Para echar a Mazón y a la derecha, ¡huelga general en el País Valencià!
Editorial de Lucha de Clases nº110 – La catástrofe de la DANA en Valencia ha sido el mayor desastre humano y medioambiental ocurrido en el Estado español en lo que llevamos de siglo. Las consecuencias son conocidas: 231 muertos (222 en la provincia de Valencia), varios desaparecidos, zonas completas arrasadas por el agua y el lodo, miseria y sufrimiento para decenas de miles de familias, y pérdidas y destrozos valorados en 17.000 millones de euros.
El capitalismo, culpable
Esto no fue el resultado de una calamidad “natural”. Por el contrario, fue causado por un sistema capitalista basado en la contaminación, la depredación rapaz de los recursos naturales, el lucro privado y el desprecio por la vida humana.
Se atribuye al cambio climático, con el calentamiento del Mar Mediterráneo y la proliferación de lluvias torrenciales, la causa principal de estas danas salvajes. Pero este cambio climático es producto fundamentalmente de la emisión masiva de gases de efecto invernadero, procedentes de combustibles fósiles (petróleo y gas), que rinden cuantiosos beneficios a las grandes petroleras, como Repsol o Cepsa. Sin embargo, año tras año sigue incrementándose la emisión de estos gases, pese al discurso “verde-progre” de los gobernantes.
El desarrollo urbanístico anárquico y rapaz durante décadas en el litoral y el interior valencianos, ha permitido la construcción de viviendas en zonas inundables y ha desprotegido la contención natural de las riadas. Esta es otra de las causas de la ferocidad con que el agua y el barro arrasan todo a su paso. Nuevamente, vemos aquí las consecuencias del ansia de lucro de promotoras, constructoras e inmobiliarias.
La presión de los empresarios, y sus intereses, fueron la razón última de que el gobierno valenciano desoyera las clarísimas alertas lanzadas por la AEMET y otros organismos en la fatídica jornada del 29 de octubre. No querían privar a los empresarios de exprimir un día más sus ganancias, obligando a los trabajadores a ir a sus puestos de trabajo, aun al riesgo de perder sus vidas, como de hecho ocurrió. Esto fue una forma de terrorismo patronal.
Sobre todo, debemos destacar la responsabilidad política principal de Carlos Mazón y del Govern de la Generalitat que, junto a la incompetencia y la nulidad intelectual de sus integrantes, se suma al haber actuado como los voceros de sus amos capitalistas, para que la actividad económica no se paralizase en las zonas afectadas.
No excluimos de su responsabilidad al gobierno central que, consciente de las graves amenazas de la DANA, se negó a asumir el control de la situación desde el principio, pese a que tenía las prerrogativas legales para hacerlo. De hecho, durante semanas se negó a exigir la dimisión de Mazón, para hacerlo solo ahora, cuando la situación de este último es insostenible, agarrándose de la manera más vergonzosa a su cargo de President.
El protagonismo popular
El protagonismo popular y el descrédito de todo el régimen capitalista español han quedado expuestos. Fueron decenas de miles de voluntarios, sin dirección alguna, quienes se organizaron espontáneamente a través de las redes sociales para llevar la primera solidaridad y ayuda a los afectados: comida, bebida, ropa, acompañados de utensilios básicos para limpiar el lodo de calles y casas. Durante días, el Estado burgués estuvo totalmente ausente en la mayoría de las zonas afectadas. Se ha exagerado el papel de la UME y del ejército, y se ha tratado de oscurecer y menospreciar el papel de la gente común. Lo más destacado es que la indignación popular alcanzó el punto en que los monarcas fueron increpados y se les lanzó barro, en una visita a la localidad de Paiporta, dejando una referencia para el porvenir de desprecio hacia las más altas autoridades del Estado burgués.
Por miedo a la cólera popular, y para sostener los negocios empresariales de la zona, el gobierno de Sánchez ha tenido que anunciar importantes ayudas para reponer daños y pérdidas, de alrededor de 14.000 millones de euros, cuya aplicación real y efectiva habrá que ir viendo. Pero esta estimación se ha hecho por arriba. La evaluación de los daños reales, y el control y aplicación efectivos de las ayudas, debe hacerse desde abajo; a través de comités de barrio y de afectados. Nosotros estamos a favor de las ayudas, pero creemos que deben ser sufragadas por la clase capitalista; es decir, los bancos, grandes superficies (como Mercadona, Ikea, etc.), constructoras, empresas de telecomunicaciones, grandes y medianas empresas de la zona, que se han lucrado en años pasados a costa de la clase trabajadora. Que muestren sus libros de cuentas a los trabajadores y prueben que no tienen dinero. Fue por sus beneficios que no se detuvo la actividad económica. Ahora deben pagar por esto. Y aquellas grandes y medianas empresas que necesiten dinero del Estado para ser reflotadas, que sean nacionalizadas bajo el control de sus trabajadores.
Huelga general para echar a Mazón
El gobierno de Mazón está suspendido en el aire. Su amplio descrédito popular también está arrastrando al descrédito a la derecha en todo el Estado, fundamentalmente al PP, al mantener la defensa a capa y espada de la gestión de Mazón. El desastre de Valencia ha transformado todo el ambiente social y político en el País Valencià. Ahora es la derecha la que teme perder el gobierno de la Generalitat, tras haber conseguido PP-Vox mayoría absoluta hace año y medio.
A la manifestación masiva del pasado 9 de noviembre en Valencia, que nosotros estimamos en más de 200.000 personas, se ha sumado otra esta semana, el 30 de noviembre, convocada para exigir la dimisión de Mazón y que también promete ser masiva. La izquierda y los sindicatos deben impulsarla de manera seria y firme. Pero no es suficiente. Hay que dar un paso más para encauzar la cólera de la clase trabajadora valenciana contra TODOS los responsables: Govern y empresarios. Por ello, la medida más efectiva para hacer caer a este odiado gobierno de la derecha es convocar una huelga general de 24 horas, bien preparada, por parte de los sindicatos más importantes: CCOO, UGT y CGT, en colaboración con las organizaciones vecinales, y movimientos sociales de toda la región. Debemos exigirla e impulsarla con toda la fuerza posible.
¡Capitalismo criminal!
¡Mazón, dimisión ya!
¡Huelga general para echar a la derecha!
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