Sevilla: la clase trabajadora del distrito Cerro-Amate vuelve a la calle.
El pasado sábado 16 de Marzo unos 500 vecinos, salieron a la calle convocados por la Plataforma Cerro-Amate 41006 en defensa de su dignidad y reclamando unas perspectivas de futuro mejor. El eje de estas manifestaciones fue puramente social, el desempleo fue un eje fundamental acompañado de la deficiencia de servicios públicos general que hay en la zona a raíz de la progresiva privatización de los servicios. El número de asistentes fue todo un éxito: hacía 20 años que el barrio no se manifestaba.
Historia del barrio de Su Eminencia
El barrio conocido popularmente como Su Eminencia (ahora oficialmente barrio de la plata), al igual que los barrios de alrededor es un bastión histórico de la clase trabajadora sevillana. Poblado a partir de los 60 por jornaleros en paro que venían sin nada a buscarse la vida a Sevilla al calor de las oportunidades que ofrecían los planes franquistas de desarrollo industrial.
En un barrio donde la clase trabajadora vive afinada en pequeños habitáculos, recuerdo que mis abuelos (que fueron inmigrante de Cañete la Real a Sevilla) nos contaban que lo normal era que en las casas de tres plantas cada planta se encontrase habitada por una familia distinta, ubicándose las más pobres viviendo en castilletes de azoteas donde podían vivir 5 o 6 personas.
Esta clase obrera que venía sin nada del campo, entendió que para mejorar sus condiciones de vida y así pues sus entornos (sus barrios) esto solo podía venir mediante la organización y la movilización. Muchos logros se fueron arrancando poco a poco desde alcantarillas a colegios públicos.
Hay que decir que estos jóvenes del campo entendieron que la unidad con otros barrios era fundamental para conseguir propósitos. Históricos fueron la consecución de los colegios de Padre pío, Su Eminencia, Palmete y Torreblanca.
Estos jóvenes jornaleros de los 80, se vieron también influenciados por la concepción de lucha que tenían los viejos socialistas y comunistas que habían vivido la guerra civil y que les inculcaban la necesidad de organizarse para conseguir mejorar su vida, así como la hostilidad que los trabajadores siempre deben tener contra las instituciones que deben ser contrarrestada por autoorganización.
En la manifestación del pasado 16M nos comentaba un veterano vecino de Padre Pío que él había venido sin nada del campo en los 70, mucha hambre y una familia que alimentar. Tuvo la suerte de conocer al dirigente socialista histórico Andrés Piñero Ruiz, de Palmete. Así, como líder vecinal, este en todo momento alentaba a la movilización de los vecinos contra el gobierno cuando este gobernaba contra los intereses de trabajadores. Decía, que para las instituciones si somos trabajadores no valen papeles, vale mostrarles nuestra fuerza en la calle porque por naturaleza son hostiles a nosotros. Se lamentaba el vecino de que la juventud ha perdido esta mentalidad tanto por los valores que se inculcan en la sociedad actual como por la no existencia de líderes o dirigentes que transmitan eso.
La manifestación, una victoria
Este número elevado de personas partiendo de la situación que anteriormente hemos descrito es sin duda una victoria no solo cuantitativa sino cualitativa pues se ha demostrado al tejido asociativo, sindicatos y organizaciones de izquierda que si se puede, que es cuestión de trabajar en el barrio, de explicar y de concienciar.
Toca seguir con la ofensiva para conseguir medidas contra la lacra del desempleo, las privatizaciones, etc. Sin duda, los vecinos están rebosantes de energías y piden más movilización, dispuesto a fortalecerse como organización independiente de las redes clientelares del estado.
¡Los Barrios Unidos Jamás serán vencidos!
¡Que viva la lucha de la clase obrera!
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