Venezuela: ¿Una amenaza a la seguridad nacional de EEUU?
El 9 de marzo de 2015, el presidente estadounidense Obama emitió una Orden Ejecutiva declarando una «emergencia nacional», afirmando que «la situación en Venezuela» representa una «amenaza inusual y extraordinaria a la seguridad nacional y a la política exterior de los Estados Unidos». Esta es la última medida de injerencia imperialista de Estados Unidos en los asuntos internos de un país soberano como la República Bolivariana de Venezuela, y como tal es fuertemente condenada por la campaña Manos Fuera de Venezuela.
Los términos de la Orden Ejecutiva de Obama serían una farsa si la situación no fuera de hecho muy peligrosa. La Orden nombra a 7 funcionarios del Estado venezolano, cuyos activos van a ser congelados y su entrada en los EE.UU. bloqueada, pero en realidad se trata de un ataque injustificado contra la soberanía nacional de Venezuela. El gobierno de los EE.UU. ni siquiera ha presentado ninguna prueba de que alguna de estas personas tengan ningún activo en los EE.UU. o hayan viajado a los EE.UU. en el pasado.
La idea de que estas sanciones se imponen con el objetivo de defender los derechos humanos, la libertad de expresión, las instituciones democráticas y atacar la corrupción en Venezuela es de risa si uno mira el historial de los Estados Unidos.
Por ejemplo, el gobierno de los Estados Unidos:
– es responsable de las policías locales que matan regularmente adolescentes desarmados sólo por el color de su piel.
– está involucrado en la vigilancia y espionaje masivos de sus propios ciudadanos.
– lleva a cabo la detención ilegal y tortura de ciudadanos extranjeros en su base militar en Guantánamo, a pesar de la promesa de Obama de clausurarla.
– a través de su agencia de espionaje, la CIA, está involucrado en el secuestro y tortura de ciudadanos extranjeros en países de fuera de los EE.UU..
A lo largo de su historia, los EE.UU. ha participado en un sinnúmero de intervenciones en países extranjeros con el fin de derrocar a los gobiernos que no les gustaba y apoyar y defender dictaduras brutales. Más recientemente, en América Latina, Washington ha estado involucrado en exitosos y fallidos golpes de Estado en Bolivia (2008), Honduras (2009) y Paraguay (2012).
En Colombia y México, el gobierno de Estados Unidos no tiene ningún problema en apoyar a gobiernos que son responsables de violaciónes horribles de los derechos humanos, de corrupción, de vínculos con los cárteles de la droga, etc. No hay Órdenes Ejecutivas en estos casos. No se consideran «una amenaza para la seguridad nacional».
¿Cómo puede el presidente Obama ni siquiera hablar de los derechos humanos y de instituciones democráticas cuando apenas hace seis semanas encabezó una delegación de alto nivel a Arabia Saudita para asistir al funeral del déspota despiadado de este país y lo describió como «uno de nuestros aliados más cercanos»?
¿Cómo puede el Presidente de los EE.UU. describir a Venezuela como una «extraordinaria amenaza a la seguridad nacional», cuando Estados Unidos estuvo directamente involucrado en el golpe de Estado que derrocó al gobierno democráticamente elegido del presidente Hugo Chávez en abril de 2002? Los EE.UU. no han dejado de financiar y apoyar a los grupos de oposición en Venezuela que han participado en los intentos de eliminar por la fuerza al gobierno democráticamente elegido del país. Washington no ha cesado en su constante interferencia en contra de la voluntad democrática del pueblo venezolano. ¿Quién es una amenaza para quién?
La única amenaza que Venezuela presenta al imperialismo estadounidense es la amenaza de ser un buen ejemplo. La Revolución Bolivariana de Venezuela ha erradicado el analfabetismo, ha extendido masiva y gratuitamente la atención a la salud y a la educación, ha reducido sustancialmente la pobreza y el desempleo, ha construido viviendas asequibles para cientos de miles de familias y, en general ha inspirado un cambio progresista y democrático en el conjunto de América Latina y más allá. El llamamiento de Chávez a favor del socialismo ha resonado en millones de trabajadores y jóvenes de todo el mundo que están sufriendo las políticas de recortes y austeridad. Incluso en los Estados Unidos, miles de familias pobres se han beneficiado de los subsidios al combustible proporcionados por el gobierno venezolano.
Las credenciales democráticas de la revolución bolivariana no pueden ser cuestionadas por nadie. Ha habido 18 elecciones y referéndums desde 1998, con todos excepto uno (diciembre de 2007) siendo ganados por los candidatos y propuestas del movimiento bolivariano. Este año habrá nuevamente elecciones a la Asamblea Nacional.
Las últimas sanciones impuestas por el presidente Obama sólo afectan a 7 personas, pero en realidad representan una amenaza para la revolución bolivariana. Son una escalada de las sanciones ya impuestas en diciembre de 2014 y el lenguaje utilizado abre la puerta para más sanciones económicas severas aún y financiación de los grupos de la oposición, en violación de la soberanía nacional, y de otras formas de intervención. No es por casualidad que esta Orden Ejecutiva se produce menos de un mes del descubrimiento de un complot golpista en Venezuela, cuya organización tuvo lugar parcialmente en el territorio de Estados Unidos.
Ante estos acontecimientos reafirmamos nuestra solidaridad con la revolución bolivariana y el gobierno de la República Bolivariana de Venezuela frente a la agresión imperialista. Hacemos un llamamiento al movimiento obrero, la juventud y la opinión pública progresista y democrática de todo el mundo a unirse en un poderoso movimiento que rechace la injerencia de Estados Unidos en Venezuela.
¡EE.UU. Manos Fuera de Venezuela!
¡Respetar la voluntad democrática del pueblo venezolano!
¡Defender y completar la Revolución Bolivariana!
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