Ante el veneno de la reacción contra los inmigrantes ¡unidad de clase!
Cada día que pasa, la crisis existencial del capitalismo se hace más aguda y sentida para millones de personas. Este proceso está provocando un aumento de la polarización social y la búsqueda de una salida por parte de capas cada vez más amplias de la población. Ante la bancarrota del reformismo, que no ofrece nada mínimamente sustancial, que se pliega a los intereses del imperialismo y los grandes magnates del capital, la derecha y la ultraderecha se apoyan en la demagogia, el nacionalismo rancio y la criminalización de la inmigración para envenenar a la clase obrera y ampliar su base de apoyo. ¡No podemos permitirlo!
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Cómo desmontar los falsos argumentos de la reacción
Digámoslo tal y como es: la reacción agita la cuestión de la inmigración para desviar la atención de la situación real, enfrentar entre sí a los oprimidos mediante la política de “divide y vencerás”, y tratar de rascar votos.
Y es que el capitalismo en crisis no es malo para todo el mundo, ni mucho menos. Para los grandes capitalistas, ¡la época actual no podía ser mejor! En el Estado español, 28 de las 35 empresas del Ibex35 incrementaron sus beneficios un 39% en 2021 y un 43% en 2022, en comparación con los años de 2016 a 2019 (15.800 millones de euros en 2021 y de 18.400 millones de euros en 2022). En lo que respecta a las 100 personas más ricas del país, en 2023 incrementaron su patrimonio en un 37%, hasta los 196.130 millones de euros. Y estos son tan solo los números “oficiales”; sin duda los incrementos reales habrán sido incluso más espectaculares.
Esta tremenda acumulación de beneficios en pocas manos se da en el contexto de creciente miseria y dificultades para la clase obrera y la juventud: crisis de la vivienda, precariedad, sueldos bajos, inflación, recortes en sanidad, educación, cambio climático, ataques a las pensiones, etc.
Ante esta situación, el PP, VOX y demás organizaciones reaccionarias señalan con el dedo al inmigrante pobre (“ilegal”) como causa de estos problemas. Esta política refleja su desprecio de clase, su fiel servidumbre al capitalismo y los grandes capitalistas, y lo más atrasado y vil de la sociedad española. Sin embargo, es fácil contrarrestar y exponer sus “argumentos”.
Una de las principales ideas que esgrimen es la cuestión del “efecto llamada”, otra manera de decir que quieren endurecer incluso más las fronteras y expulsar a los migrantes pobres a su antojo. Sin embargo, la realidad es que todas las políticas reaccionarias de la UE, y del “gobierno más progresista de la historia”, no han parado ni pararán el flujo migratorio. Lo que sí que consiguen es que el trayecto se haga más y más peligroso, que decenas de miles mueran en el intento, y que las mafias y traficantes proliferen.
La pregunta que hay que hacer es, ¿por qué decenas de miles de personas, incluyendo mujeres y niños, arriesgan sus vidas para emigrar de sus países? Porque sus países son saqueados por el imperialismo de forma indiscriminada, explotados, oprimidos y mantenidos artificialmente en la barbarie en interés de los beneficios, zonas de influencia, materias primas, etc. de las grandes empresas; cuando no son bombardeados y reducidos a ruinas.
Marruecos es un buen ejemplo de esto. Grandes empresas españolas y la monarquía borbónica disfrutan de una buena relación con la monarquía marroquí, quien les provee de materias primas y mano de obra barata para su explotación; la burguesía española disfrutó de un superávit comercial con Marruecos de 2.400 millones, en 2023. Bajo la dictadura del monarca Mohammed VI, cualquier oposición seria de la clase obrera al status quo es aplastada sin miramientos. Ni el PP ni VOX critican esta política, porque corresponde a sus intereses de clase. Solo se preocupan de escupir su veneno hacia los obreros, jóvenes y familias que escapan de este infierno. Dicho sea de pasada, toda su propaganda sobre el islam se vislumbra igualmente falsa, ya que a la hora de mantener relaciones con regímenes reaccionarios musulmanes como Marruecos y Arabia Saudí, los dirigentes del PP y VOX no tienen problema en lamer sus botas; todo en interés de la burguesía española y sus negocios.

La reacción agita la cuestión de la inmigración para desviar la atención de la situación real, enfrentar entre sí a los oprimidos mediante la política de “divide y vencerás” / UL
La hipocresía de la reacción se ve de lejos. Mientras ladran contra la inmigración “ilegal”, no tienen problema en abrir las fronteras para los refugiados ucranianos que huyen del “malvado Putin”, o para los venezolanos que escapan de la “dictadura bolivariana”. Esto va más allá de su racismo; de nuevo, es una cuestión de clase, ya que apoyan al imperialismo occidental en su guerra en Ucrania y en su ferviente deseo de recuperar el control sobre los recursos petrolíferos de Venezuela.
O qué decir del capital extranjero de fondos buitre, de bancos, de multinacionales de todo el mundo, también de países árabes, que invierten en el Estado español para explotar a la clase obrera, de nacionalidad española y extranjera. En 2023, cuando Saudi Telecom compró casi un 10% de las acciones de Telefónica, José Luís Ruiz Bartolomé, diputado de Vox, dijo en la asamblea de Madrid: “[Más Madrid] se escandalizan por la entrada de capital extranjero en las empresas españolas. Son racistas, pero solo contra el capital.”
A pesar de todo esto, como admite la burguesía más inteligente, el capital necesita la mano de obra extranjera, por motivos económicos y políticos. Los migrantes de países pobres están dispuestos a realizar los trabajos más precarios, duros y de baja remuneración. Además, es extremadamente útil para dividir a la clase en líneas nacionales, rebajando los sueldos y las condiciones laborales a través de la competencia entre la clase obrera.
Es más, el racismo del PP y VOX con la inmigración de países pobres tiene la intención de explotar sin tapujos a esta capa de la clase obrera. No es casualidad que VOX disfrute de un sustancial apoyo en Murcia, entre la pequeña burguesía terrateniente que depende de la inmigración. Estos elementos son los más racistas precisamente porque requieren de la mano de obra de inmigrantes pobres para enriquecerse; cuantos menos derechos tengan, más les pueden explotar.
Otro argumento falso es vincular la inmigración “ilegal” con el crimen. De nuevo, sin embargo, la realidad es otra: la tasa de criminalidad, comparada con el Reino Unido, Alemania o Bélgica, es baja, 41 infracciones por cada 1000 habitantes, con una tendencia a la baja desde hace 11 años, mientras que paralelamente ha aumentado la inmigración. Por lo que concierne al porcentaje más elevado de delitos perpetrados por extranjeros, 18,1% frente al 7,5% de nacionales, aparte del resultado de las mafias internacionales del crimen amparadas por sus compinches locales y los grandes bancos, en lo que a las capas más bajas se refiere esto es el producto de su situación precaria: barreras administrativas casi insalvables, pobreza, bajos sueldos, precariedad, barrios marginados, viviendas insalubres, etc. En otras palabras, es la consecuencia del clasismo y racismo de la clase dominante y su aparato de Estado que, como ya hemos dicho, hace todo lo posible para dividir a la clase obrera para explotarla más y mejor.
Evidentemente, PP, VOX y demás reaccionarios nunca hablan de los delitos y crímenes de la burguesía. En lo que llevamos de 2024 han muerto 435 trabajadores en sus puestos de trabajo, la mayoría como consecuencia de sus condiciones de trabajo; 400.000 trabajadores no han recibido el pago de sus horas extras, o lo que es lo mismo, les han robado el equivalente a 3.254 millones de euros anuales; o también el fraude fiscal de las grandes empresas, ahorrándose miles de millones de euros en impuestos; o qué decir de la austeridad, que ha llevado a miles de muertes por los recortes en sanidad, suicidios, etc.
La lista de crímenes de la burguesía es interminable. Así, Abascal, tan “preocupado” por el crimen, no tardó en visitar a Netanyahu, un criminal de guerra según el fiscal jefe de la Corte Penal Internacional que está cometiendo un genocidio contra una población totalmente indefensa. O qué decir de Feijóo, amigo de narcotraficantes y presidente de un partido condenado como organización criminal. De nuevo, esta gente busca esconder quiénes son los verdaderos criminales, ellos mismos y los imperialistas.
El gobierno PSOE-SUMAR allana el terreno para el discurso antiinmigración
Dicho todo esto, no nos puede extrañar que las ideas venenosas de la derecha penetren entre ciertas capas de la población. El gobierno más progresista de la historia allana el terreno.
A finales de agosto, Sánchez viajó a África para tratar la cuestión de la inmigración. Por un lado, aseguró que “para combatir esta amenaza que afecta a la estabilidad y la seguridad de nuestras sociedades, es imprescindible también el retorno de quienes han llegado a España ilegalmente. Principalmente porque su retorno traslada un mensaje desincentivador nítido, claro y contundente a las mafias y a quienes se ponen en sus manos”. ¿Cómo se diferencia esto del discurso de la reacción? En nada, porque ambos se basan en mantener intacto los intereses del imperialismo español y su saqueo.
Por otro lado, su viaje se centró en llegar a acuerdos para la “promoción de movimientos migratorios ordenados”. Este “orden” consiste en contratar mano de obra barata en el país de origen para labores estacionales en España, y devolverlos a sus países una vez su fuerza de trabajo ya no es útil. ¡Qué maravillosa medida! En su defensa “solidaria y respetuosa con los derechos humanos”, el objetivo del gobierno de PSOE-SUMAR es evitar que gente desesperada escape de sus condiciones de miseria viniendo al Estado español, eso sí, sin perder la oportunidad de explotar su mano de obra barata. Cómo no, la derecha no criticó estas medidas, al contrario, son suyas también. Feijóo escribió en X: “Quien venga, contrato en origen y carta de cumplimiento de nuestras leyes.”
Es más, este gobierno defiende la política de la UE ante la inmigración, que se fundamenta en pagar centenares de millones de euros a países como Turquía, Libia, Túnez, etc. para que frenen la inmigración con mano dura.
Como vemos, este gobierno sólo actúa para facilitar el auge reaccionario contra la inmigración, ya que no sólo no plantea una alternativa a sus falsas y reaccionarias ideas, sino que las alimenta.
¡Por la unidad de la clase obrera!
Ante el veneno de la reacción y el papel de los reformistas, los comunistas planteamos la necesidad de la máxima unión de la clase obrera, sin importar la nacionalidad, contra el capital.
Estamos en contra de los controles de inmigración, defendiendo los derechos políticos de los migrantes, empezando por otorgar la nacionalidad, sin ningún impedimento a quien lo solicite, tanto para acceder a los servicios públicos, trabajos dignos y al derecho al voto, como también para favorecer su afiliación a sindicatos para defender sus intereses económicos. Así, lucharemos por subidas salariales y la mejora de condiciones laborales para toda la clase obrera- ¡que la crisis la paguen los ricos! Si todos ganamos igual y trabajamos en las mismas condiciones laborales, según cada convenio de trabajo, no habrá competencia entre trabajadores nativos y extranjeros.

Los comunistas planteamos la necesidad de la máxima unión de la clase obrera, sin importar la nacionalidad, contra el capital / Adolfo Luján (Creative Commons)
En materia de vivienda, defendemos la expropiación sin indemnización de todos los pisos turísticos en manos del gran capital, al igual que las viviendas de los bancos y fondos de inversión, sin compensación, para ponerlos a disposición de la población, con alquileres baratos de no más de un 15% de los ingresos familiares, empezando por las personas más necesitadas, sin consideraciones de nacionalidad.
Defendemos igualmente la expropiación de los bancos y grandes empresas agrupadas en el IBEX35 y las 100 compañías de la Bolsa de Madrid, sin compensación y bajo control obrero, cuyos recursos y activos bastarían para planificar la economía en beneficio de la mayoría y no de una pequeñísima minoría. Con todos estos recursos, se podrían realizar inversiones masivas para desarrollar los barrios marginales, mejorar enormemente la sanidad pública y la educación, facilitando la integración de los migrantes mediante una educación gratuita y de calidad. Mediante el control obrero de la economía, se garantizarían sueldos y trabajos dignos para todos.
En esta lucha contra la reacción, planteamos la necesidad de organizarnos y luchar contra la clase dominante, su racismo, la explotación y la opresión de la clase obrera aquí y en el extranjero. La causa del migrante es la causa de la clase obrera mundial contra el capitalismo en su conjunto, contra el imperialismo. Cuantos más trabajadores seamos en cada país y más unidos estemos, más fácil será luchar contra el capital y derribar su sistema de explotación y opresión. Es absolutamente necesaria la solidaridad entre la clase obrera mundial mediante medidas concretas, a escala internacional y nacional, pero también mediante la lucha por la revolución socialista mundial. Solo con la toma del poder por parte de la clase obrera, empezando esta tarea aquí en casa, podremos acabar con el veneno de la reacción y establecer un mundo digno para todos.
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