No al kit de emergencia para el fin del mundo, sí al fin del sistema capitalista

Hace no mucho era percibido como algo muy raro prepararse para el fin del mundo. Era algo exclusivo a las películas distópicas o de zombis. Y en la vida real era una actividad de un grupo pequeño, principalmente en los EEUU, conocidos como los preparacionistas (Doomsday preppers, en inglés). Pero ahora la UE ha lanzado una campaña recomendando a todos los ciudadanos europeos preparar su kit de emergencia para sobrevivir, por lo menos, a las primeras 72 horas del apocalipsis.

Se ha lanzado la campaña con un vídeo de Hadja Lahbib, la comisaria europea de Preparación y Gestión de Crisis e Igualdad desde diciembre del año pasado, sacando objetos de su bolso de mano. Mágicamente, este bolso pequeño tiene espacio infinito para todo que se supone que es necesario en una situación de crisis. Incluye cosas básicas como agua, comida y fosforos, hasta una navaja suiza y una radio analógica. El vídeo está hecho en un estilo y formato con la intención de conectar con una audiencia joven por redes sociales. Tiene música inocente al fondo, Lahbib está bromeando, soltando frases como “cash is King” (el dinero dicta) cuando mete dinero efectivo en su kit. Sin embargo, el vídeo es tan ridículo, incómodo e inútil que se ha convertido en un meme. Lahbib, como representante de la élite europea, se revela totalmente desconectada de la realidad.

En la descripción del post en las redes se dice: “Listo para cualquier cosa – esta debería ser nuestra nueva forma de vida europea”. Es decir, todos debemos vivir con el miedo a un fin del mundo inminente. Nos están introduciendo sigilosamente en la mente la idea de una posible invasión rusa y la solución que proveen es una mochilita con un mechero, una barrita de cereales y una linterna. Solo sirve para dibujar el demonio en la pared, de nada servirá en una guerra actual.

El discurso reciente de la UE y de los gobiernos de cada país europeo ha sido de agitar esta amenaza de una posible invasión de Rusia y la necesidad de subir el gasto militar para enfrentar al gran enemigo en la puerta. Como locos en un manicomio, los políticos europeos quieren continuar la guerra en Ucrania y prometen seguir dando más millones y millones de euros a Zelenski. No quieren reconocer lo obvio que dijo Trump abiertamente: Ucrania ha perdido la guerra desde hace mucho tiempo y no la iba a ganar. No es casualidad que Trump advirtiera a Zelenski y los demás dirigentes europeos que están jugando con la tercera guerra mundial. Cínicamente, nuestros líderes nos recomiendan que preparemos un kit de emergencia para la guerra que ellos mismos quieren continuar y mandarnos, a la clase obrera, a la frontera con Rusia en un glorioso, y totalmente ficticio, ejército europeo.

Cada vez que miramos a las noticias dicen que el gasto militar tiene que subir. Antes era un 2% del PIB, luego un 3% y ahora la OTAN exige un 5% del PIB de cada miembro para gasto militar. Pero sabemos, igual que los capitalistas, que un aumento en el gasto militar significa una reducción en el gasto social, lo cual va a ser muy difícil implementar sin una fuerte resistencia por parte de los afectados, las familias obreras. El patriotismo ya no tiene tanto arraigo en la sociedad, sobre todo entre la juventud, que desconfía completamente de las instituciones del Estado y rechaza el status quo. No quiere ir a un país lejano a matar a desconocidos porque el presidente le dice que son el enemigo. La juventud y la clase obrera quieren un futuro digno, con un empleo decente, una sanidad y educación pública, y una vivienda a precio asequible y de buena calidad.

Con más presión y el aumento de las contradicciones inherentes a este sistema, tarde o temprano van a alzar la voz y decir ¡basta ya! En vez de mandarnos a la guerra iniciemos una guerra de clases. En vez de un kit de emergencia para el fin del mundo, pongamos fin al sistema capitalista.