Ante la caída del decreto ómnibus: ¡Por un plan de lucha y movilizaciones!
A finales de la semana pasada se tumbaba el decreto ómnibus presentado por el Gobierno, que incluía medidas como la subida de las pensiones, el mantenimiento de las ayudas para el transporte público, ayudas para afectados por la DANA, entre otras, con los votos en contra de PP, VOX y Junts.
ÚLTIMA HORA: como anticipamos en este artículo, al final Sánchez encontraría la forma de revertir su derrota parlamentaria sobre esta ley, pero nuestro análisis de las circunstancias que llevaron a su derrota inicial y la necesidad, pese a todo, de reimpulsar la movilización social por estas y otras necesidades, se mantienen vigentes. Es por ello que instamos a UGT y CCOO a mantener la movilización social que anunciaron para este 2 de febrero
La derecha, expuesta
Las justificaciones del voto en contra de PP, VOX y Junts carecen de cualquier fundamento. Esto es así porque, para su supervivencia política, no pueden decir la verdad, es decir, que han votado en contra porque representan los intereses directos de los capitalistas y de la pequeña burguesía adinerada, de las capas más conservadoras y atrasadas. Esto se mezcla además con la obsesiva estrategia de PP y VOX de derribar al gobierno a toda costa, y de la debilidad de Junts y su afán para salvaguardar su prestigio. PP y Vox no querían con su voto favorable avalar ante la población la supuesta política “progresista” de este gobierno.
La aprobación de dicho ómnibus supondría un mayor desembolso de dinero público, una línea roja para la derecha, que desea cargar la crisis de su sistema sobre las cabezas de la clase obrera a través de la austeridad y ataques directos contra sus intereses. En esta época de crisis y decadencia capitalista, a excepción de la subida de las pensiones, un tema muy delicado que seguramente apoyarían a regañadientes por el peligro de enfurecer una importante parte del electorado, al igual que las ayudas por la DANA, la derecha se opone a toda medida que pueda mejorar las condiciones de vida de la clase obrera y la juventud a costa de los beneficios de los capitalistas y sus lacayos.
También, aunque de forma muy tenue, la prórroga de la prohibición de desahucios a familias vulnerables supone un ataque a la propiedad privada que estas damas y caballeros no pueden aceptar.
El carácter carcomido y burgués de PP y VOX es bien conocido, juntamente con su estupidez. Pero este último episodio ha expuesto en mayor medida el carácter político real de Junts, que durante años se ha escondido detrás del carácter progresista del Procés.
Con el independentismo catalán desactivado, la cuestión de clase ha vuelto a salir a la palestra de forma más clara. Así, Nogueres, la líder de Junts en el parlamento, ha defendido su voto por “lealtad a nuestro país”, refiriéndose a Catalunya, mientras que la otra línea de defensa es la cuestión de las “competencias”. Pero como es evidente, esto no se lo traga nadie. No es la primera vez que recientemente votan con PP y VOX- hace apenas un mes votaban también en contra de prorrogar el impuesto extraordinario a las eléctricas, a pesar de sus extraordinarios beneficios en los últimos años. Es más, ha habido un acercamiento, aunque muy cauteloso y discreto, entre PP y Junts, con el primero detectando que el segundo se ha vuelto a transformar, asemejándose mucho más ahora a su progenitor, CIU. Dicho de otra manera, al representante tradicional de la burguesía catalana.
Este proceso demuestra la corrección del marxismo. Desde la OCR hemos dicho desde el principio que sólo la revolución socialista puede conseguir la liberación nacional de Catalunya, que esta debe ser dirigida por la clase obrera y contra la burguesía, y que Junts no sólo era incapaz de dirigir el movimiento hasta la victoria, sino que buscaría sabotearlo, desvíarlo y se opondría a este de forma más decidida conforme las masas tomasen la iniciativa y atacaran los intereses de los propietarios, es decir, conforme la lucha por el derecho democrático a la autodeterminación se llenara de contenido social. Junts tiene mucho más en común, y de una fuerza mucho más poderosa que cualquier “cultura catalana” o idioma, con el PP que con la clase obrera y juventud catalanas: la propiedad privada y los sagrados beneficios capitalistas.
El decreto y el gobierno
Como organización marxista, defendemos las medidas incluidas en el decreto ómnibus, al igual que defenderemos siempre cualquier reforma que beneficie a la clase obrera, por pequeña que sea. Como es más que comprensible, las medidas incluidas en el decreto tienen el apoyo de la mayoría de la población, ya que daban un respiro importante a amplias capas. Dicho esto, este debe ser analizado en su contexto, y por quién lo ha promulgado.

Aunque apoyamos las medidas del decreto Ómnibus, exigimos que hace falta ir mucho más allá / UL
El Gobierno del PSOE ha demostrado ser un firme garante de la paz social, es decir, del mantenimiento de los beneficios de la clase capitalista evitando la lucha de clases por parte de la clase obrera y la juventud. Esta estrategia se basa en usar dinero público para paliar los peores aspectos de la crisis mundial del capitalismo, que también está afectando gravemente a la población española, mientras se protegen los intereses fundamentales de las grandes empresas, el aparato del estado, y el régimen del 78 en su conjunto. También busca intentar limar los aspectos más opresivos y explotativos de la clase dominante, pero salvaguardando los beneficios y competitividad internacional de los empresarios como principal premisa principal.
Es así cómo es posible encajar de forma coherente el reciente pacto del PSOE con el PP, su archienemigo que lo quiere ver fuera del gobierno, e incluso destruido, sobre la jubilación, que implica extender de forma voluntaria la jubilación ¡hasta los 72 años!. Aquí no vamos a entrar en un análisis de dicho pacto, sólo hace falta decir que su objetivo es retrasar la jubilación, es decir, atacar los intereses de la clase obrera. La ministra de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, Elma Saiz, dijo sobre el pacto “Vamos por la senda correcta porque, ciertamente, promover la prolongación de la vida laboral de los trabajadores de mayor edad es algo que ya venimos haciendo”. En otras palabras, los dos partidos principales del régimen se pusieron de acuerdo en cuanto a defender una cuestión esencial para el capitalismo español, con el apoyo además de las cúpulas de CCOO y UGT y la patronal de los empresarios, CEOE, al igual que también están de acuerdo en el apoyo a Ucrania y el envío de armas, el apoyo a Israel, la defensa de la monarquía, etc.
Es por esto que, aunque apoyamos las medidas del decreto Ómnibus, exigimos que hace falta ir mucho más allá. No es suficiente parar temporalmente los desahucios para las familias más vulnerables, sino que hay que asegurar una vivienda digna para toda la población, con un coste de alquiler por ejemplo que no cuesta más del 10% de los ingresos familiares; o que las pensiones suban sustancialmente, para asegurar una vida digna para todos los jubilados, además de no sólo revertir las subidas en la edad de jubilación sino bajarlas; que el transporte no esté bonificado, sino que sea universalmente gratuito y de calidad; etc. La riqueza social existe, el problema es que ahora está acumulada, se incrementa y concentra cada vez más en pocas manos. Por ejemplo, tan sólo el 10% más rico ya controla el 77,8% de la riqueza total.
El problema de fondo es la crisis mundial del capitalismo, que afecta al capitalismo español, y se combina y agrava además por sus contradicciones internas.
Sólo podemos confiar en nuestras fuerzas
La caída de este proyecto de ley demuestra también los límites estrechos del parlamentarismo, y de los juegos “políticos” de los principales partidos. Aunque lo más probable es que, tarde o temprano, el gobierno encuentre alguna otra forma parlamentaria para reintroducirlo y aprobarlo, aunque sea parcialmente.
De cualquier modo, está claro es que estas medidas benefician a la mayoría de la población. Este es el verdadero estado de cosas, y no la relación de fuerzas dentro del parlamento. Es por eso que apoyamos la convocatoria de manifestaciones impulsada por CCOO y UGT para el próximo 2 de febrero, pese a la cobardía de estas direcciones y su reciente traición sobre el retraso voluntario de la edad de jubilación, para exigir mediante la lucha en la calle y la organización, la implementación de estas medidas por la vía que sea. Si la clase obrera se organiza, lucha y reivindica la defensa de sus intereses de forma decidida, no hay parlamento, gobierno ni institución burguesa capaz de pararla. Los dirigentes de UGT y CCOO dan este paso adelante forzados por las circunstancias y la rabia social, pero al poner en movimiento a los trabajadores, estos pueden tomar conciencia de su fuerza social y obligarlos a ir más allá de sus intenciones iniciales.

Los dirigentes de UGT y CCOO dan este paso adelante forzados por las circunstancias y la rabia social / CCOO
Además de este apoyo a dicha movilización, también planteamos la necesidad de exigir mucho más, de que la crisis de este sistema la paguen los ricos, que sean ellos quienes vean sus intereses afectados y no la clase obrera y la juventud. Los dirigentes de CCOO y UGT tienen una responsabilidad mayor en este sentido, por encabezar organizaciones de masas con capacidad para movilizar y organizar a la clase obrera. Debemos exigirles que planteen, sobre este programa, un plan de lucha continuado, que incluya además subidas salariales sustanciales para no sólo recuperar todo el poder adquisitivo perdido en los últimos años, sino para disfrutar de vidas dignas; vivienda digna para todos, reversión de todos los recortes en educación y sanidad e inversiones masivas; campañas de afiliación para los trabajadores migrantes, para luchar conjuntamente con los trabajadores nativos por los mismos intereses contra la patronal y sus lacayos; etc. Si estos dirigentes no están por la labor, o ejercen oposición, deben ser sustituidos por dirigentes que se pongan a la cabeza en la defensa de los intereses reales de la clase obrera y la juventud.
La derecha a escala mundial, como también aquí en casa, viene mostrando un descaro cada día más abierto en su defensa de los intereses de los capitalistas y su disposición a atacar las conquistas, derechos e intereses de la mayoría. La caída del decreto con los votos en contra de la derecha es el último ejemplo. Ante su deseo de aplastar a la clase obrera, hace falta un plan de lucha, organización y un programa que apunte a la destrucción del sistema capitalista. A través de la construcción de la Organización Comunista Revolucionaria, aspiramos como revolucionarios a llevar a cabo esta tarea. Si estás de acuerdo con nosotros, únete a nosotros y ayúdanos en la lucha contra el capitalismo!
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