Los trabajadores de Transportes Urbanos de Vitoria, (TUVISA) en lucha por su convenio

TUVISA, es la empresa municipal de transportes de Vitoria con una plantilla de más de 300 personas, estas decidieron en la asamblea celebrada en las cocheras de la empresa el día 18 de febrero, desconvocar la huelga indefinida que con éxito total habían realizado los últimos 9 días. La desconvocatoria se produjo a pesar de que en la votación el NO tuvo 152 votos, el 56,8%, y el SI obtuviera 113 votos, el 41,69%. Esta desconvocatoria se produjo por un acuerdo interno tomado por el Comité años atrás donde se exigía un 70% de apoyo a la huelga para su convocatoria.

El malestar, el cabreo y la decepción eran evidentes para una parte importante de la plantilla que lo había dado todo en la lucha y esperaban mucho más de esta negociación. La representación del Comité, que fue a agradecer a la manifestación semanal de los pensionistas, uno de los muchos colectivos que habían apoyado su huelga, manifestaba su decepción y hablaba del carácter de la huelga en estos términos:

”Esta huelga sale de las vísceras, ha salido de dentro, de cuando uno en su puesto, en el día a día está mal, no se le reconoce nada, se le ponen muchas zancadillas. El conflicto explotó por la modificación de las líneas en las que se acortaban servidores y se alargaban recorridos que ya no podíamos cumplir con los tiempos que teníamos. Hay muchas más cosas, más peticiones pero fundamentalmente todo ha incidido en el tema de la salud, en el trabajo del día a día, que sea mucho más llevadero, con unos tiempos que nos asfixian.”

Esta declaración expresa con meridiana claridad el sentimiento de la plantilla en la lucha, el porqué de la huelga después de años de pasividad sindical y de una actitud patronal agresiva y poco respetuosa. La huelga ha tenido un seguimiento total, hasta la empresa ha tenido que reconocer que afectó al 75% de la plantilla.

Esta huelga, ha salido de la necesidad de resolver problemas acuciantes para los trabajadores de TUVISA, pero sin embargo, en esencia, es consecuencia de una gestión nefasta de esta empresa municipal por parte del gobierno PSOE-PNV, y en su nombre la gerencia de TUVISA, absolutamente sorda e incapaz de dar respuesta a las reclamaciones y exigencias realizadas por los trabajadores para simplemente conseguir un buen funcionamiento de la empresa que lógicamente redundaría en mejorar sus propias condiciones de trabajo.

No estaba en negociación el convenio, lo que ha provocado esta huelga. Este grito reivindicativo por parte de la plantilla ha sido producido por una serie de problemas, de condiciones de trabajo inaceptables, de arbitrariedades por parte de la gerencia, con el silencio cómplice del concejal y la alcaldía y la privatización progresiva de la empresa, el descuido del mantenimiento y renovación de los buses, una cantidad ingente de denuncias por incumplimientos básicos de nuestro convenio y del propio Estatuto de los trabajadores, denuncias que a veces han tenido represalias.

Como denunciaba el propio Comité en el problema de las líneas: “las modificaciones conllevan pérdida de empleo o están muy ajustadas, lo que impide dar un buen servicio adecuado por un lado y por otro empeora más nuestras condiciones de trabajo. Sin tiempo para estirar las piernas, sin tiempo para ir al baño, sin tiempo para despejar la cabeza, sin tiempo para esperar a que se sienten nuestros mayores, sin tiempo para atender las dudas de los usuarios, sin tiempo para hacer una conducción correcta. Todas las mejoras habidas han sido a costa de las espaldas de los trabajadores”.

El trabajo nos enferma. 40 incapacidades desde 2016

El mal estado de los buses hace pagar un altísimo precio en salud a la plantilla / Podemos Vitoria-Gasteiz, Twitter

TUVISA, cuenta con una plantilla de 300 trabajadores, la mitad está en situación de eventualidad. El Instituto Nacional de la Seguridad Social INSS, según informa el Comité, ha reconocido 40 incapacidades desde 2016. Este es un balance terrorífico, unos datos que demuestran en la práctica que las condiciones de trabajo son realmente malas, que el ejercicio de la responsabilidad de vigilar y atender la Salud Laboral por la dirección de la empresa es inexistente o muy deficiente y que la ansiedad, la intensidad del trabajo, el mal estado de los buses hace pagar un altísimo precio en salud a la plantilla. Infartos y problemas cardiovasculares y problemas musculoesqueléticos son el amargo pan de cada día de la plantilla. Este es uno de los motivos centrales de esta lucha, Como afirma el Comité: “Solo pedimos que haya más autobuses en línea para mejorar el servicio y por otro mejorar nuestras condiciones de trabajo, lo que obviamente redundaría en nuestra salud. Ambas cosas van unidas, salud y calidad en el servicio.”

Solo por estos datos el Ayuntamiento debiera cesar a la gerencia de Tuvisa de manera fulminante, gerencia por cierto muy bien remunerada, ya que según el Comité cobra más de 85.000 euros anuales. Si no lo hace y siguen estas prácticas el conflicto está garantizado.

Una gestión nefasta. Una privatización en marcha

La plantilla también se movilizó al ver el abandono de la flota. Según el Comité solamente en el año 2023 ardieron solos dos autobuses por falta de mantenimiento. Hay además una falta de renovación y la antigüedad de los buses es alta, la mayoría ronda el 1.000.000 de kilómetros.

Mala gestión en la renovación de la flota. Un representante del Comité califica de “gran fiasco la compra de 10 autobuses híbridos (Vectia), 5 de los cuales están permanentemente averiados. Además estos híbridos tienen un problema y es que por un tema electrónico cuando detecta un fallo el híbrido se para y el freno pierde la asistencia a la frenada y a la dirección asistida. Quedándose el vehículo sin ayuda en el sistema de frenado y sin ayuda en el sistema de dirección, esto es un problema muy grave que aumenta la posibilidad de atropellos o accidentes, además genera estrés a las personas conductoras de los híbridos. En repetidas ocasiones se le ha comentado a la gerencia pero no ha tomado ninguna medida.”

La mayoría de los autobuses ronda el 1.000.000 de kilómetros / EiTB

También preocupa a la plantilla la deriva privatizadora que se va introduciendo en la gestión de la empresa poniendo en peligro la calidad de un servicio público y los propios puestos de trabajo. Un ejemplo claro de ello son los BEI, autobuses eléctricos que llevan dos años funcionando, la plantilla de mantenimiento de TUVISA no está formada para ese mantenimiento, “no podemos tocar y manipular esos vehículos”. Se ha contratado el mantenimiento de los nuevos autobuses con la empresa proveedora, el contrato de mantenimiento tiene 15 años, la vida útil del bus. Este tipo de cláusula, teniendo en cuenta el futuro eléctrico de toda la flota, haría inútil el mantenimiento de TUVISA que sería sustituido de hecho por los operarios de la empresa proveedora de los autobuses. El personal de taller exige un plan de formación sobre los autobuses adquiridos y denuncia como un gasto inútil, un auténtico despilfarro, el contratar el mantenimiento externo cuando ya existe un mantenimiento de TUVISA. Así mismo denuncian el inexistente mantenimiento nocturno que ha provocado que tres motores hayan gripado y dos hayan ardido en llamas por completo, 5 autobuses perdidos en el último año. También denuncian la privatización de parkings y grúas etc.

Todo este substrato de malestar, las reuniones frustrantes con la gerencia cuya respuesta a reivindicaciones tan racionales como dar formación a los mecánicos eran siempre negativas, era continuamente “poner palos en las ruedas”. “La gerencia es un problema, clasista, despótica, incluso cuando se ganan sentencias toma represalias. La gerencia y sus adláteres han creado constantemente un clima de crispación. Esto ha provocado que el 90% de la plantilla esté hasta el gorro. Tu vienes a trabajar de la mejor manera posible, pero si te están fastidiando todos los días y no hacen caso a reclamaciones como: tengo el asiento mal, no tiene espuma, el respaldo se mueve, la amortiguación no funciona, fallan las puertas, fallan los frenos, fallan los híbridos, aseos sucios con averías frecuentes en las puertas de acceso- salida…”

Y llegó la gota que colmó el vaso

El Comité con este ambiente convocó una asamblea que exigió a la dirección una plataforma reivindicativa que recogía estos problemas y ante la sordera de la gerencia y sus valedores el gobierno municipal del PSOE-PNV se fue fortaleciendo en la mente de la plantilla la necesidad de una lucha radical como único método para poder resolver sus problemas.

En el Comité, como afirmaba uno de sus representantes, “ha habido muchos egos, peleas personales, miembros que utilizan el sindicalismo en beneficio propio, horas etc.. Se han juntado el hambre con las ganas de comer, una mala gerencia y una mala gestión con sindicalistas que no hacían su función. El Comité forzado por el malestar de la plantilla ha sido arrastrado a la movilización. Esta ha culminado con 9 días de huelga con paro total, y no ha tenido una preparación ni reflexión suficiente por parte de los sindicatos sino que ha salido más de las entrañas.“

La participación y decisión por parte de la plantilla en esta huelga ha sido crucial para su éxito y tanto el comité como la plantilla han aprendido importantes lecciones de cara al próximo futuro entre ellas que la dirección, el concejal Gurtubai personalmente, sin la gerencia, ha tenido que bajar de su elevado sitial y sentarse a negociar y hacer concesiones a la representación de la plantilla.

El acuerdo es fruto de la determinación de la plantilla / GasteizBerri.com

El balance es agridulce. Habrá que vigilar que los puntos acordados se cumplan. En cualquier caso son fruto de la determinación de la plantilla participando activa y masivamente y empujando al Comité a mantenerse firmes frente a la empresa. “Pedimos muy poco, hemos hecho unos paros para exigir nada, son reivindicaciones que tienen que venir dadas por lógica, para que funcione el servicio adecuadamente”, afirmaba un miembro del Comité. Como resultado se han revertido y mejorado las modificaciones de líneas aportando más servidores en vez de reducirlos, conductores de garaje, Parking, donde se revisarán las tareas, mantenimiento de los 12 puestos del taller mecánico y dotarles de formación para las 10 nuevas unidades eléctricas, TUVISA incrementará la plantilla con 12 nuevos contratos indefinidos, compra de 15 nuevos autobuses en la legislatura. El punto sobre el control del tiempo de trabajo, es muy importante para la plantilla, que quiere un cómputo real de su jornada laboral, el propio portavoz del Comité expone que no se ha conseguido todo lo que se solicitaba. En el acuerdo se fija una mediación que medirá la jornada laboral.

Esta lucha es un ejemplo más del carácter de las luchas obreras que estamos viviendo, vemos la necesidad y determinación por parte de la clase trabajadora para resolver sus problemas cada vez más insoportables, unas direcciones sindicales divididas, pasivas, que en este caso has sido empujadas a la lucha y se han puesto al frente. Un hecho como es la autolimitación para convocar movilizaciones si no se supera el 70% de apoyo a la misma, que la propia asamblea podría haber revocado, cortó una lucha mayoritariamente seguida por la plantilla y condenó a la mayoría, a pesar de que 6 de cada 10 estaban a favor de seguir la huelga, a apretar los dientes y cabreados volver al trabajo sin conseguir, como pensaban, sus objetivos que los veían, por el desarrollo de la lucha, al alcance de su mano.

El convenio, la próxima parada

Entre los compromisos de la dirección esta la negociación del convenio en los próximos tres meses, que dice el concejal que “es el mejor convenio del mundo” lo cual es una broma de mal gusto, “nuestro convenio es del 2014-2016 o sea desde hace casi diez años y no se cumple en los aspectos más básicos”.

Si persiste la actitud de la empresa de negar el pan y la sal a la plantilla, ésta ha adquirido confianza en si misma y en su capacidad de actuar, ha aprendido que con la asamblea y con la lucha se pueden conseguir mejorar sustancialmente las condiciones de trabajo, este preacuerdo que ha cerrado falsamente la lucha por mejorar las condiciones de trabajo será el aperitivo de la lucha por el convenio.

Artículo escrito con la colaboración y información de Jose Félix miembro del Comité de Tuvisa por el sindicato UGT.

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