El «secreto» que hay detrás de la recuperación económica de Alemania
El desempleo ha disminuido desde el punto más álgido del 10,5% en 2005 al 7% actual. Hoy se encuentra en poco menos de tres millones de personas. Volkswagen va a tomar 3.000 trabajadores, BMW y Daimler 400 cada uno. Lufthansa ha anunciado planes para contratar una masa extra de 4.000 trabajadores para su personal este año. La misma imagen puede verse en la industria química, la electrónica y en otras industrias. Cuando el resto de Europa enfrenta despidos y lento crecimiento, ¿qué hace diferente a Alemania?
Foto: Bill BarberLas exportaciones alemanas han estado creciendo rápidamente. En el primer semestre de 2010 lo hicieron un 17% con respecto al primer semestre de 2009. El crecimiento de países como China y la India ha desempeñado un papel muy importante en esto, con el crecimiento de las exportaciones alemanas a estos dos países en tasas del 80% y el 40% respectivamente, en los últimos tres años. Las órdenes de compra en noviembre para bienes industriales alemanes fueron un 5,2% mayores en comparación con los meses anteriores, principalmente debido a la creciente demanda de bienes de capital alemanes por parte de las «economías emergentes»; es decir, de países como China, India, Brasil, etc.
Dentro de la Unión Europea, también las exportaciones alemanas de automóviles, máquinas herramienta, productos químicos, y productos electrónicos han estado dominando el mercado. Las economías más débiles como Italia, Grecia, España, han estado todas ellas perdiendo, viendo aumentar sus propios niveles de desempleo.
La ironía de todo esto es la siguiente: los bancos alemanes han prestado dinero a estos países en la última década, que ha sido utilizado para proporcionar crédito que terminaba comprando mercancías alemanas. Ahora que esta acumulación de créditos se ha convertido en la más profunda crisis financiera desde el año 1929, los capitalistas alemanes se quejan de que Alemania ha sido llamada a rescatar a estos mismos países debido a sus deudas públicas.
Tarde o temprano, esto va a provocar una crisis financiera en la misma Alemania. Pero por ahora, Alemania está exportando su salida a la crisis. Esto, por supuesto, significa también exportar desempleo e incrementar los problemas de las economías europeas más débiles.
¿Por qué es más competitiva Alemania?
Es la pregunta que debemos hacernos: ¿por qué Alemania es más competitiva? La respuesta se encuentra en el poder de su base industrial. En países como el Reino Unido se puso de moda en los últimos decenios alabar a la banca y al sector de los servicios de la economía. Londres fue un centro financiero clave, donde gran parte del dinero que se hacía en otros lugares se depositaba en sus bancos y se invertía en todo tipo de planes financieros. Alemania, por el contrario, mantuvo un sector manufacturero mucho más fuerte.
El auge de los últimos 20 años hizo creer a los inversores que podían hacer dinero del dinero, sin pasar por la tarea dolorosa de invertir efectivamente en la producción para crear valor real, es decir, ¡mercancías! Esto nos lleva a un postulado básico de la teoría económica marxista, y es que sólo se puede crear valor cuando se emplea la fuerza de trabajo humana en la producción de bienes requeridos por los seres humanos. Cuando el precio de una casa se dispara debido a una burbuja especulativa, realmente no aumenta el valor real de la casa. Sigue siendo una casa, en la que solo puede vivir una familia. Tarde o temprano estas burbujas deben estallar y el precio nominal debe alinearse con el valor real subyacente. Esto se ha logrado ahora parcialmente, pero incluso los precios de las viviendas bajarán aún más en los próximos años.
Volviendo a Alemania, vemos una economía donde la producción manufacturera es una parte mucho mayor del PIB global. La tabla siguiente muestra la producción manufacturera como porcentaje del PIB en China, Francia, Alemania, Japón, el Reino Unido y los Estados Unidos. China sobrepasa claramente a todas las otras grandes potencias, y aquí reside el secreto de su éxito. Alemania es la segunda. En los últimos 20 años la producción manufacturera en Alemania como porcentaje del PIB ha estado oscilando alrededor del 25%. En Gran Bretaña ha bajado del 22% al 13%, aproximadamente.
Producción manufacturera como porcentaje del PIB a nivel mundial y en países comparados
Fuente: UNCTAD Handbook of Statistics
Si nos fijamos en la productividad – medida como valor añadido bruto por hora – en la producción de bienes comerciales entre los años 1997 y 2007 en Alemania, Francia, Italia, España, Gran Bretaña y Japón, vemos que sólo en Alemania hay un crecimiento neto. [Fuente: UE, Klems]. De acuerdo con un artículo Why Germany’s Top Manufacturers Succeed (¿Por qué triunfaron las grades industrias de Alemania?, en inglés) publicado por Germany Trade &Invest, la agencia del comercio exterior y la inversión interna de la República Federal de Alemania:
“…Los ganadores de la competición son los alemanes… que han eludido la tendencia esperada. Han desafiado a los expertos que creían que los servicios, en lugar de la manufactura, era el camino del futuro para Alemania. Por otra parte, ha contradicho la suposición generalizada de que la subcontratación de la producción en el extranjero es una estrategia de ahorro ideal. En ningún otro país industrializado es la manufactura más indispensable que en Alemania. En 2008, el 23 por ciento del valor bruto añadido en Alemania vino de la industria manufacturera; frente al 13,3% en Estados Unidos y significativamente menos en Gran Bretaña y Francia. «
Más allá de la jactancia de una agencia del gobierno alemán (como convenientemente hace caso omiso de China), esto da una buena imagen de la situación. La manufactura alemana es más fuerte que la de sus competidores, y el aspecto clave es el crecimiento de la productividad. Pero ¿cómo se logró esto?, y lo que es más importante ¿qué ha significado para los trabajadores alemanes?
El hecho es que los salarios de los trabajadores alemanes, que producen todos estos productos industriales competitivos: automóviles, productos químicos y electrónica, han estado por debajo del valor real de sus salarios durante una década. Y esto es gracias en parte a la función de los sindicatos que han aceptado sin reservas el «mitbestimmung», la cogestión o la llamada participación de los trabajadores. Se trata de un sistema que permite a los trabajadores decir algo sobre el funcionamiento de las fábricas. En realidad, es una manera de conseguir que los trabajadores acepten lo que quieren los patrones para hacerles sentir que son parte de la toma de decisiones.
Ofensiva de los patrones contra los trabajadores
¿Cómo se ha aplicado esto durante la reciente recesión? En los últimos tres años, por ejemplo, los salarios de los 750.000 trabajadores del sector automóvil alemán han estado congelados. Los patrones y los sindicatos – que tienen un representante en los Consejos de Administración de las empresas – acordaron reducir salarios y recortar horas de trabajo. En 2009, cuando la recesión golpeó en casa, más de un millón de trabajadores pasaron a trabajar a “tiempo parcial”, lo que es conocido en alemán como Kurzarbeit, dos o tres días a la semana con el 70% de sus salarios. En Opel se han congelado los salarios para el conjunto de 2011 y la paga de vacaciones de Navidad y de verano se ha reducido a la mitad.
En el período 1977-1997 la productividad en Alemania creció un promedio de 3,2% al año, mientras que los salarios por hora crecieron a un ritmo de 4,25% al año. En realidad, queda oculto detrás de su imagen de potencia industrial el hecho de que durante un período de alrededor de 20 años, como se explica en el Financial Times, el «crecimiento de la producción por persona [fue] siete puntos porcentuales inferiores a la del Reino Unido desde la reunificación en 1990 hasta la crisis financiera.»
Todo esto era claramente inaceptable para los patrones que decidieron lanzar una ofensiva contra los trabajadores alemanes exigiéndoles «sacrificios» que los dirigentes sindicales aceptaron. En los últimos diez años las demandas salariales han sido mucho más moderadas. Esto explica por qué en los últimos cinco años ha habido un aumento muy grande en la productividad del trabajo en términos de costo, en la relación a la producción.
Si nos fijamos en los salarios reales por trabajador, el costo del trabajo por unidad de producción y la productividad horaria, obtenemos una imagen clara de lo que ha ocurrido. Entre 1997 y 2010 los salarios reales bajaron el 10% y la productividad horaria aumentó alrededor del 8%, lo que resultó en una reducción general del 25% en el costo unitario del trabajo. [Fuente: Comisión de la Unión Europea]. De acuerdo con el Informe Global de salarios publicado recientemente por la Organización Internacional del Trabajo, los salarios de los trabajadores de Alemania durante la última década se han reducido más que en cualquier otro país industrializado.
Además de esto, ha habido cada vez una mayor «flexibilidad del trabajo». El número de trabajadores con contratos permanentes ha caído en los últimos tiempos. En el año 2011 por primera vez en su historia habrá más de un millón de trabajadores temporales en Alemania. Esto significa que los capitalistas alemanes pueden tomar trabajadores cuando la economía está creciendo y despedirlos sin costo en épocas de recesión. Y los salarios obtenidos por estos trabajadores – conocidos como los «trabajos de 400 euros» son muy inferiores a los de los trabajadores con contratos permanentes.
Traducido a lenguaje sencillo, todo esto significa que los patrones se las han arreglado para reducir los salarios reales, mientras que al mismo tiempo obtienen una producción horaria mayor por cada trabajador. Este es el «secreto» de la mayor productividad de la industria alemana. Por lo tanto, pueden competir por encima de sus rivales, pero a costa de mantener sujetos los salarios reales de los trabajadores alemanes. Esto significa que su propio mercado interno, aunque grande, no es lo suficientemente extenso como para absorber la inmensa capacidad productiva de la industria alemana; de ahí la necesidad que tiene Alemania de exportar más.
En los últimos tiempos, este proceso fue facilitado por la recesión de 2009. De hecho en ese año la combatividad sindical estuvo en un punto muy bajo, los trabajadores mantenían sus cabezas agachadas a la espera de que pasara la tormenta. Un indicador del estado de ánimo que existía en 2009 fue el hecho de que ese año vio el menor número de días laborables perdidos por enfermedad desde que el Ministerio de Salud comenzó a reunir datos sobre los días de baja por enfermedad en 1970. Joachim Moeller, del Instituto de Nuremberg para la Investigación del Empleo, explicó: «en tiempos de crisis económica, el número de días de baja por enfermedad tiende a bajar,» añadió que los trabajadores en épocas de recesión a menudo tienen miedo de perder sus puestos de trabajo y están dispuestos a trabajar, incluso, cuando están enfermos.
El estado de ánimo comienza a cambiar
Ahora, sin embargo, las cosas están empezando a cambiar. Para los marxistas no existe una correlación directa entre el ciclo económico y la lucha de clases; en pocas palabras: las recesiones no desatan automáticamente la lucha de clases, y el crecimiento económico no calma automáticamente los conflictos de clase. Los trabajadores alemanes han hecho muchos «sacrificios» en los últimos tiempos. Y esto lo hicieron porque los patrones y los dirigentes sindicales les vendieron la historia de que tales sacrificios eran para el bien de todos y que era la única manera de hacer que la economía volviera a moverse.
Pues bien, la economía se está moviendo, la producción sube y las exportaciones están en plena expansión. El año pasado el crecimiento alemán alcanzó su punto más alto desde 1991 y la «confianza» de los hombres de negocio alemanes es alta. ¿Por lo tanto cuándo van a ser recompensados los trabajadores por sus sacrificios, por no hablar de los millones de pobres alemanes? La situación de los pobres es, de hecho, desesperada. Siete millones de alemanes, entre ellos tres millones de desempleados, viven con algún tipo de subsidio. A finales de 2010 Merkel dio a estos pobres un aumento miserable de 5 euros, con lo que su ingreso mensual pasó de 359 euros a 364, «un insulto» como lo describió el exdirigente del partido de izquierda Die Linke, Oskar Lafontaine. Este «Ejército de reserva del trabajo» ha sido utilizado para rebajar los salarios en general, y para amenazar a los trabajadores con que a menos que aceptaran los recortes salariales y peores condiciones laborales podrían fácilmente unirse a este ejército de desempleados.
Sin embargo, este bonito estado de cosas para los patrones, no va a durar siempre. Hay un límite para el aguante de los trabajadores. Y ahora los trabajadores alemanes están a punto de presentar la factura. Un estado de ánimo combativo está comenzando a desarrollarse ahora, y esto se refleja dentro de los sindicatos que están a punto de entrar en un período de negociaciones salariales. En los próximos meses vencen los acuerdos de negociación colectiva en la industria química, en Volkswagen, en el comercio, y para los trabajadores del hotel y de seguros. En diciembre ya expiró el acuerdo de negociación colectiva para los empleados de los gobiernos regionales. El número total de los trabajadores cuyos contratos de trabajo están a punto de renovarse es de 7,5 millones.
El sindicato que organiza a los trabajadores de los gobiernos regionales ya ha propuesto una demanda de incremento salarial del 5%, cuando las cifras de inflación oficial se sitúan alrededor del 2%. Los sindicatos están tratando de recuperar una parte de lo que se perdió en los últimos tiempos.
Un economista alemán, Gustav Horn, considerado «cercano a los sindicatos» espera que los salarios crezcan en promedio un 1,8% en el año 2011, todavía por debajo de la tasa de inflación, pero en las industrias donde los contratos de trabajo se renovarán este año considera que los salarios subirán entre un 3% y un 4%.
Puede verse el estado de ánimo combativo de los trabajadores de la industria siderúrgica donde el sindicato IG Metall consiguió en octubre una concesión importante: los trabajadores temporales deben recibir los mismos salarios que los trabajadores permanentes, mientras que la central sindical alemana DGB ha venido exigiendo un salario mínimo durante algún tiempo. En Volkswagen, donde el convenio colectivo de trabajo expira a finales de este mes, los sindicatos han planteado una demanda de aumento salarial del 6 por ciento, mientras que el sindicato Ver.Di ha pedido un aumento del 6,5 por ciento para los empleados de las telecomunicaciones. Recientemente, el sindicato IG BCE exigió un aumento de al menos 6% para los 550.000 trabajadores de la industria química de Alemania.
El boom en Alemania está trayendo consigo el crecimiento de las exportaciones y el aumento de las ganancias. El empleo está creciendo con la toma de más trabajadores por las empresas para satisfacer la demanda creciente. En estas condiciones, está aumentando la confianza de los trabajadores alemanes. Esos mismos trabajadores, que fueron obligados a mantener la cabeza hacia abajo en los tiempos de recesión y desempleo creciente, ahora sienten que ha llegado su hora. Presentarán su factura a los capitalistas y les exigirán su parte. Esta es una receta para la lucha de clases en Alemania. Y podemos predecir con confianza que la clase obrera alemana en el próximo período pasará al ataque junto a los trabajadores de toda Europa y de más allá.
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