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Argentina: defender lo conquistado, avanzar por lo que es nuestro

Los intentos de la Presidenta Cristina Fernández y su Gabinete de sostener una política de acuerdos de precios cuidados en la canasta básica de alimentos, como así también la posibilidad de controlar el tipo de cambio de las diferentes  divisas, no dejan de ser boicoteadas por la burguesía en el terreno económico y apoyada por un amplio abanico de plumíferos en los medios escritos, radiales y televisivos, que juegan al desgaste y a generar un ambiente creciente de inestabilidad política y económica en la población.

Es en este sentido que desde la Corriente Socialista El Militante, queremos poner a consideración de los miles de activistas obreros que sienten una profunda preocupación ante la situación política, lo que consideramos como una necesidad imperiosa: dar una respuesta decidida y clara por parte de los sectores populares y de la clase obrera.

La economía mundial y la Argentina

Como ya explicamos en diversos materiales escritos, durante el último boom, el capitalismo fue más allá de sus límites naturales a través de la expansión del crédito y de la intensificación de la división mundial del trabajo por medio de  la llamada globalización. El crecimiento del comercio mundial impulsó al sistema hacia arriba en lo que parecía un espiral interminable de crecimiento.

Todo parecía ir sobre firmes carriles, los mercados estaban en auge, y todo el mundo estaba contento. Luego vino la crisis en el 2008, con el colapso del banco Lehman Brother, que estuvo muy cerca de provocar una catástrofe a la escala de 1929.

La crisis e EEUU resulta de una profundidad que sólo encuentra antecedentes en otros momentos de la historia como fue 1929, y se demuestra por las fisuras en la clase dominante y sus representantes políticos con la decisión de aumentar los límites legales de deuda. No haberlo hecho, hubiera significado que EEUU caiga en un precipicio, y hubiera significado una cesación de pagos de sus deudas. La naturaleza global de la crisis hace que no se pueda desacoplar Europa de EEUU.

Debemos encontrarle una explicación en la crisis mundial del sistema capitalista a lo que pasa en la Argentina, como así también a los países de economías emergentes.

La defensa denodada  del gobierno de CFK en procurar una burguesía pujante, se estrella contra la realidad de una clase con un mal que viene desde su propia formación como tal.

Su carácter parasitario es inmanente a su misma esencia  y se expresan en diferentes momentos de nuestra historia, en la propia formación del Estado, que conllevo más de 80 años de guerras intestinas, e innumerables golpes cívicos militares y presiones y boicots económicos.

El problema más grave en la fase en que nos encontramos es la falta de inversión productiva a escala mundial, ya que la inversión alcanzó su punto máximo con el estímulo de 2010.

Los economistas burgueses tienen una aversión a la palabra sobreproducción. Pero, desde un punto de vista marxista la causa de la crisis en muy clara. La plusvalía se extrae en el proceso de producción, pero esto no agota el proceso de hacer dinero. La capacidad del capitalista para realizar la plusvalía extraída de la mano de obra de los trabajadores depende en última instancia de su capacidad para vender sus productos en el mercado. Pero esta posibilidad se ve limitada por el nivel de demanda efectiva en la sociedad, es decir, por la capacidad de compra.

Hay que observar que el comportamiento de la burguesía ante la renovación tecnológica es contrario a la inversión, ya que no están dispuestos a gastar dinero o invertir, ya que no existe un futuro con certezas reales. En el mundo, el número de puestos de trabajo ha aumentado en 2013, pero el empleo de las fábricas sigue disminuyendo y una recuperación debe basarse en la inversión productiva y no en servicios.

¿Qué sentido tiene construir nuevas fábricas e invertir en nueva maquinaria y equipos costosos cuando no se puede utilizar la capacidad productiva que se tiene?

Se requieren cantidades cada vez más grandes de dinero para obtener resultados cada vez más escasos.

En Argentina, el Gobierno insiste en que existe superávit comercial, es decir que maneja las variables macroeconómicas. También, que la construcción no está paralizada, el comercio se mueve, y que impulsan un plan anti cíclico como el Pro.Cre.Ar.

Evidentemente, estos son  intentos por desarrollar líneas de generación de empleos; a lo que se suman los últimos planteos de CFK en la CELAC, sobre agregar valor a las materias primas y de esta manera, evitar  una segunda dependencia aún más grave, haciendo referencia a la tecnología. Pero estas declaraciones, revelan la ausencia de una clase vigorosa que haya cumplido con las tareas democráticas – burguesas (a) la revolución agraria; b)  la liberación nacional (soberanía política e independencia económica respecto de la metrópoli imperialista) y como correlato la más amplia democracia para las grandes mayorías nacionales y populares; c) la unidad nacional y el pleno desarrollo industrial; lo que determina su actual rezago con referencia al desarrollo de las metrópolis del capital financiero. De aquí se desprende, que en todo el continente latinoamericano se plantea la urgencia del desarrollo de las fuerzas de producción del conjunto de las economías nacionales.

La experiencia y la historia prueban que no hay posibilidad de un desarrollo pleno y libre del capitalismo en manos de la burguesía nacional y menos aún de la oligarquía. Hemos visto innumerables veces en el país, como en Latinoamérica, episodios en que la burguesía y la oligarquía con bayoneta en mano o utilizando las instituciones han impuesto una lógica de apropiación no solo del trabajo realizado por las masas, sino como sucede en el período actual, una depredación ambiental  de inmensos parques, ríos y de lo que subyace como riqueza en suelo del país.

Los BRICS *Brasil, Rusia, India, China y otros países llamados emergentes

Desde el final de la Segunda Guerra Mundial, la fuerza motriz más importante de la economía mundial ha sido el crecimiento del comercio mundial. Sin embargo, un informe de Naciones Unidas, plantea que es probable que el comercio mundial se mantenga débil durante muchos años.

El crecimiento de los países llamados BRICS se ha desacelerado y no resulta difícil de entender ya que si Europa y  EEUU no consumen, China no puede seguir produciendo como antes, si China no puede producir, países como Brasil, Argentina y Australia no pueden exportar sus productos.

El dinero especulativo que fluía hacia los BRICS en el último periodo, está ahora fluyendo hacia afuera, provocando una fuerte caída en el valor de sus monedas.  La rupia india, la rupia indonesia, el peso Argentino, el Real brasileño y el Rand Sud africano, todas han registrado fuertes caídas. El ministerio de finanzas de Nigeria advirtió que el fin de las “flexibilización cuantitativas” de EEUU, inquietaría a los mercados emergentes y aumentaría los costos de endeudamiento. La idea fue recogida por Najib Razak, primer Ministro de Malasia, quien predijo que el dinero fluiría de vuelta a los EEUU.

Es por esto que economías de un número de países del continente Sud  Americano que se beneficiaron con la exportación de materias primas y fuentes de energía a China, están sufriendo efectos de reacción en cadena de la desaceleración de la economía china, teniendo profundas implicancias políticas y sociales en el próximo periodo. Como hemos visto, en Brasil, generando movilizaciones contra el aumento del transporte y en Argentina con la corrida cambiaria.

El kirchnerismo

Como señalamos más arriba el gobierno se empecina en buscar un sector de la burguesía que intente un desarrollo económico, industrial. Hablan de sectores del capital bueno y que existe otro malo.

En su discurso del 4 de febrero pronunciado en Casa Rosada, la Presidenta CFK, les pidió a los empresarios “que dejen de fugar y reinviertan en el país” para “apostar a lo que nunca hubo en la Argentina: la construcción de una burguesía con conciencia nacional”.  Si nos detenemos en esta idea y balanceamos el comportamiento histórico de la burguesía veremos que tiene un carácter parasitario tanto de los dineros del Estado, de la renta de la tierra y de la explotación de los trabajadores. No acordamos en una apelación a estos sectores ya sean empresarios, cerealeros,  industriales, grandes bancos, etc.

El gobierno sostiene que el  problema es que existen empresarios inescrupulosos y anti patrióticos. Esta caracterización se encuentra reñida con la realidad, ya que el capital es lo que es y basta ver la conducta del empresariado en cualquier país del mundo, como así también en Argentina. Se toma la codicia de estos sectores como una categoría moral y no como algo inmanente al propio capitalismo, es decir, un sistema sustentado en las relaciones sociales de producción que se basa en la explotación de los trabajadores y sectores populares por parte de los capitalistas.

Claro que los inescrupulosos que explotan a la mayoría de los trabajadores se ponen la camiseta celeste y blanca en la medida que tengan garantizadas sus ganancias. Y en momentos de profunda crisis,  juegan a la presión, al desgaste, a la desestabilización, y como ha sucedido en más de una ocasión de nuestra historia, hasta pateando el tablero.

La burguesía nacional

En los últimos años, el déficit energético (Repsol), las crecientes importaciones de insumos y bienes de capital, los pagos de deuda y especialmente la fuga de capitales produjeron una estrepitosa caída de reservas (U$S12.600 millones en 2013), obligando al Gobierno a restringir el atesoramiento legal en moneda extranjera y a un régimen de control de importaciones con poca planificación productiva.

A esta situación hay que sumar, los pools de siembra, caracterizados por el papel determinante del capital financiero y la organización de un sistema empresarial que asume el control de la producción agropecuaria, mediante el arrendamiento de grandes extensiones de campo con el fin de generar economías de escala y altos rendimientos, desempeñando un papel dominante en la producción de  soja en el país, que especulan y retienen una parte considerable de la producción en silos bolsa sin ser  liquidados.

El Kirchnerismo esta abordando la inflación recortando la demanda. Al no poder conseguir que la burguesía invierta en el proceso productivo para satisfacer la demanda del mercado interno, el gobierno busca enfriar el mercado y por ende el poder de compra.

Lo hace subiendo las tasas de interés, tomando plata de los bancos mayoristas y por ende aumenta el interés de la plata prestable, lo que limita el consumo y el acceso al crédito y a su vez a través de las Letras y Notas absorbe una gran masa de pesos del mercado; de esta manera el consumo se desacelera habiendo menos circulante, buscando bajar la inflación.

Esta política implementada por el gobierno a través del Banco Central, es aprovechada por los bancos mayoristas que subieron las tasas hasta un 49% con un coste final financiero que llega al 59%.

También tenemos la conducta de los grandes comerciantes que monopolizan los alimentos y no cejan de remarcar las mercaderías y juegan inclusive con el desabastecimiento.

Tanto desde el campo como del sistema financiero, industrial y empresarial han declarado una guerra principalmente contra la clase obrera y los sectores populares.

¿Cómo avanzar?

Existe un amplio arco político que se ha definido hace tiempo y se ha posicionado en la vereda de enfrente de la clase obrera y los trabajadores y, hoy, ante la crisis se han expresado con mayor virulencia y ofensiva.

Desde la Corriente Socialista El Militante, sabemos que el ataque pergeñado por los capitalistas apunta al bolsillo y a las conquistas en los derechos civiles logradas durante estos años; e instalar nuevamente, los niveles de desocupación y de ataques a las conquistas de los trabajadores como en los años ’90. Restituir el ejército de desocupados y de esta manera, que penda como espada de Damocles sobre los trabajadores, para aceptar condiciones laborales paupérrimas.

Desocupación, reducción del gasto público, que en la mirada de los capitalistas significa arrasar la AUH, con PROGRESAR que propicia que sectores de la juventud puedan ingresar al estudio, arrasar sin más con el trabajo. Tenemos plena conciencia que para las clases dominantes el gobierno de la Presidenta CFK resulta un obstáculo por batir y derrotar.

Acordamos con la Presidenta CFK cuando el 25 de mayo de 2013 y el 4 de febrero del corriente año en Casa Rosada, llamó a los sectores populares y a las organizaciones políticas a defender las conquistas porque les pertenecen al pueblo.

Lamentablemente escuchamos, en boca de muchos activistas del arco kirchnerista, que existe una derrota cultural. Creemos que muy lejos se encuentra esta caracterización de la realidad.

Existen condiciones para que las masas se movilicen y por los tanto debemos ponernos a trabajar en este camino.

La CTA liderada por Hugo Yasky ha sido clara en decir que se debe dar una respuesta política contundente contra aquellos sectores que quieren arrasar lo ganado en años de lucha, se trata de movilizar al pueblo trabajador. Es por esto que hay que pasar de lo dicho a la acción.

Una oportunidad es la convocatoria a movilizar en todas las plazas del país el 21 de febrero para pararles la mano a los capitalistas. Pero no debemos quedarnos solamente en esta movilización. Se trata de abrir un debate honesto entre quienes defendemos los años de lucha y conquistas de la clase obrera  y de los trabajadores, entre quienes defendemos las políticas que favorecieron desde el gobierno nacional a los sectores postergados y populares. Un debate que tenga pasos concretos en organización y acción común.

Solo los trabajadores podremos terminar lo que dejaron de manera inconclusa las clases dominantes y que estas tareas truequen con una nueva legalidad, que de bienestar y trabajo a las mayorías del país.

La tarea más apremiante es, por lo tanto, fortalecer y desarrollar una corriente socialista revolucionaria que defienda de manera consecuente una alternativa superadora del capitalismo, y que empalme en determinado momento con ese ala izquierda futura del movimiento kirchnerista, para construir una alternativa socialista de masas que barra con todas las lacras de este sistema.

¡¡Escala Móvil de Salarios!! ¡¡Apertura de Paritarias!!

¡¡Reestatización sin compensación de todas las empresas privatizadas (ferrocarriles, agua, luz, gas,  teléfonos, reestazización 100% de YPF y de todas las empresas de hidrocarburo, etc), bajo control obrero!!

¡¡Monopolio del Comercio Exterior!!

¡¡Expropiación de los Bancos sin compensación!! ¡¡ Por una Única Banca Estatal!!

¡¡Expropiación de los pools de siembra y del gran latifundio sin compensación!!

¡¡Expropiación de las grandes cadenas de comercialización y distribución de alimentos!!

¡¡ Expropiación de la Shell y demás monopolios que especulen con la corrida bancaria para empobrecer al pueblo argentino y desestabilizar al Gobierno!!

¡¡Desconocimiento de la Deuda externa!!

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