Álava: no a los macroproyectos energéticos – ¡Defendamos la tierra!
El sábado 26 de octubre, más de 160 entidades, incluyendo juntas administrativas, ayuntamientos, sindicatos y asociaciones, se unieron a miles de personas en una manifestación en Vitoria-Gasteiz para exigir el freno a los grandes proyectos energéticos planificados en Álava.
En total, y según cifras de la organización, casi 6000 personas participaron en la marcha, encabezada por una pancarta con el lema «Makroproiekturik ez. Lurra defenda dezagun» (“No a los macroproyectos. Defendamos la tierra”). A lo largo de la manifestación, y bajo una ligera lluvia en algunos momentos, los asistentes llevaron carteles con frases como «Renovables sí, pero no así» y «Primer sector aurrera (adelante)», acompañados, además, por medio centenar de tractores.
La marcha concluyó en la plaza de los Fueros, donde se leyó un comunicado apoyado por 165 organizaciones, defendiendo «el territorio, los pueblos y la vida rural» en Álava. Los organizadores denunciaron que, en los últimos meses, una gran cantidad de macroproyectos, como instalaciones industriales, solares, eólicas, de alta velocidad y embalses, se han propuesto en Álava. Señalaron correctamente que estos proyectos se justifican bajo términos como «transición energética», «industrialización territorial» y «progreso», aunque en realidad favorecen a grandes empresas a costa del territorio. También expresaron que estos proyectos amenazan el desarrollo sostenible y obligan a las comunidades rurales a abandonar sus hogares, comprometiendo sus proyectos de vida en el campo.
Uno de los macroproyectos más destacados es el que pretende llevar a cabo la empresa Solaria, que consistiría en ocupar unas 3000 hectáreas de tierra alavesa con paneles solares para su beneficio privado, lo que equivaldría a unos 4500 campos de fútbol, como denuncia la asociación Gorbeialdea Defendatu.
Entre las pancartas, también se ha podido ver el mensaje «SOS Margarita», en solidaridad con este pueblo alavés que sufre las consecuencias de varios macroproyectos. Los habitantes afirman que estos desarrollos han alterado profundamente su entorno y lo han dejado más aislado. Con la ampliación del polígono de Júndiz, nuevas estaciones de servicio y el centro logístico de Mercadona, Margarita está ahora rodeada de ruido constante, luces intensas y un flujo incesante de vehículos, lo que dificulta la vida cotidiana de este pueblo.
En definitiva, se trata de las consecuencias del capitalismo. Un capitalismo inherentemente voraz y salvaje, que no se detiene ante ningún pueblo, bosque o montaña, y al que no le importa en absoluto la vida de la gente ni las consecuencias sobre la naturaleza. Solo el beneficio económico a corto plazo.
Bajo este sistema no habrá transición energética justa. Mientras sean unos pocos los dueños de los medios energéticos, seguirán enriqueciéndose y creando macroproyectos, para volver a enriquecerse más y más. Tampoco podemos confiar en las instituciones y políticos, que a menudo son seducidos por la corrupción y preparan el terreno a estas empresas, por no hablar de que muchas veces terminan su carrera política dentro de ellas mediante las puertas giratorias.
En definitiva, solo las movilizaciones y la lucha de los trabajadores y estudiantes en la calle, de manera organizada, pueden plantar cara y acabar con estos ataques a la naturaleza y a la vida de los ciudadanos. La gente está despertando y ya no son engañados tan fácilmente con excusas de “progreso” o “transición verde”, palabras vacías que utilizan los de siempre. Ahora toca seguir con la lucha.
¡Álava no está en venta!
Araba ez dago salgai!
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