Pakistán: gran concentración de protesta de los trabajadores de la industria en Karachi
El 28 de agosto se celebró un gran acto de protesta de más de mil trabajadores de las zonas industriales de Korangi y Landhi de Karachi bajo la bandera del Comité de Solidaridad de los Trabajadores. Las principales demandas fueron la implantación del salario mínimo a 25.000 rupias, según lo anunciado por el gobierno de Sindh, la eliminación de la subcontratación y el cumplimiento de las leyes de seguridad industrial.
Más allá de las reivindicaciones, sin embargo, el acto del Comité de Solidaridad de los Trabajadores, formado por una unión entre el Frente Obrero Rojo (RWF) y varios sindicatos activos en las áreas industriales, tiene como objetivo a largo plazo forjar la unidad de clase entre los trabajadores para impulsar la lucha contra el capitalismo.
Junto con miembros del RWF de Karachi y del PYA (Alianza de la Juventud Progresista) de Karachi, al acto asistieron un gran número de trabajadores de las empresas General Tyres, Opal Laboratories, Adam Jee Engineering, IIL, Merit Packaging, Atlas Engineering, Denim Clothing, Suzuki Motors, Feroze Textiles, Aspin Pharma. (Johnson y Johnson), Phoenix Arms, Artistic Millennial, entre otras.
Este momento quedará registrado en la historia del movimiento obrero del país, y en particular en la de Karachi, en letras de oro. Después de décadas de estancamiento, un gran número de trabajadores de las áreas industriales de Landhi y Korangi superaron todo tipo de prejuicios que les imponían las clases dominantes –religiosos, sectarios, de casta, de lengua y etnia– y se unieron hombro con hombro para transmitir un mensaje claro a las clases dominantes y a la maquinaria estatal: no están dispuestos a tolerar más abusos ni opresión.
La difícil situación de los trabajadores industriales en Pakistán, que conforma el trasfondo de esta destacada muestra de coraje y unidad de clase, es bien conocida por todos. Pero en el último año y medio, los capitalistas se han aprovechado al máximo de la pandemia de Covid-19 para intensificar su ataque contra los trabajadores, lo que ha llevado a una grave explotación y privación. Casi toda la fuerza laboral de estas áreas industriales con apariencia de prisión se contrata a través de contratos a corto plazo y salarios de un día. Muy pocos trabajadores cuentan con un empleo permanente. Los despidos forzosos se han convertido en una rutina diaria. Las leyes laborales de Pakistán favorecen en gran medida a los propietarios de fábricas, sin embargo, incluso estas pocas leyes y regulaciones poco convincentes no se cumplen. Los trabajadores se encuentran bajo un régimen opresivo de subcontratación. Mientras tanto, las «ONG laborales» y los sindicatos amarillos se han multiplicado, actuando como un freno al desarrollo del movimiento sindical. El efecto combinado de todos estos factores ha sido generar una atmósfera de apatía y alejamiento entre los trabajadores.
Fue en estas duras e implacables circunstancias en que los compañeros del RWF de Karachi llevaron a cabo la tarea de armar a los trabajadores más concienciados con ideas revolucionarias. Gracias a un esfuerzo persistente, han podido establecer contactos firmes con algunos de los sindicatos activos restantes, en particular, el Sindicato de Trabajadores del Neumático (General Tyres) de las zonas industriales de Landhi y Korangi. El papel del periódico mensual Worker Nama fue fundamental para establecer estas relaciones.
En estas circunstancias, bajo la presión de la creciente indignación entre los trabajadores, el gobierno de Sindh incrementó a regañadientes el salario mínimo a 25.000 rupias, aunque aún no se han tomado medidas serias para llevar a cabo esta legislación. Si bien no supone una cuantía sustancial en comparación con los niveles de inflación en rápido aumento que se han experimentado en los últimos años, esta medida poco entusiasta del gobierno fue bien recibida por los trabajadores. Los empresarios, sin embargo, no están dispuestos a otorgar ni siquiera este escaso alivio a los trabajadores y se han negado descaradamente a aplicar el salario mínimo. Fue este el detonante de la ola de ira e indignación que desató entre los trabajadores. En estas circunstancias, Aziz Jan, el presidente del Sindicato de General Tyres, mostró valentía política al decidir lanzar un movimiento de protesta en defensa de la aplicación del salario mínimo, y contactar a miembros del RWF de Karachi para discutir la construcción de dicho movimiento.
El RWF y el Sindicato General Tyres convocó el 10 de agosto una reunión en Landhi, que atrajo la asistencia de todos los sindicatos activos en la zona industrial. Se tomó la decisión de realizar un acto masivo de protesta y se formó un Comité de Solidaridad de los Trabajadores para organizar dicha acción. Poco después, los trabajadores y líderes sindicales activos de todas las industrias mencionadas anteriormente se unieron al comité. Junto a Aziz Jan, los miembros del RWFde Karachi se pusieron a la cabeza de la coordinación del comité.
El comité se reunió a continuación en Murtaza Chourangi, y se le dio al RWFde Karachi la responsabilidad de redactar el folleto y las pancartas para el acto. El 17 de agosto se celebró otra reunión del comité en las oficinas del RWF de Karachi y, al día siguiente, se lanzó una campaña masiva de distribución de folletos en las zonas industriales de Landhi, Korangi y Port Qasim. Esta campaña fue muy bien recibida por los trabajadores, dinamizando aún más a los sindicatos que ya estaban participando en la campaña.
La reunión final sobre los preparativos del acto se llevó a cabo en el Hospital Chourangi en Landhi, en la que participaron más sindicatos, como los representantes de la empresa Shabbir Tiles. El comité decidió además que convocaría una protesta conjunta de representantes de todos los sindicatos frente a las puertas de Atlas Honda para protestar, antes de la manifestación masiva, por las políticas antiobreras y la represión de Honda. Una gran cantidad de trabajadores de fábricas cercanas también se unieron a esa protesta, lo que dio un nuevo impulso a la moral de los manifestantes antes de la convocatoria.
El 27 de agosto se llevó a cabo una campaña de movilización en las áreas industriales utilizando un mini camión equipado con un altavoz. El mismo día, se produjo un incendio en una fábrica de productos químicos ubicada en la ciudad de Mehran, Korangi, en el que 21 trabajadores perdieron la vida. La campaña de movilización del comité se dirigió de inmediato hacia esta fábrica, donde los compañeros del RWF y otros miembros del comité tomaron la palabra y corearon consignas radicales, exigiendo que los dueños de la fábrica fueran procesados de inmediato por su negligencia criminal en la seguridad de los trabajadores. Este accidente avivó aún más la rabia ya latente de los trabajadores, que se expresaría en forma de participación masiva en el acto del día siguiente.
Un día antes del acto, la administración de la ciudad, las agencias de inteligencia y la policía comenzaron a acosar sistemáticamente a los organizadores en un intento de presionarlos para que cancelaran el evento, amenazándolos con serias consecuencias si no lo hacían. Los empresarios habían comenzado a entrar en pánico debido a la campaña radical del Comité de Solidaridad de los Trabajadores. Además, sabían muy bien que, en lugar de sindicatos amarillos, la dirección de la manifestación estaba a cargo de los dirigentes del Sindicato de Trabajadores de Genral Tyres y del Frente Obrero Rojo, armados con las ideas revolucionarias del marxismo. No solo se utilizó la represión y el acoso continuo, sino que decenas de líderes sindicales amarillos y activistas de ONGs laborales se desataron contra los organizadores de la manifestación, especialmente contra el RWF, para envenenar la atmósfera. Pero el coraje y la determinación ejemplares de los trabajadores prevalecieron y se salieron con la suya.
El 28 de agosto, la manifestación partió del Hospital Chorangi a las 14.30 horas. Cientos de trabajadores en motocicletas se unieron a la manifestación encabezada por el presidente del Sindicato de Trabajadores de General Tyres, Aziz Khan. Una gran delegación de miembros del RWF y del PYA de Karachi se unió a la manifestación cerca de Manzil Pump, en la Carretera Nacional, con sus banderas rojas, llevando en alto el símbolo de la hoz y el martillo. El mitin fue dirigido por los camaradas Anam Jan y Safdar Jabar del RWF de Karachi, y Altaf Sheiju del General Tyres. El líder central del RWF, el camarada Paras Jan, y Aziz Jan de General Tyres también estuvieron presentes en el escenario y se dirigieron a los trabajadores durante los intervalos para levantarles el ánimo.
Un gran contingente de policías se desplegó en Bilal Chorangi, donde intentaron dispersar la manifestación. Sin embargo, los trabajadores, coreando consignas revolucionarias, pasaron directamente a través del contingente y de la manifestación hasta su punto culminante en la zona industrial de Godam Chorangi Korangi, convirtiéndose en una gran manifestación de protesta frente al edificio de la Asociación de Comercio e Industrias de Korangi. Las consignas radicales de los trabajadores resonaban a través de los muros de este enclave capitalista. Las consignas revolucionarias planteadas por los compañeros del PYA de Karachi, especialmente el camarada Amir Yaqub, fueron muy bien recibidas por los trabajadores. El acto recibió un nuevo impulso cuando recibió a los representantes de 400 trabajadores de una fábrica textil que se enfrenta a un recorte forzoso.
Al dirigirse al acto, el camarada Paras Jan del RWF dijo que los empresarios están tan cegados por su ansia de ganancias que se han negado a brindar el más mínimo alivio a los trabajadores al negarse a aplicar el salario mínimo. Denunció la negligencia criminal de los empresarios, del departamento de trabajo y del gobierno, responsables de la muerte de 21 trabajadores en el incendio de la fábrica el día anterior, y exigió el cumplimiento inmediato de las leyes de seguridad industrial. Explicó que nuestra lucha no se detendría hasta el derrocamiento revolucionario del capitalismo y el establecimiento de una sociedad sin clases a través de una economía socialista planificada. En un discurso enérgico, Safdar Jabar del RWF de Karachi destacó los problemas relacionados con los derechos de seguridad social, los pagos de las horas extraordinarias y los derechos de jubilación. La camarada Anam Jan del RWF de Karachi destacó los problemas a que se enfrentan las trabajadoras y destacó la necesidad de forjar la unidad de clase entre los trabajadores y las trabajadoras para una lucha revolucionaria contra el capitalismo.
En su discurso, Aziz Jan advirtió a la patronal que de no cumplirse las demandas legítimas de los trabajadores, el movimiento de protesta se expandiría a todas las áreas industriales de Karachi. Adil Jan, de Adam Jee Engineering, enfatizó la necesidad de unidad de clase entre los trabajadores para un resultado exitoso de la lucha. Además, exigió que el gobierno aumente aún más el salario mínimo, ya que el actual aumento no supone nada comparado con el nivel de inflación. Zia Bhai, presidente de IIL General Union, también se dirigió al acto.
Aziz Jan pronunció el último discurso del acto. En su discurso de clausura, denunció a los dueños de las fábricas y los sindicatos amarillos, tachó las áreas industriales de prisión para los trabajadores. Presentó planes futuros para futuras acciones del comité de solidaridad en caso de que los empresarios persistan en negarse a aumentar el salario mínimo. Finalmente, se guardó un minuto de silencio en honor a los trabajadores que habían perdido la vida en el incendio de la fábrica el día anterior.
A lo largo del acto, los trabajadores corearon repetidamente consignas radicales contra el capitalismo y la patronal, prometiendo llevar a cabo una lucha colectiva contra cualquier injusticia que se les inflija.
La última parada de la manifestación fue en Industrias Opel, cuyos empresarios tienen un caso abierto recientemente con cargos penales falsos contra sus trabajadores que también se han enfrentado a despidos. Los participantes corearon consignas de ánimo cargado contra la administración de la fábrica y se advirtió a sus empresarios que esperaran una acción colectiva de los trabajadores contra esta injusticia. Al final, el Comité de Solidaridad de los Trabajadores y el RWF de Karachi agradecieron a los participantes de la manifestación y prometieron continuar la lucha hasta la emancipación completa de la clase trabajadora.
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