“Nos parece un ‘cachondeo’ el decreto de paralización de la actividad no esencial” – Entrevista a trabajadores de Fertiberia-Avilés
Lucha de Clases ha entrevistado a Jesús Suárez y Pedro García, miembros del Comité por CCOO de Fertiberia-Avilés (Asturias) sobre la actual crisis de coronavirus y cómo está afectando a los trabajadores y a la actividad de la empresa. Fertiberia se dedica a la producción de fertilizantes y de productos químicos industriales.
Fertiberia ha sido considerada una empresa «esencial». Exactamente, ¿cuál es la situación laboral ahora en esta empresa, después del decreto del gobierno del 29 de marzo?
Pues básicamente la misma que tenemos antes del Real Decreto. Seguimos produciendo a la máxima carga posible, tanto para el mercado nacional como para exportación, atendiendo a los intereses del empresario y no a las necesidades «esenciales» del Estado y su población.
¿Ha habido casos de compañeros con covid-19 o con síntomas? ¿Cuál fue la actuación de la empresa? ¿Consideráis que trabajáis con medidas de protección adecuadas?
En la fábrica de Avilés, donde estamos nosotros, ninguno. En el resto del Grupo Fertiberia, a fecha 27 de marzo, hay siete trabajadores con síntomas compatibles (sin realizar prueba y en aislamiento domiciliario), un caso confirmado con test, y 11 más sospechosos. El grueso está en Madrid y en Puertollano.
Consideramos que son medidas de «marketing» en lo que a las zonas de producción se refiere. Sí existe gel hidroalcohólico, desinfectante, guantes, etc. y se han dado consignas de respetar distancia de seguridad y demás, pero en la práctica son inviables por la naturaleza del propio trabajo.
En otras zonas se ha optado por el teletrabajo; en zonas como báscula y donde trabaja una sola persona (salas de control u oficinas) parece que las medidas de «aislamiento» son más eficaces.
Desde CCOO Fertiberia Avilés, consideramos que la medida más eficaz y más responsable con el conjunto de la población es parar la producción, dejando la mínima gente posible en la fábrica, como así lo publicamos en nuestro comunicado el pasado 16 de marzo de 2020.
Desde vuestro punto de vista ¿cómo calificaríais la actuación del gobierno? Bajo la experiencia en vuestra empresa ¿crees que se está actuando correctamente para poner fin a la epidemia?
Pensamos que tibia, prevaleciendo el garantizar los beneficios empresariales sobre la ciudadanía en general y sobre los trabajadores en particular, dilatando esta situación en el tiempo.
No creemos que la actuación sea correcta por lo expuesto anteriormente, y porque las industrias pueden convertirse en un foco importante de contagios para los propios trabajadores, y por extensión al resto de la población, sumando además la posibilidad de accidentes laborales, de tráfico o emergencias medioambientales que sobrecargan el ya prácticamente saturado sistema sanitario. En ciudades industriales como la nuestra, gran parte de la población trabaja en dichas industrias, con lo que las medidas de reclusión se desvirtúan bastante.
La crisis del covid-19 va a profundizar enormemente la crisis económica a la que se dirigía el capitalismo a escala global
¿Qué echáis en falta en la actuación del gobierno, mirando a medio plazo el panorama difícil que se nos abre a los trabajadores?
Ni más ni menos, que tomar el control de la economía. O al menos de los sectores estratégicos, entre ellos, cómo no, la banca.
A la luz del decreto del gobierno para cerrar la actividad “no esencial”, que permite el funcionamiento de casi toda la industria, ¿no crees que de forma organizada los dirigentes sindicales deberían hacer un llamamiento al resto de sindicatos y secciones sindicales de cualquier organización para impulsar un PARO GENERAL de todas las empresas verdaderamente “no esenciales”?
El Decreto nos parece un «cachondeo», pues no toma las riendas de verdad y deja muy en el aire qué es realmente esencial y para quién.
En la práctica no se está produciendo para las necesidades del Estado, sino para engordar los beneficios empresariales. Los sindicatos deberían estar explicándolo, e incluso pidiendo confiscar esos beneficios para el conjunto de la sociedad.
¿Qué representación sindical hay en vuestra empresa? ¿Qué tipo de evolución ha habido en los últimos años y a qué se ha debido?
La Representación Social consta de un Comité de Empresa en cada centro de trabajo del Grupo Fertiberia. A nivel nacional, no existe un Comité Intercentros, sino que hay una Representación o Comisión (la que negocia los Convenios) con un número de miembros en función de la proporcionalidad del total de delegados de todos los Comités de centro (UGT 24 delegados, 51,06%; CCOO 14, 29,78%; CSIF 7, 14,89%; y USO 2, 4,25%).
En la fábrica de Avilés, a día de hoy, tras las elecciones de octubre de 2019, el Comité consta de 9 representantes, 5 del colegio de técnicos y administrativos (4 de UGT y 1 de CCOO), y 4 del colegio de especialistas y no cualificados (2 de CCOO, 1 de UGT y 1 de CSIF).
Hasta el año 2015, aun existiendo Comité de Empresa (por ley, obviamente), la realidad es que la Representación recaía en los Delegados Sindicales de las secciones sindicales existentes y firmantes del Convenio (CCOO, UGT y CTI-CSIF), y ellos mismos denominaban a esta extraña situación como que el Comité estaba «sindicalizado». Dicha situación, en la práctica, suponía una nula acción sindical y una serie de pactos con la empresa a espaldas de los trabajadores, lo que provocó, a lo largo de mucho tiempo, un aumento de subcontrataciones, entrada masiva de personal de ETT en producción, etc, por lo que la plantilla obrera se fue reduciendo hasta quedar superada por la de técnicos y administrativos, extendiendo la precarización a la mayoría del personal obrero de la fábrica, pues muchos son subcontratados y ETT’s.
En las elecciones al Comité de fábrica de 2015, y tras una traición de la dirección estatal de CCOO Fertiberia (sindicato mayoritario en la fábrica hasta ese momento) tras la negociación de un Convenio Colectivo, genera una nueva situación. Por un lado, CCOO se rompe y una parte de la afiliación se constituye como secc. sindical de CGT (que tenía dos delegados entonces, que luego perdió, como luego explicaremos); y por otro, el sector más crítico de CCOO salimos elegidos para formar parte del Comité «sindicalizado» e inoperante como figuras decorativas.
En esta situación, el mencionado sector crítico, tras años de «predicar en el desierto» con la necesidad de poner a funcionar y a actuar el Comité de Empresa (y que era visto como una quimera por los trabajadores), damos la batalla interna en CCOO, y de la mano de CGT (entre los dos sumamos 4 representantes) se consigue arrastrar a UGT y CSIF para que empiece a funcionar el Comité, se comienza a destapar la caja de los chanchullos de la fábrica y a dar voz real y voto a los trabajadores en los temas de discusiones mediante asambleas de fábrica, donde se van a tomar todas las decisiones.
El año pasado tuvisteis 15 jornadas de huelga en tu factoría ¿Podríais resumirnos el conflicto?
La situación anterior produce varios conflictos con la empresa (y con la dirección estatal de CCOO en Fertiberia, todo hay que decirlo), que desembocan en los 12 días de huelga del año 2019 (3 huelgas: 2 días en abril, 5 en mayo y 5 días en octubre).
Los 12 días de huelga son el resultado de una mezcla de precariedad, falta de seguridad, el desprecio hacia los trabajadores por parte de la empresa, etc; y también del hartazgo de la plantilla obrera por las traiciones de las cúpulas sindicales. Los problemas eran:
Seguridad: Múltiples accidentes/incidentes en la instalación de ácido sulfúrico, que la empresa se negaba a atajar por no querer utilizar materiales adecuados ni implementar diferentes medidas de seguridad prácticamente sin coste, como pantallas de metacrilato o cortinas de plástico para protegernos de proyecciones. Así como presiones a los trabajadores para poner en marcha la planta con fugas sin reparar.
La existencia de solamente una persona por turno en la terminal de almacenamiento de amoníaco líquido, situada a 4 km de la fábrica, en la que se reclamaba que volviera a haber 2 por turno, como antiguamente.
Precariedad: abusos sobre el personal ETT, no respetando sus descansos y no abonando las horas extras trabajadas en ellos. Además, les obligaban a cubrir varios puestos de trabajo con la misma persona, enmascarando la insuficiente plantilla existente en producción. Esto demostraba que deberían ser personal de estructura y no eventuales.
Incumplimiento Estatuto de los Trabajadores y agravios entre personal a turnos y a jornada normal: este era un punto clave. Se trataba del incumplimiento de la «pausa durante la jornada» del Personal a Turnos, por ser un proceso de producción continua. Este personal tiene supeditada dicha pausa a lo que pase en la producción o en la seguridad de la planta, que históricamente se compensaba de 2 formas, compensación económica al Personal a Turnos; y entre 4 y 6 días de descanso anual, al personal de Jornada Normal.
Al realizar el relevo generacional, la compensación desapareció para el Personal a Turnos, quedando su jornada anual en 1736 h (1728 tras el último Convenio), implicando en la práctica un cuadrante de 6 días de trabajo y 4 de descanso durante 9 meses, pasando en verano a trabajar a 7/2 para disfrutar de 16 días de vacaciones seguidos. Sin embargo, el personal de Jornada Normal tenía una jornada de 1690 h aproximadamente (de lunes a viernes, con sus festivos y su mes de vacaciones). Como los de turnos queríamos disfrutar el descanso, bien diariamente o mediante compensatorios, la solución pasaba sí o sí por ampliar la plantilla (absorbiendo a las ETT’s).
Actitud de la empresa: no se reunía con el Comité ni atendía a sus demandas de solucionar estos problemas. Tampoco firmaba las actas del Comité de Seguridad y Salud, que era donde se denunciaban estas irregularidades.
Ante esta situación, la decisión de la plantilla en asamblea de trabajadores, fue intentar meter la pausa, y el tema de ETT’s en la negociación del próximo Convenio (iba a comenzar en breve) y, ante el resto de temas, presentar denuncias ante Inspección de Trabajo.
En la negociación del Convenio se «cayeron» estas demandas (que finalmente se llevaron también a Inspección) pese a las multitudinarias asambleas exigiendo pelear por un Convenio digno.
La Inspección de Trabajo nos dio la razón, pero argumentó que poco podía hacer. Hasta este punto el proceso fue llevado de forma unitaria por todo el Comité de Empresa (CCOO, CGT, CSIF y UGT). Sin embargo, al aprobarse masivamente en asamblea de trabajadores el inicio de movilizaciones, se produce el descuelgue de la UGT.
Justo tras finalizar la última, de 5 días, se producen elecciones sindicales de nuevo, con una polarización tremenda. Por un lado, técnicos y administrativos, que fueron el «ejército esquirol» de la empresa en las huelgas, se vuelcan con UGT, que no apoyó las movilizaciones; por otro, el voto obrero de concentra mayoritariamente en CCOO, pues fuimos los que quisimos llegar hasta el final del conflicto, junto con una minoría crítica de CGT que siguió participando en el Comité de Huelga.
Decimos minoría de CGT, porque en el momento más álgido de las movilizaciones, tras la exitosa segunda huelga de 5 días con la moral de los huelguistas en su punto más alto y la empresa «perdiendo pie», la CGT junto con CSIF proponen aplazar la siguiente tanda de huelgas para después del verano (aduciendo que el periodo estival nos iba a quitar fuerza). Esto crea desconcierto en la asamblea, y se aprueba el aplazamiento por poquísima diferencia. Este impasse es aprovechado por la empresa para retomar la iniciativa y llevar la negociación del conflicto a Madrid (con la excusa de una negociación del Registro de la Jornada), lo que es defendido por CSIF y una mayoría de la dirección de CGT, aprobándose en asamblea también por escaso margen, con nuestra posición totalmente contraria, pues considerábamos un error tanto aplazar las movilizaciones como sacar la negociación fuera de la fábrica y de su comité de huelga.
Tras el periodo estival, y ver que la empresa estaba ganando tiempo para llegar a las elecciones sindicales del 30 de octubre, se produce una asamblea en la que los trabajadores piden mayoritariamente otra convocatoria de 5 días de huelga, que finalmente es convocada por CCOO y la minoría de CGT (que tiene una deriva por la que cambian 3 veces de secretario general en 3 meses), descolgándose CSIF. Esta movilización es un éxito y propicia la resolución del conflicto.
En todo este proceso de movilizaciones, se hizo valer al comité de huelga como única figura con poder de negociación para resolver el conflicto. Pero debido al parón estival, y al traslado de la negociación a Madrid, dicho comité sólo le quedó demostrar con la última huelga que no se podía cerrar el conflicto desde en falso desde Madrid, si no daban una solución medianamente satisfactoria a las aspiraciones de la plantilla.
El tema del sulfúrico y la contratación de otra persona más en la terminal de amoníaco, se solucionó con la huelga. Para la precariedad de los ETT’s se creó una Comisión de estudio para cubrir las necesidades de la fábrica, donde a día de hoy se sigue peleando el tema (se ha conseguido la equiparación salarial por todos los conceptos, abono de horas extras, que se respete el funcionamiento de las bolsas de empleo no cubriendo varios puestos con una persona, aumentando las contrataciones).
La pausa de descanso se compensa con unos ridículos 30 euros brutos al mes. Respecto a la jornada del personal a turnos, se reconoció el tiempo de aseo y relevo como jornada efectiva de trabajo, suponiendo una reducción de 5 jornadas anuales.
Creemos que de no haber cometido los errores descritos, tendríamos una mejor solución del conflicto. Aún así, seguimos peleando por eliminar la precariedad en Fertiberia.
¿Qué política sindical desarrolláis aquí en CCOO-Fertiberia Avilés de cara a los compañeros de las contratas?
Intentamos mantener vínculos con el objetivo antes mencionado, eliminar la precariedad y la subcontratación. En este sentido, hemos hecho algunas acciones para apoyarlos en sus conflictos, y ellos nos han «devuelto el favor» apoyándonos en las huelgas. El objetivo final sería lograr organizar una coordinadora entre nuestros representantes y los suyos, pero es bastante difícil.
Con un aumento espeluznante del desempleo, con el empeoramiento de las condiciones laborales y económicas desde ya ¿Hacia dónde creéis que debe ir el modelo sindical que necesita la clase trabajadora?
A luchar organizadamente para los objetivos generales que dijimos antes: que sea nuestro gobierno quien controle la economía. Hay que promover una alternativa real al sistema económico imperante y no aceptar la lógica del «mal menor», que nos ha hecho perder nuestro sistema productivo y además, precarizar y atomizar a la clase obrera.
En la crisis última, de 2008-14, se tardó más de tres años para que hubiera una respuesta general, empezando por la juventud, el 15M ¿Crees que ahora ocurrirá igual?
Esta crisis parece que le ha «quitado la careta» al sistema de las privatizaciones, al individualismo, a la búsqueda rápida de beneficios empresariales a cualquier precio, etc.
Por contra, ha puesto de relieve quiénes son los que mueven la sociedad realmente. Lo que pase, dependerá del programa que defiendan la izquierda y los sindicatos.
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