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Al compañero y amigo Javier Septién

El pasado tres de enero la fatalidad nos arrebató una persona que dedicó su vida a conseguir una sociedad socialista donde la igualdad, la justicia y la libertad fueran más que palabras. Actualmente militante de CCOO y de IU, su trayectoria de lucha, de compromiso, y de honestidad, se inició siendo muy joven, cuando en 1972 decidió integrarse en las organizaciones socialistas con el nombre de Mikel.

Era entonces maestro y desarrollaba  actividades culturales como cine fórum, teatro, pintura y poesía en el KLINK, centro de actividades antifranquistas. Asistió como Delegado al V Congreso de las Juventudes Socialistas (JJSS), celebrado en Paris en enero de 1973, donde fue elegido miembro del Comité de Redacción de la revista estatal Renovación, y designado responsable del aparato de propaganda socialista en Álava.

Desde entonces su dedicación a la causa obrera, y al socialismo, han sido una constante en su vida. Como representante del socialismo alavés participó en el XII Congreso de la UGT en 1973, en el XIII Congreso del PSOE en 1974, o en el VI Congreso de las JJSS, celebrado en Lisboa en 1975, donde salió elegido responsable de organización de la zona norte creando agrupaciones socialistas en zonas como Navarra, La Rioja o Santander, entre otras.

En 1974 fue torturado y encarcelado en la prisión de Nanclares, acusado de asociación ilícita y propaganda ilegal, y en 1975 tuvo que huir, en pleno estado de excepción, perseguido por la policía que había desarticulado las organizaciones socialistas en Vizcaya, y parcialmente en Álava.

En 1976 recorrió Cataluña denunciando el asesinato por la policía de cinco trabajadores en Vitoria el tres de marzo y ese mismo año fue elegido por la asamblea provincial responsable de organizar el PSOE en Álava.

Tras su intervención como delegado en el XXVII Congreso del PSOE en 1976 intervino como orador en la primera presentación del PSOE en Vitoria, en marzo de 1977. Sin embargo, poco después sería excluido de las JJSS y del PSOE, junto a cientos de militantes en todo el Estado, por denunciar el giro a la derecha de la política socialista, que iba dejando en el camino la ruptura democrática, el derecho de autodeterminación, la democracia interna, y las raíces marxistas, raíces que Javier continuó defendiendo en la UGT siendo elegido miembro de la primera Comisión Ejecutiva de la UGT de Álava en 1977, y de la primera Comisión Ejecutiva de la UGT de Euskadi en 1978.

Su capacidad, como persona y como maestro, fue esencial para entender el nivel de formación teórica y capacidad de debate de la agrupación socialista alavesa, y el papel crítico y referencial que jugó en el conjunto del Estado.

Como dirigente socialista estuvo siempre en primera línea, como el 23F, cuando el miedo congeló el corazón de tantos mientras Javier estuvo toda la noche, junto a otros compañeros, en la iglesia de Arana editando miles de octavillas que fueron repartidas de madrugada en las fábricas llamando a la clase trabajadora a responder con la huelga general la intentona militar golpista.

En 1984 los “Boyer y Solchaga“, responsables de la política económica del Gobierno Socialista, reclamaban una UGT sumisa lo que provocó la disolución de la UGT de Álava, aunque no pudieron evitar, pocos años después, la mayor huelga general en contra de su política. La actividad que intentaron impedir atacando el sindicato más representativo de Álava la continuó la UST en la que Javier jugó un papel dirigente hasta 1994 en que se consiguió la readmisión de todos los expulsados.

Además de ser un socialista marxista comprometido, Javier ha sido persona entrañable, sensible, cercana, con gran capacidad de escucha, amante de la naturaleza y de la montaña, siempre con su bicicleta a cuestas, y participante en tantas iniciativas siempre orientadas a defender a la clase trabajadora.

Dice Elías Nandino que morir es alzar el vuelo. Sin alas. Sin ojos. Y sin cuerpo. Pero de Mikel siempre nos quedará su sonrisa, su coherencia y su integridad.

Citando a Luis Cernuda: “Gracias, compañero, gracias por el ejemplo. Gracias porque me dices que el hombre es noble. Nada importa que tan pocos lo sean: Uno, uno tan sólo basta como testigo irrefutable de toda la nobleza humana”.

Seguiremos tu lucha porque en palabras de León Felipe: “Siempre habrá nieve altanera que vista el monte de armiño  y agua humilde que trabaje en la presa del molino. Y siempre habrá un sol también —un sol verdugo y amigo— que trueque en llanto la nieve y en nube el agua del río.”

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