Ni LOMCE ni Reválidas ¡Todos a la huelga del 26 de Octubre!
El 26 de octubre nos enfrentamos a una jornada de movilización de vital importancia: Los sindicatos mayoritarios, las mareas verdes y movimientos en defensa de la educación pública, el Sindicato de Estudiantes (SE) y otras organizaciones estudiantiles, se unen en una huelga general educativa, principalmente en las enseñanzas medias, aunando los esfuerzos de padres, profesores y alumnos.
La razón de esta convocatoria es bien conocida: La entrada en vigor de la LOMCE. Esta contrarreforma educativa del PP amenaza claramente la calidad de la enseñanza pública y ha desatado, desde que fue anunciada en 2012, una oleada de movilizaciones estudiantiles y del profesorado sin precedentes en nuestra historia reciente.
Es tan enorme el rechazo que ha generado en la comunidad educativa y la sociedad, que incluso varias comunidades autónomas se han negado a aplicarla.
Frente a lo que supone un nuevo ataque a los derechos de la clase trabajadora y de la juventud, los marxistas animamos a secundar esta movilización y contribuir a su éxito.
¿Qué es la LOMCE?
La LOMCE se caracteriza ante todo por reducir la igualdad de oportunidades, tanto con la introducción de las reválidas en el último curso de la ESO y del Bachillerato como con la introducción de las pruebas externas en los colegios de primaria.
La reválida de 4º ESO tiene por finalidad dificultar la obtención del título de estudios secundarios, desviando a quienes no lo obtengan a una FP Básica de calidad formativa claramente deficiente. Esto supone en la práctica la expulsión de los alumnos con más dificultades del sistema educativo, deparándoles un futuro laboral precario.
La reválida del Bachillerato, que sustituye a la antigua selectividad, tiene una finalidad similar: en lugar de otorgar el título a todos aquellos que hayan finalizado los dos cursos del Bachiller satisfactoriamente, se impondrá una prueba externa indispensable para la obtención del mismo. Es otra forma de dificultarnos el acceso a la universidad.
Si cabe son aún más escandalosas las nuevas pruebas a los niños de primaria: en éstas se evaluará el nivel medio de los centros para decidir su financiación, perjudicando a los centros con alumnos con peores resultados, marginando a centros de enseñanza pública desde el nivel primario.
Todo esto sin olvidar el refuerzo de la materia de religión, los conciertos con centros que segregan por sexos, la marginación de las lenguas propias de los distintos territorios, entre otras cosas.
Cómo hemos llegado hasta aquí
Esta jornada de movilización no cae del cielo, si no que es el fruto de todo un ciclo de luchas comenzado hace ya más de tres años: A las numerosas jornadas de movilización estudiantil se sumaron varias huelgas de profesores, la aparición de nuevos movimientos sociales y un amplio rechazo de gran número de padres y madres.
Cabe destacar aquí el doble papel que ha jugado en muchos casos el SE en lo que se refiere a enseñanzas medias. Pese a su capacidad organizativa para movilizar a amplias capas de los estudiantes de ESO, Bachillerato y FP (cosa que es muy positiva), muchas veces ha adoptado una estrategia equivocada, anunciando convocatorias de huelga por los medios de comunicación sin contar con las demás organizaciones (sobre todo en la Universidad, donde el SE es casi inexistente), con tácticas rutinarias y con poca participación estudiantil.
La actual forma de convocatoria es un claro salto en cuanto a organización. La concentración de la jornada de huelga en un solo día, la unidad con sindicatos de profesores y asociaciones de padres y madres, y la adhesión de otros colectivos y asociaciones estudiantiles, dan a esta manifestación una base de apoyo mucho mayor, cosa que, junto a la falta de un gobierno electo, pueden ser claves a la hora de conseguir un fuerte impacto.
Sin embargo, es necesario que esta lucha se materialice en el reforzamiento de lazos entre todos los integrantes del movimiento, avanzando hacia la unidad. Un movimiento fuerte y unido es la única forma de garantizar la derogación de la LOMCE, y la obtención de nuevas mejoras para estudiantes y profesores.
Todos a la calle
Los estudiantes debemos volver a tomar las calles. Desde Lucha de Clases animamos una vez más a defender nuestros derechos frente a los ataques de las élites dominantes. No debemos permitir que se juegue con nuestro futuro.
Pese a todo, debemos ser conscientes de que esta movilización, aunque pueda tener un gran impacto en la opinión pública, no podrá por sí misma ser suficiente para acabar con la LOMCE de forma definitiva. Sólo un movimiento fuerte, unido y constante conseguirá tener la fuerza para, después de varios asaltos, conseguir conquistar su objetivo de poner fin a los furiosos ataques del PP a la educación pública.
Y aunque consigamos derrotar al Partido Popular y a sus aliados parlamentarios en la aplicación de esta reforma, queda un amplio camino por recorrer para garantizar una educación pública que sea verdadero garante de igualdad de oportunidades. Para esto, necesitamos una educación dotada de todos los recursos posibles, y a la que se entreguen en cuerpo y alma todos los sectores de la sociedad. Esto es incompatible con un sistema de acumulación de riqueza, que busca obtener del sistema educativo operarios acríticos en lugar de ciudadanos críticos, formados y libres.
Es por esto que debemos tener claro que, para defender una verdadera igualdad de oportunidades, debemos tener claro que el enemigo en última instancia es el sistema capitalista y que debemos aspirar a un sistema social superior, el socialismo.
Desde la corriente marxista Lucha de Clases trabajamos encarecidamente por edificar una organización capaz de afrontar la lucha por el socialismo. ¡Únete a nosotros en esta tarea!
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