Obama: Un año después ¿Dónde está el cambio?
Quienes esperaban que de alguna forma «esta vez será diferente» con los Demócratas en el poder, están aprendiendo a través de su amarga experiencia que ambos partidos (Republicanos y Demócratas), en substancia, difieren muy poco.
El primer año para un presidente es generalmente la etapa en que lleva a cabo las medidas de gobierno más audaces; la etapa en que, como Bush dijo, el capital político del presidente está en la cima. Pero ¿qué hizo Obama con todo el movimiento que dejó detrás de él, con una gran mayoría en ambas cámaras del Congreso y la implosión virtual de los Republicanos? Ha puesto una excusa tras otra. Los Demócratas no han hecho nada positivo, mientras empeoran las condiciones de vida de los trabajadores, a la vez que los capitalistas siguen haciendo enormes ganancias. No sorprende que los Demócratas hayan perdido muchos partidarios, y la intensidad de apoyo de aquellos que continúan esperanzados por un cambio en Obama ha disminuido drásticamente.
Sin embargo, Obama aún mantiene un apoyo de alrededor de un 50%. Pero esto es sólo porque no hay una verdadera alternativa. La aparente reaparición de la extrema derecha es en parte reflejo de la constante polarización de la sociedad norteamericana; pero, sobre todo, es el resultado de su creciente poder en los medios de comunicación. Los Republicanos continúan siendo ampliamente rechazados después de 8 años en el poder, y sus esfuerzos por movilizar su base conservadora esta alejando a muchos más republicanos.
Aun así, a medida que se suceden las elecciones parciales para renovar el Congreso, el Partido Demócrata está preocupado. Entienden que han fallado en mejorar la situación de quienes votaron por ellos, y que se verán debilitados en las elecciones. Solamente hace un año parecían invencibles, y ahora los Republicanos se fortalecen con el logro de algunas bancas.
Sin embargo, esto no es porque los votantes demócratas estén apoyando a la derecha, sino que porque están disgustados. Esta es la lógica de la política del «mal menor»: a menos que se forme un genuino partido de los trabajadores y se presente como alternativa a los partidos corporativos, eventualmente, el «mal menor» volverá al poder. Esta es la razón por la que la formación de un Partido de los Trabajadores basado en los sindicatos es tan importante.
Obama, probablemente, tratará de atraer a los trabajadores durante los próximos meses para re-energizar su base mientras se acercan las elecciones parciales para la renovación de bancas, pero los sindicatos y organizaciones que alguna vez lo apoyaron ya estarán muy lejanos. Decenas de miles de voluntarios se quedarán en casa en este ciclo de elecciones, desilusionados por la falta de un cambio real.
Y no es un misterio por qué. El 2009 finalizó con 4,2 millones de empleos perdidos y un 9,3% de tasa de desempleo. Eso se compara con un promedio de tasa de 4,6% de desempleo en el 2007. Más de 8 millones de trabajos han desaparecido desde que la recesión comenzó en Diciembre del 2007. El índice de desempleo oficial de Enero se mantuvo en un 10%, con 85,000 més empleos perdidos en Diciembre, mucho más de los 8,000 que los analistas esperaban. Cuando se toma en cuenta a los trabajadores contratados por media jornada pero que desean trabajar jornada completa, y los que, desesperanzados, no buscan trabajo, el índice de desempleo real sube a un 17,3%.
Es realmente sorprendente cuán poco ha hecho el gobierno de Obama para crear empleo. En lugar de iniciativas audaces, la «Cumbre del empleo» de diciembre convocada por Obama se ocupó de ofrecer incentivos para cursos de reeducación para trabajadores que perdieron sus empleos e una «economía cambiante». Pero cuando la economía ha estado cambiando en una dominada por el desempleo de masas, ¿a dónde irán a trabajar los trabajadores que reciuen esos cursos? Es verdad que 47.000 personas fueron contratadas en empleos temporales en Diciembre. Pero como los trabajadores jóvenes y mayores saben bien, los empleos «temp» en general pagan bajos salarios sin beneficios sociales y no hay garantía de ser recontratados como trabajadores de planta permanente.
La agencia de noticias Associated Press descubrió que el paquete de estímulo económico de Obama ha tenido un impacto negativo en la creación de empleo. El peligro es que la inefectividad de la intervención gubernamental sea una excusa utilizada para limitar la intervención del Estado en su conjunto. Pero el problema no es la intervención del Estado como tal, sino que este gobierno defiende los intereses de las grandes empresas e interviene en su nombre, ofreciendo muy poco a los trabajadores. Lo que se necesita es un gobierno dirigido por y en interés de la clase trabajadora que somos la mayoría de la sociedad.
Lamentablemente, a pesar de la traición flagrante de los Demócratas en material de empleo, por la promulgación de la Ley de Elección Libre de Empleo y un simple seguro de salud, la dirección de la central sindical AFL-CIO ha, de facto, apoyado todas las medidas de la Casa Blanca, negándose a ofrecer una alternativa. Richard Trumka, el Nuevo dirigente de la AFL-CIO, ha señalado insistentemente la necesidad de «un Nuevo tipo de economía», una que «funicone para todos». Pero más allá de este tipo de declaraciones, que poco o nada dice, lo que necesitamos son hechos.
Frente a las propuestas de Obama de un impuesto a los llamados planes de salud «Cadillac», que son en realidad prestaciones de salud conquistadas con las luchas sindicales del pasado, los dirigentes obreros proponent sólo presionar a los legisladores con llamadas tele´fonicos y el envío de correos electrónicos. Esta inactividad es debida a la absoluta falta de voluntad de la actual dirección sindical de desafiar al Partido Demócrata o mirar más allá d elos estrechos límites del capitalismo. Los dirigentes obreros deberían hacer aquello para lo que fueron elegidos: dirigir. Deberían dirigir la lucha para resistir estos ataques y movilizar a las masas trabajadoras de costa a costa con marchas que demanden un vasto programa de obra pública para crear millones de empleos con representación sindical, salarios, prestaciones sociales y control sobre contrataciones y despidos.
En un tema detrás de otro, Obama ha frustrado a todos aquellos que literalmente lloraron de alegría con su elección. Cuando vuelve a referirse a las guerras de Iraq y Afganistán , de la «seguridad de la patria» y la hysteria de la «Guerra contra el terror» en general, suena y actúa cada vez más igual que su predecesor. Lejos de traer las tropas a casa, ha expandido la guerra de Afganistán a Pakistán, y ahora a Yemen. e acerca cada vez s disappointed those who literally wept with joy at his election. Ni siquiera fue capaz de cerrar Guantánamo. Y todo esto desde que recibió el Premio Nobel de la Paz. Ha ido tan lejos como para decir que la guerra perpetua es la manera de conseguir la «paz».
La misma falta de efectividad es evidente en lo que se refiere al cambio climático, la igualdad de los matrimonios en parejas de hecho y de personas del mismo sexo, en la brutalidad policial, el racismo y la inmigración. En lo que se refiere a su política exterior en América Latina, mantuvo el embargo a Cuba, reforzó el envío de tropas a Colombia, y cometió reiteradas violaciones del espacio aéreo venezolano con vuelos de aviones de combate. Este es el verdadero rostro del «cambio» de Obama.
¡Ya es suficiente! Los trabajadores y la juventud merecen algo mejor. Unite a nosotros para luchar por un cambio que podamos hacer realidad colectivamente, y no se quede en una mera esperanza: el socialismo.
Fuente: Corriente Socialista El Militante (Argentina)
Puedes enviarnos tus comentarios y opiniones sobre este u otro artículo a: [email protected]
Para conocer más de la OCR, entra en este enlace
Si puedes hacer una donación para ayudarnos a mantener nuestra actividad pulsa aquí