Venezuela: Ante la enfermedad del presidente Chávez, la clase trabajadora y el pueblo revolucionario deben ponerse al frente de la revolución
En el corto mensaje que leyó el presidente, donde manifestó su estado de salud, dejó claro que todavía sigue al mando del gobierno venezolano, pero que debe seguir el tratamiento y las instrucciones de su equipo médico. Esto acaba con las falsas matrices de opinión que los medios privados pretendieron crear acerca de este tema. Los chismes sobre un «vacío de poder» no quedaron en Venezuela, sino que se han escuchado en medios internacionales como El País de España o la BBC de Gran Bretaña. Forman parte de un cerco mediático internacional contra la revolución bolivariana, con miras al debilitamiento de ésta ante las elecciones presidenciales de 2012.
Igual que en el levantamiento cívico-militar del 4 de febrero de 1992, el presidente Chávez dio la cara y habló directamente al pueblo venezolano. El mismo presidente Chávez admitió que «el error fundamental» ha sido el exceso, las presiones y el ritmo que el mismo proceso le ha impuesto en los últimos años. Según su anuncio el tratamiento médico requerirá un tiempo prudencial para su total recuperación, y aún cuando no deja sus funciones como presidente, está claro que su equipo de gobierno sostendrá gran parte de la responsabilidad que él tiene como presidente.
Este acontecimiento, tan importante y decisivo para la revolución, se da en un momento en el que la lucha de clases ha llegado a un punto donde las contradicciones entre la oligarquía y la clase obrera son más irreconciliables que nunca. Mientras el pueblo revolucionario está exigiendo radicalizar la revolución, cumplir con la Gran Misión Vivienda, además de sacar a los corruptos y burócratas del estado, la burguesía y el imperialismo se centran en el saboteo económico, la manipulación mediática, las sanciones contra PDVSA y su plan desestabilizador de siempre.
Ahora claramente se siente la importancia de su figura. Lo cierto es que ningún otro integrante del gobierno goza siquiera de la mitad de la popularidad de Chávez entre las masas. Todo este problema, muestra que no es posible basar la revolución en un solo hombre. El propio Chávez ha dicho esto en más de una ocasión, y ha intentando formar un partido de masas, el PSUV, que podría jugar un rol más allá de las batallas electorales. Pero desgraciadamente, este partido ha sido secuestrado en muchos estados por una burocracia que no está interesada en la verdadera formación de cuadros revolucionarios.
La ausencia de Chávez da pie para que la derecha intente apoyarse en los sectores reformistas y tendedores de puentes para frenar el rumbo de la revolución, las expropiaciones y el control obrero. La oposición sabe que Chávez es el único dirigente de la revolución que puede dar un verdadero liderazgo y unificar las filas del movimiento bolivariano. También están perfectamente conscientes de que el presidente hasta ahora ha estado a la izquierda de todos los dirigentes íntermedios en su movimiento. Con uno de estos últimos a la cabecera de la revolución, sería mucho más fácil negociar para desviar o dividir al movimiento, para posteriormente derrotar la revolución.
Ante este panorama, la sección venezolana de la Corriente Marxista Internacional, agrupada alrededor del periódico Lucha de Clases, llama a todos los sectores revolucionarios a la unidad en torno a un programa que garantice el triunfo de la revolución socialista:
- La consigna central debe ser: ¡Vigilancia revolucionaria! Organizarnos desde las bases para garantizar que se cumplan las órdenes y lineamientos del presidente Chávez como lo son: El Control Obrero, todo el poder para el pueblo, ninguna reconciliación con la derecha, lucha contra el burocratismo y la corrupción.
- De acuerdo a esta consigna, hay que extender el Control Obrero a todas las instituciones y empresas del estado. Abrir los libros de cuenta y abolir la desigualdad salarial entre los altos funcionarios y los trabajadores de base.
- Construir los consejos de trabajadores y trabajadoras en todos los espacios y vincularlos a nivel estatal y nacional, con voceros elegibles y revocables en cada instancia. Tal como muestra el gran Encuentro nacional celebrado en el mes de mayo en Ciudad Guayana por el Control Obrero. Esta consigna no es utópica sino una posibilidad real.
- Para cumplir con la Misión Vivienda y construir las dos millones de casas para el pueblo, hace falta hacer un verdadero plan socialista bajo el liderazgo de los trabajadores del cemento, del hierro y todos los materiales de construcción. Además urge la nacionalización de la banca y el monopolio estatal del comercio exterior para planificar la economía nacional.
- Unidad entre los sectores revolucionarios en el PSUV para rescatar la democracia dentro del partido y construir una dirección capaz de hacer realidad el programa socialista, establecido en el libro rojo que, entre otras cosas, habla de la nacionalización de los monopolios y del latifundio.
En este sentido, el mismo presidente Chávez hizo un llamado al pueblo revolucionario y sus «aguerridos trabajadores», a tomar las riendas de la revolución; «todos y uno solo en mi corazón, les digo que el querer hablarles hoy de nueva escalada hacia el retorno, no tiene nada que ver ya conmigo mismo sino con ustedes pueblo patrio, pueblo bueno».
¡Camaradas! ¡El tiempo es corto! La contrarrevolución está preparando una nueva ofensiva ¡Si no actuamos decisivamente para derrotar a la oligarquía, ésta terminará derrotandonos!
Fuente: Lucha de Clases (Venezuela)
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