Comienza el año, en Amazon continúan las huelgas

Tras un año de infructuosas negociaciones, la plantilla de Amazon Trapagaran, Bizkaia  decidió comenzar el año anunciando a fines de diciembre con tres días de huelga; los días 3, 4 y 5 de enero. Este es quizás el mejor ejemplo de lo que será, probablemente, una constante en el 2024 para una buena parte de la clase obrera. Aunque a última hora, los trabajadores decidieron posponer la huelga por un temporal que afectó gravemente a las instalaciones de la planta, aquélla se va a dar de todas maneras.

El gigante logístico, que en 2023 obtuvo unos beneficios de más de 11 mil millones de euros, ha estado un año entero dando largas en las negociaciones con el comité, mostrando indiferencia total ante las reivindicaciones de sus trabajadores; que no cesan de reclamar que la explotación laboral de Amazon es ya insoportable, como lo visibilizan claramente en sus pancartas al manifestarse por las calles de Bizkaia: “Amazon nos sigue EX-PRIM-iendo”.

Este reclamo tiene ya más de un año sobre la mesa, desde el primer momento en que se constituyó el comité con el fin de organizarse y reclamar por sus derechos y reivindicaciones, entre los que están la negociación de un convenio colectivo propio. La empresa ha optado por intentar amedrentar a la plantilla fija, que secundó las últimas huelgas del 2023 en su totalidad, con despidos, amenazas y sanciones; a la vez que presionó a los trabajadores eventuales que trabajan en unas condiciones contractuales totalmente precarias y sin ningún tipo de representación sindical.

Ante esta huelga, en un intento burdo de confundir a la sociedad, respondiendo nefastamente, el monopolio de una de las personas más insoportablemente ricas del mundo, Jeff Bezos envía un comunicado a los medios de comunicación diciendo que Amazon brinda a sus trabajadores “una gran seguridad y un entorno moderno” además de “unos beneficios muy competitivos”. Por una parte, como trabajadores, podemos decir alto y claro que los asalariados no tenemos beneficios, sólo un salario. Y que este es el fruto parcial de las riquezas que generamos a la sociedad, mientras que la patronal nos expropia la plusvalía como si de extirpar un órgano en mal estado se tratara. Por otra parte, las mentiras que Amazon intenta vendernos caen por su propio peso, al igual que el techo del pabellón logístico en el que se dejan una parte de su vida cada uno de los trabajadores y trabajadoras. Y es que la huelga del 3, 4 y 5 tendrá que esperar, pues este centro logístico ha debido cerrar sus puertas hasta que al menos su infraestructura ya no sea un problema de seguridad para la plantilla.

Imagen del paro de octubre de 2022 / LAB

Las razones del hartazgo de los trabajadores se hacen cada vez más evidentes, si bien con este hecho ocurrido la noche del 2 de enero no hemos tenido que lamentar ninguna desgracia más allá que la de tener que soportar la explotación feroz de los secuaces más acérrimos del capitalismo, la historia podría haber sido muy diferente.

La empresa, no obstante, se permite no dejar valorar los hechos a los delegados de prevención, que representan y velan por la salud de sus compañeros y compañeras. Estas prácticas son una muestra más de la indiferencia que tiene la patronal hacia aquellos que les damos de comer, la clase obrera.

Aún no ha pasado ni la primera semana del año 2024, pero ya tenemos muchas huelgas a lo largo y ancho del país. La lucha por acompasar los salarios al precio mínimo de la vida hoy en día, y la mejora de las condiciones generales para dignificar la vida de la clase trabajadora, nos lleva a plantearnos la unificación de reivindicaciones y procesos de lucha.

La huelga que hoy no fue, es inevitable ¡y mañana será!

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