizaciones y sus miembros se abstrae de la realidad, para ellos el hecho de que existan millones de personas que van a votar por AMLO, les da igual; lo mismo les da que esos mismos millones vean en AMLO como una alternativa para transformar su realidad. Como ellos no están al frente de esta lucha y las banderas rojas de la hoz y el martillo no están agitándose, entonces simplemente omiten este “pequeño incidente electoral”.

Además, las alianzas de Morena con partidos como el PES y la incorporación de nefastos candidatos a diferentes candidaturas les da el pretexto perfecto.  En cada una ocasión donde hemos tenido la posibilidad de exponer nuestro punto de vista hemos dicho claramente que estamos en contra, totalmente, de la política de alianzas de Morena, criticamos su programa porque no rompe con el capitalismo y nos manifestamos contra la imposición y destrucción de la democracia interna de ese partido. Esas son cosas que tenemos que decir y explicar.

Ahora bien, ¿sería importante para las masas en nuestro país que experimentaran un gobierno de AMLO, sí o no? ¿sería importante frenar esta barbarie que hay ahora mismo y que tuviéramos la posibilidad de luchar por mejores salarios, por más educación, contra los feminicidios, contra el capitalismo, sin que el ejercito nos este apuntando a la cabeza?  Solo una persona que está mal de sus facultades no podría responder a estas preguntas afirmativamente. (hay algunos lunáticos que dicen que mientras peor estemos la lucha de clases será más radical, hemos tenido 12 años de guerra civil y esta no es la perspectiva)

Los marxistas pensamos que dentro del capitalismo no se pueden resolver los problemas más urgentes que vive el país, pero eso lo sabemos nosotros, los que estudiamos la historia y tenemos claro que el socialismo es la salida. Pero los millones, 15, 20 o 30 millones, que van a votar por AMLO, no saben esto aún, tiene que experimentar en carne propia las limitaciones de un programa reformista. Lenin decía que la escuela de la vida es la única forma de aprender para las masas.

Algunos dicen, hay que darle una oportunidad, nosotros decimos hay que ponerlo a prueba, hay que precipitar la experiencia de las masas por vía de su experiencia. Por esto, a pesar de todo lo que criticamos a AMLO pedimos un voto muy critico por él en las próximas elecciones. Y además explicamos que no sólo es necesario votar sino organizarnos y luchar.

Las contradicciones de un gobierno de AMLO

Además, diremos lo siguiente, un gobierno de AMLO estaría sometido a grandes presiones. Ya hemos visto una pequeña prueba de lo que puede pasar, multiplicado por cien. La oligarquía y una parte del imperialismo americano no tiene confianza en él. Como ya lo mencionamos, no es por que él vaya a atacar al capitalismo, sino porque les va a quitar una parte de sus privilegios -contratos exclusivos con el gobierno, exenciones de impuestos, etc.-   y principalmente, porque la burguesía nacional y extranjera tienen la experiencia de lo que ha sucedido en América Latina.

Los pobres del campo y la ciudad, los trabajadores, sentirán este gobierno como suyo y se pondrán manos a la obra en recuperar todo lo que les han quitado, se echarán a la calle y es posible que Andrés Manuel sea influenciado por las masas y pueda ir más lejos de lo que plantea en su proyecto. Esto es lo que el imperialismo no puede soportar.

En esta lucha de clases las masas tendrán posibilidades de poner a prueba a sus organizaciones políticas y sindicales, sacarán lecciones importantes que les ayudará a comprender que sólo terminando con el capitalismo se podrá avanzar hacia una nueva sociedad.

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