¿Es responsable la subida salarial del aumento de los precios?
Con frecuencia, cuando una lucha sindical se intensifica o cuando el gobierno propone subidas en el salario mínimo, todo un espectro de economistas y «expertos» salen a la palestra señalando las tan nefastas consecuencias y cataclismos bíblicos que pueden desatarse si los salarios de los trabajadores aumentan. Concretamente, señalan los efectos en el alza generalizada de los precios que podrían ocasionar la subida de los salarios, pero ¿esto es realmente así?
La base del argumento es sencilla. Al subir los salarios, los costes de producción se incrementarían obligando a los capitalistas a subir los precios de las mercancías para mantener beneficios y esto provocaría un alza generalizada de los precios. Entonces, el aumento del poder adquisitivo de los trabajadores tras la subida de los salarios se vería compensado e incluso, perjudicado por el aumento del coste de vida provocado por la inflación. Se concluye, pues, que una subida de los salarios puede ser incluso perjudicial para los trabajadores. Este argumentario ha cobrado fuerza tras la declaración del Gobierno de volver a subir el SMI en 2022.
En diciembre de 2021 la inflación se disparaba hasta el 6,7% en tasa anual, el nivel más alto visto en tres décadas. Durante todo el año, la inflación media se ha situado en el 3,1%. Sin embargo, los salarios pactados por convenio en el mismo año tan sólo han aumentado un 1,5%. Esto ha supuesto una disminución del poder adquisitivo para millones de familias trabajadoras. Por tanto, muchos de los conflictos laborales producidos en el último año reivindicaban una equiparación salarial igual al aumento del IPC para contrarrestar la pérdida de poder adquisitivo. Es el caso de la huelga del metal en la bahía de Cádiz, donde miles de trabajadores y vecinos salieron a las calles enfrentándose a la represión policial exigiendo, entre otras cosas, un aumento salarial, que finalmente culminó con un acuerdo de subida salarial del 2% por parte de CCOO y UGT, que se alejaba de las pretensiones iniciales y que, además, ratificaba la pérdida de poder adquisitivo por parte de los trabajadores del metal.
Por lo tanto, vemos como la lucha obrera por subir los salarios suele darse como una reacción ante la subida del coste de vida lo que contradice el argumento de que las subidas salariales son causantes de procesos inflacionarios. La inflación que está azotando el mundo y que pone tan nerviosos a los economistas burgueses tiene otras causas. La pandemia ha dado lugar a restricciones en el comercio y en la producción lo que facilita el alza de los precios. Por otra parte, los capitalistas no han desperdiciado la ocasión de especular con el precio de las mercancías y jugar todo tipo de artimañas para inflar los precios y así obtener más beneficios. El caso de la subida del precio de la energía es un claro ejemplo de la situación en la que se encuentra el sistema capitalista.
En su libro Salario, Precio y Ganancia, Karl Marx refutaba las tesis del socialista John Weston que sostenía que el aumento de los salarios no podía mejorar la situación de los trabajadores. Marx demuestra que, el aumento de los salarios proviene de una reducción de la cuota de ganancia de los capitalistas y no, del aumento del precio de las mercancías. Tras algunas oscilaciones de los precios del mercado producidos por los cambios en las cuotas de ganancia de las diferentes ramas productivas provocadas por el cambio en las pautas de consumo tras la subida salarial generalizada, «los valores de cambio de las mercancías volverían a su nivel primitivo y la subida general de los salarios solo conducirá a una bajada general de la cuota de ganancia». Se demuestra así que la lucha por salarios más elevados es una lucha legítima por recuperar parte del trabajo no remunerado por los capitalistas, que es de donde proviene el beneficio capitalista, y que salarios más altos mejoran las condiciones de vida de los trabajadores a costa del beneficio capitalista. Frente a las mentiras de los voceros del capital, la teoría marxista se revela como nuestra mejor herramienta para luchar por el socialismo y un mundo mejor.
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