La Unión Europea se rearma para defender sus intereses imperialistas

Editorial del número 104 de Lucha de Clases – Estamos viendo una campaña belicista desvergonzada en Europa para justificar ante la opinión pública mayores incrementos del gasto militar. El primer ministro polaco y expresidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, llegó a declarar: “Estamos en una época de preguerra. No exagero”. El gasto militar en la Unión Europea ha pasado de los 242.000 millones de euros en 2022 a los 355.000 millones previstos en 2024, ¡casi un 50% de aumento en dos años! Pero les parece poco, y exigen más.

No caer en la trampa belicista

Nuevos incrementos del gasto militar empobrecerán a la sociedad, mientras se reduce todavía más el gasto social. En lugar de colocar la riqueza social a disposición del bienestar y del progreso, se disponen a incrementar los medios de destrucción que profundizarán la barbarie, la desolación y la muerte. Este es el futuro tenebroso que la burguesía europea puede ofrecernos hoy ¿Se necesitan más pruebas del carácter decrépito y reaccionario de los grandes empresarios y banqueros, y del sistema capitalista sobre el que se sustentan?

Los burócratas de Bruselas en la Unión Europea y la OTAN tratan de convencernos de que esto va en interés de todos, ricos y pobres. Así, el presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, ha declarado recientemente: «Debemos adaptar nuestro modelo económico e invertir mucho más en la industria de defensa para proteger nuestra estabilidad y seguridad”. Pero ¿Cuáles son esos supuestos intereses comunes de los capitalistas y los trabajadores, que hay que proteger? Desmontemos esta mentira.

Los burócratas de la Unión Europea y la OTAN tratan de convencernos de que esto va en interés de todos / Parlamento Europeo, Flickr

La clase obrera es la única clase social creadora de riqueza y bienestar, trabajando colaborativamente a cambio de un salario. Está interesada en vivir en condiciones dignas, con acceso garantizado a la salud, educación y cultura, y en asegurar un futuro a sus familias. Por su posición social, no oprime, abusa ni ejerce violencia sobre ninguna otra clase social para existir. En cambio, los empresarios y banqueros viven de explotar y oprimir a la clase obrera. Todos sus beneficios provienen de apropiarse de una parte del trabajo de los obreros, que no se les paga. Además, para vender sus mercancías por todas partes y apropiarse de fuentes de materias primas, los capitalistas de todos los países chocan unos contra otros y se alían en bloques imperialistas para luchar entre sí y dominar el mundo, saqueando los países pobres y destruyendo el planeta. De ahí que el militarismo y la guerra sean una condición existencial del sistema capitalista y de su creación última, el imperialismo.

Para justificar sus ambiciones guerreristas, toda la propaganda capitalista está orientada a promover el odio y la desconfianza hacia sus gobiernos rivales y los pueblos bajo el dominio de éstos.

Pugnas interimperialistas

¿Sobre qué bases concretas se sitúa la actual carrera armamentística? En la última década China y Rusia han emergido como nuevas potencias imperialistas que están disputando –particularmente la primera– mercados, campos de inversión y fuentes de materias primas al imperialismo occidental de Europa y EEUU. Hoy, China domina gran parte de África, América Latina y Asia. Los intereses de Rusia se han extendido a Oriente Medio y África Occidental y no acepta ya pasivamente los intentos de EEUU de arrinconarla en sus fronteras, rodeándola de países integrados en la OTAN. Tal fue el desencadenante de la actual guerra en Ucrania, una provocación de EEUU para intentar debilitar decisivamente a Rusia, que ha tenido el efecto contrario. Rusia está ganando la guerra y el imperialismo occidental, que ha sacrificado a Ucrania para sus sucias maniobras junto a decenas de miles de millones de dólares, se enfrenta a una derrota humillante.

Así pues, la Europa capitalista se enfrenta a una situación donde debe promover y librar guerras en sus zonas de influencia, a través de terceros países, para mantener a raya a sus competidores. Hoy día, el imperialismo de EEUU se enfrenta a un declive relativo, político y económico, y no puede seguir ejerciendo tan eficientemente como antes de gendarme mundial. Y ahora exige a Europa que se pague sus propias necesidades militares en el continente, cuyos gastos asumía parcialmente.

Para hacer frente a sus necesidades imperialistas, dentro del continente y fuera de él, la Europa de los monopolios y de los bancos necesita rearmarse, no importa las penalidades, sufrimientos y recortes sociales que deban padecer a cambio los trabajadores europeos y sus familias.

La Europa capitalista se enfrenta a una situación donde debe promover y librar guerras en sus zonas de influencia / IDOM

Esto es lo que está detrás de la retórica antirrusa que vemos ahora, para arrastrar a la opinión pública a su favor. La guerra en curso en Ucrania, provocada por la OTAN, es la excusa lanzada por el imperialismo europeo para su ofensiva belicista.

En una reciente entrevista en CNN, el representante exterior de la UE, Josep Borrell, declaró: “No es solo una cuestión de generosidad, o una cuestión de apoyar a Ucrania porque amemos al pueblo ucraniano. Es una cuestión de nuestro propio interés,… el de la UE y de los EEUU».

En realidad, lo último que desearía Rusia sería una guerra con Europa o EEUU que, necesariamente, causaría un holocausto nuclear y la destrucción de todos los contendientes. Lo que vemos simplemente es una pugna interimperialista por los sucios intereses de los ricachones, librando guerras locales a través de terceros países donde provocan destrucción, olas de refugiados y barbarie.

Capitalismo significa guerra

Somos comunistas, no pacifistas. Las únicas guerras que reconocemos como progresistas son las que libran los oprimidos para sacudirse el yugo de los explotadores, pero rechazamos las aventuras imperialistas que perpetúan la explotación y la esclavitud asalariada.

La consigna de los imperialistas se resume en la máxima latina: “Si quieres la paz, prepárate para la guerra”; en cambio, el lema que debe servir de divisa para la clase obrera mundial es: “Capitalismo significa guerra. Si quieres la paz, lucha por el comunismo”.

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