Elecciones 28M: Cerrar el paso a la derecha – Construir una alternativa anticapitalista

Editorial LdC nº95 – El 28 de mayo habrá elecciones municipales y regionales, salvo en las llamadas comunidades históricas (Euskadi, Catalunya, Galiza, Andalucía) que convocan en fechas propias. Estas elecciones se presentan como una prueba adelantada de las elecciones generales de fines de año. El foco está centrado en las principales ciudades (Madrid, Barcelona, Valencia, Sevilla y Zaragoza, entre otras) y en las comunidades de Madrid, Valencia y Aragón.

Cerrar el paso a la derecha

En general, estas elecciones no están despertando un gran entusiasmo. Además, tampoco son vistas tan decisivas como unas elecciones generales, y por eso suele haber una menor participación. También están influidas por problemáticas locales y regionales, y el carisma personal de los candidatos (o la falta de él) también juega un papel mayor. De ahí que sería un error tratar de derivar mecánicamente del resultado del 28M la perspectiva más probable para las elecciones generales de diciembre. Aun así, las elecciones regionales y municipales no están desconectadas de la política general y pueden reflejar ciertas tendencias del ambiente social.

Nosotros no despreciamos su importancia. Una victoria de la derecha en las principales regiones y capitales de provincia daría un ímpetu moral a las fuerzas reaccionarias, profundizando las políticas antisociales allí donde ya gobiernan, y crearía un ambiente más favorable a la derecha para las elecciones legislativas de final del año. Una victoria clara de la derecha también ejercería un efecto depresor temporal en las capas activas de la clase obrera y la juventud que sería aprovechado por los empresarios para resistir más eficazmente las demandas de nuestra clase. Por lo tanto, nuestra primera exigencia es cerrar el paso a la derecha en estas elecciones, consigna que conecta con el sentimiento y las aspiraciones de todos los trabajadores con conciencia de clase.

Se necesita una alternativa anticapitalista

Ahora bien, la única garantía de la derrota de la derecha será la movilización activa del voto obrero. Y eso no está asegurado. Según la propaganda del gobierno, no debería haber ningún problema. A todos los ministros, del PSOE y de Unidas Podemos, les entusiasma agitar los datos de empleo, afiliación a la seguridad social, etc. o las estupendas reforma laboral y acuerdos en las pensiones y los salarios con sindicatos y patronal.

La realidad es que las medidas progresistas del gobierno se han quedado muy cortas, cuando no se ha traicionado una parte relevante del programa de gobierno firmado 4 años atrás, como la derogación de la reforma laboral del PP a la que se hicieron cambios menores o de la ley mordaza del PP, que ha permanecido incólume. El acceso imposible a la vivienda, la pérdida de poder adquisitivo, o la precariedad del empleo que subsiste, golpean a millones de jóvenes y trabajadores que, o bien, se encuentran desmotivados para ir a votar o pueden caer bajo el influjo de los cantos de sirena demagógicos de la derecha. Aquellos partidos que se han identificado con este gobierno, no sólo PSOE y UP, sino también el llamado bloque de la investidura ERC, EH Bildu, Más País o Compromís, también podrian verse afectados por esta dinámica.

Pongamos, por ejemplo, la cuestión de la vivienda. Las promesas recientes sobre este tema han llegado de manera atropellada e improvisada. Las 163.000 viviendas baratas prometidas por Sánchez son una gota de agua en un mar de necesidades (la demanda real es de 2 millones), la inmensa mayoría no está construida y se necesitarían entre 4 y 5 años para ser ofertadas. La reciente ley de vivienda sólo limita las subidas del alquiler al 2%-3%, pero no soluciona el problema de aquí y ahora por los altos precios que hay que pagar. La única forma de avanzar en una verdadera alternativa al problema de la vivienda sería con la expropiación de los grandes tenedores y rentistas, con más de 5 propiedades en alquiler, comenzando por las de los fondos buitre y bancos, y sin indemnización salvo a pequeños inversores con necesidad comprobada.

Por no hablar de las comunidades y ayuntamientos regidos por el PSOE, ayuntamientos regidos por alcaldes a su izquierda, como Barcelona y Cádiz, se han limitado a una gestión institucional, abandonando cualquier idea de movilizar y basarse en la participación de los barrios obreros.

Está claro que los problemas apremiantes de las familias obreras no pueden resolverse al margen de la transformación total del capitalismo, porque todos ellos están trabados por los intereses de los grandes capitalistas. Solucionar definitivamente el problema de la vivienda, tener empleos y salarios dignos, infraestructuras plenamente desarrolladas en transporte y movilidad, disponer de sanidad y educación públicas de alta calidad, chocan con la propiedad del gran capital (comenzando por los fondos buitre y grandes acaparadores de viviendas), con su evasión fiscal legal e ilegal, con el monopolio del crédito en manos de una banca española híper monopolizada, con el pago de una deuda pública desorbitada que deriva decenas de miles de millones de euros cada año a los bolsillos de los grandes financieros y que limita la capacidad de gasto de las administraciones públicas, y con mantener el obsoleto, reaccionario y parásito aparato represivo del Estado.

Votar no basta

Aunque ninguna de las candidaturas ubicadas a la izquierda del PSOE defienden, ni de lejos, un programa anticapitalista, no somos indiferentes al sentimiento de las capas más avanzadas de los trabajadores y jóvenes que utilizarán su voto para tratar de derrotar a la derecha e impulsar las candidaturas que aparecen ubicadas más a la izquierda con posibilidades de obtener representación. Tanto en Madrid como en Valencia eso implica agrupar el voto alrededor de Podemos-IU frente a una izquierda más descafeinada aún, como Más Madrid y Compromís, que se ha posicionado además con el imperialismo occidental en la guerra de Ucrania y el envío de armas.

Más allá del voto, que simplemente refleja un estado de ánimo coyuntural, y las limitaciones de la política institucional, apelamos a la movilización popular para enfrentarnos a las políticas antisociales y avanzar en nuestras reivindicaciones. También apelamos a la organización de las capas más avanzadas de los trabajadores y jóvenes en un alternativa revolucionaria y comunista para luchar contra la barbarie e injusticia del capitalismo. La Corriente Marxista Internacional está comprometida con esta tarea.

Imagen de portada: https://www.diariodesevilla.es/espana/Centenares-protestan-Madrid-sanitaria-Ayuso_0_1738326890.html

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