La actuación criminal de los empresarios durante la DANA
Una furgoneta verde con el logotipo de Mercadona difuminado en medio del agua, cuyos ocupantes, trabajadores realizando labores de reparto, estaban siendo rescatados en helicóptero; dejaba claro desde el principio de las inundaciones por la Dana en Valencia que, como siempre, sería la clase trabajadora quien pagara con sus vidas la avaricia desmedida y criminal de los capitalistas.
La producción no para ni en las condiciones más extremas. Lo vimos en la pandemia, con millones de trabajadores arriesgándose al contagio cada día, y por supuesto lo hemos visto en Valencia con la Dana.
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La actividad económica es la prioridad.
En el Centro Comercial Bonaire en Aldaia prácticamente todas las tiendas se mantuvieron abiertas. Empresas como Bershka, Massimo Dutti, Pull&Bear, Lefties, Zara, La Tagliatella, entre muchas otras, no cerraron sus puertas hasta que el agua no les llegaba a los tobillos.
Trabajo en Bonaire, mi turno acabó a las 16h pero desde las 15h que empezaron las lluvias fuertes se empezó a desmoronar medio edificio y empezaban a fallar las luces, lo unico que nos dijeron es que si se iba la luz que nos pusieramos en las puertas para que no se llevaran nada
— caarlitaa (@caarliu_00) November 3, 2024
En lugar de priorizar la seguridad de los trabajadores, los responsables optaron por mantener las tiendas abiertas mientras fuera posible. “Desde las 15h que empezaron las lluvias fuertes, se empezó a desmoronar medio edificio y empezaban a fallar las luces, lo único que nos dijeron es que si se iba la luz que nos pusieramos en las puertas para que no se llevaran nada”, lo importante para algunos encargados era evitar robos y mantener la mercancía a salvo. Esta actuación irresponsable y negligente fue lo que obligó a trabajadores y clientes a refugiarse en las plantas superiores durante toda la noche.
#DANA #Bonaire pic.twitter.com/DuK80sDQIY
— Jacqueline 💜 (@jakely63) October 29, 2024
«¿Que ha pasado con el dinero de la recaudación? Le preguntaba el jefe a las trabajadoras de un restaurante de Bonaire, tan solo unas horas después de salvar su vida a duras penas, atravesando a pie la riada con el agua por la cintura, con la angustia de lo que pudieran estar viviendo sus familiares y amigos y con el terror de haber visto el agua arrastrar coches, camiones y personas. ¿Pero qué importa todo eso?
También en torno a un millar de trabajadores quedaron atrapados en el Polígono Industrial El Oliveral de Riba-roja, donde las complicaciones por el temporal empezaron a las 15:00h y a las 18:00h el Ayuntamiento y la Entidad de Gestión y Modernización Parque Logístico Valencia (EMGPLV), empresa responsable del área industrial, recomendó a las empresas que retrasasen la salida de sus trabajadores por el colapso en la carretera. Tal y como contó el alcalde de Ribarroja muchos tuvieron que «subir hasta el tejado para no ahogarse». De las mil personas atrapadas, unas cien tuvieron que ser derivadas a centros de salud y 20 a hospitales, por fracturas y traumatismos.
Hola! Se sabe algo acerca de la gente que había en este consum de la avinguda La Rambleta de Catarroja? Un amigo estaba atrapado ahí alrededor de las 20:00 con otras 11 personas y no sabemos nada de él desde entonces. Si alguien sabe algo que lo comente, gracias! https://t.co/rBY8sZZCIz
— Marc (@marcsotocod) October 29, 2024
Twitter se llenó desde la tarde de testimonios entre los que destacan mensajes de trabajadores atrapados, como es el caso del Consum de La Rambleta en Catarroja donde trabajadores y clientes salvaron la vida gracias a que los pudieron sacar a tiempo. No corrieron esa suerte sus cinco compañeros del Consum en Paiporta, quienes quedaron atrapados dentro del establecimiento y fueron encontrados muertos.
que coño es esto tu pic.twitter.com/5tp0iFE4Tk
— Javi (@javii_vcf) October 29, 2024
En esta red social también se hizo viral la situación de los trabajadores de Ikea, cuyos trabajadores y algunos clientes tuvieron que pasar la noche allí. Igualmente, en la planta de Ford en Almussafes se quedaron atrapados más de 400 trabajadores.
🚨 #DANA | Diversos clients atrapats en l’Ikea d’Alfafar, que ha quedat completament negat per les pluges.
Davant la situació d’emergència les autoritats recomanen no fer cap desplaçament en vehicle que no siga necessari i informar-se només per canals oficials i per À Punt.… pic.twitter.com/ZzfsH7AAZu
— À Punt NTC (@apuntnoticies) October 29, 2024
En el sector del transporte muchos camioneros y transportistas se quedaron atrapados en la carretera y no fueron rescatados hasta el día 30 de noviembre, corriendo el riesgo de perder la vida como así le ocurrió a José Hernaiz, un camionero que se encontraba desaparecido en l’Alcúdia y que finalmente fue encontrado sin vida o de Bassem Zetión quien con su camión de DHL se topó de forma repentina con el agua en la carretera y que en estos momentos sigue desaparecido.
El conductor de este camión sigue desaparecido, según comentaba su propia hija en televisión hace unos minutos.
Espero que los responsables de DHL que mandaron a este trabajador hacia la muerte tengan su merecido. pic.twitter.com/cvj3hXbN86
— Víctor (@Vict0r__CCCP) November 1, 2024
No son muertes, son asesinatos.
Las voces del capital, siempre dispuestas a eludir responsabilidades, pueden argumentar “a los empresarios tampoco les llegó la alarma”, “no son responsables”, “no sabían”, etc. Pero la realidad es que la alarma se envió a los valencianos 12 horas después del aviso de la AEMET, a las 20:00H, justo a tiempo desde el punto de vista de los intereses empresariales, después de la finalización del grueso de la actividad económica y demasiado tarde para más de 200 personas que se encontraban en su trabajo, volviendo del mismo o haciendo los últimos recados de la tarde.
La falta de un aviso por parte de la Generalitat con el tiempo suficiente y la no suspensión de la actividad económica desde que se conocía el riesgo extremo por parte de la AEMET nos muestra cómo en el sistema capitalista la actividad económica es lo último en parar, aunque ello suponga poner en riesgo la vida de los trabajadores.
Es responsabilidad de los empresarios conocer las condiciones en las que se desarrolla su actividad e igualmente es su responsabilidad garantizar la seguridad de los trabajadores. Había información suficiente por parte de la AEMET como para poder decidir no abrir o haber dejado salir antes a los trabajadores, viendo como se estaban desarrollando los acontecimientos. Pero como siempre, se priorizaron las ganancias a la seguridad de los trabajadores.
Hay que decirlo alto y claro, tanto la decisión política de no alertar a la población y no suspender la actividad económica, como la decisión particular de cada empresario que mantuvo a los trabajadores en su puesto de trabajo hasta el último momento fue una actuación criminal, que se ha cobrado hasta el momento más de 200 vidas.
Presiones para volver al trabajo
El mismo jefe que se preocupaba por la recaudación del martes más que por la integridad de los trabajadores, pedía volver al centro comercial bonaire para realizar tareas de limpieza cuando, como bien les recriminaba la plantilla, la prioridad debe ser la reconstrucción de los municipios.
También le ha ocurrido a Fabián, electricista que, a pesar de haber perdido su coche, de no poder recurrir al transporte público y de tener que caminar dos horas y media a pie para llegar a su trabajo, su jefe le recriminó que debía presentarse en el puesto a las 7 de la mañana. Aunque el local de este mismo empresario también había sido inundado, en su conciencia los trabajadores debían ocuparse de limpiar el local de la empresa, no de atender sus propias viviendas o las de sus familiares. La prioridad, para él, era que los empleados se pusieran a su servicio, incluso en un momento de devastación personal y colectiva.
Los empresarios en Valencia ya están obligando a sus empleados a acudir a sus puestos de trabajo aunque lo hayan perdido todo. Solo miran por sus beneficios. pic.twitter.com/fgTskIuMrL
— Fonsi Loaiza (@FonsiLoaiza) November 4, 2024
No son casos aislados, apenas unas horas o pocos días después de la tragedia, con los hogares destrozados, las calles intransitables cubiertas de barro, coches destrozados y enseres arruinados, y sin que los suministros básicos estén garantizados, muchos trabajadores comienzan a recibir la llamada de sus jefes para reincorporarse a sus puestos de trabajo.
Priorizar la vida, acabar con el capitalismo.
Como hemos denunciado a lo largo de este artículo, la lógica capitalista impone que la actividad económica nunca se detenga, incluso cuando está en juego la vida de los trabajadores o cuando estos mismos lo han perdido todo en un desastre de tal magnitud. La prioridad es siempre la maximización de beneficios, independientemente de las tragedias humanas que puedan producirse en el camino.
De nada sirven ahora los crespones negros ni las condolencias. Los responsables políticos y los empresarios negligentes no pueden quedar impunes, quienes han puesto en riesgo la vida y la seguridad de los trabajadores deben ser juzgados y deben rendir cuentas por sus actos.
Indudablemente quienes los empresarios criminales que no han preservado la seguridad en sus empresas no pueden seguir enriqueciéndose, deben ser expropiados todos aquellos que hayan puesto en riesgo a sus trabajadores.
Pero mientras el sistema capitalista se mantenga en pie, la sangre de los obreros seguirá derramándose de una u otra manera, aquí o en cualquier parte del mundo. Es por ello que como clase debemos organizarnos para destruir este sistema atroz, irracional e inhumano, donde la vida humana no vale más que un puñado de euros.
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