Polonia: derrota aplastante de la Plataforma Cívica en medio de un amplio estado de ánimo anti-sistema
Las recientes elecciones parlamentarias polacas (celebradas el 25 de octubre) dieron como resultado una victoria contundente para el partido Ley y Justicia (PiS), que se ha convertido en el primer partido post-soviético en ganar una mayoría absoluta en la legislatura (235 de 460 escaños).
El partido saliente, Plataforma Cívica (PO), que ha gobernado el país desde 2007, perdió un enorme porcentaje del 15,1% de sus votos, consiguiendo sólo 138 escaños en el parlamento. El partido PiS aumento el 7’7 % sus votos , mientras que una formación política nueva dirigida por la ex estrella de rock Pawel Kukiz consiguió el 8’8%, por lo que es el tercer partido del parlamento. El cuarto lugar en las elecciones también fue para una formación política nueva, llamada «Moderna», que ganó un 7,6% de los votos y 24 escaños.
Mientras tanto, hubo un malísimo resultado para la coalición de izquierda que no logro el 8 % necesario para entrar en el Parlamento, dejando a la izquierda sin representación en la legislatura por primera vez desde la caída del “comunismo”. Razem, un nuevo partido de izquierda que sigue el modelo de Podemos en España, no se presentó como parte de la coalición Izquierda Unida y consiguió apenas el 3,8% de los votos (por debajo del umbral del 5% para los partidos individuales).
La prensa internacional se ha apresurado a etiquetar esto como un giro hacia la derecha en la política polaca. De alguna manera esto parece estar justificado porque PiS es radicalmente reaccionario en relación a su postura fuertemente pro-católica, oposición al aborto, al matrimonio gay, etc. El partido también tiene una fuerte vena nacionalista , que se manifiesta en una actitud espinosa tanto hacia Rusia y la UE, así como su hostilidad a la aceptación de refugiados.
Sin embargo, limitar el análisis del resultado electoral como un giro a la derecha es superficial. El estado de ánimo anti-sistema que prevalece en la sociedad polaca se reflejó claramente durante estas elecciones. Este también fue el caso durante las elecciones presidenciales en Polonia a principios de este año, en las que el candidato del PiS, Duda, ganó y Kukiz surgió de la nada alcanzando el 20% los votos en una plataforma radical anti-establishment(o anti casta).
PiS ganó estas elecciones apoyándose en una plataforma con la promesa de revertir una medida impopular del PO que pretendía aumentar la edad de jubilación en dos años. Ellos plantean aumentar el gasto social, financiado con un impuesto a los bancos y a las grandes superficies comerciales. La campaña electoral del PiS se basó en poner de manifiesto la falta de tacto y la plaga de escándalos de la Plataforma Cívica, y utilizar una retórica anti-UE como la defensa de que a los polacos se les deba permitir tomar sus propias decisiones.
Lo que demuestra que el voto al PiS era un voto contra los que defienden abiertamente a la clase dominante, como la Plataforma Cívica, es que, aunque este partido presidía una economía relativamente saludable durante su gobierno, no sirvió este crecimiento económico para mejorar las vidas de la gente común.
Asimismo, los buenos resultados electorales de Kukiz y Moderna son expresiones de este mismo proceso. Una de las reivindicaciones de Kukiz era crear un sistema de elección parlamentaria al estilo británico, la justificación era que permitiría a la gente un mayor control local, más directo sobre sus representantes que un sistema basado en listas. Además, como ex estrella de rock sin antecedentes políticos antes de las elecciones presidenciales a principios de este año , Kukiz es un anatema para la élite política que ha gobernado Polonia durante décadas. El voto para Kukiz es en gran parte un voto para arrancar el poder de manos de la casta política en favor de las personas comunes que quieren controlar sus propias vidas.
Mientras que las políticas económicas de Kukiz son similares a los de PiS, Moderna representa una polarización en el libre mercado, en la dirección ultra-neoliberal. Su líder, Petru, aboga por una política de un impuesto único del 16% y se basaba en en lo que defendía la Plataforma Cívica antes de «quemarse » para mantenerse en el poder. De una manera muy distorsionada esto también fue un voto en contra de la clase dominante
En estas condiciones, parecería natural que los partidos de izquierda pudiesen crecer como con Syriza en Grecia o de Podemos en España ¿Por qué esto no sucede en Polonia? La Alianza Democrática de Izquierda (SLD), sucesor del Partido Comunista, y partido de gobierno entre 1993-97 y 2001-05, se desacreditó a fondo a los ojos de muchos polacos debido a los escándalos de corrupción y a su craso oportunismo. El SLD formó en una alianza con el denominado Vuestro Movimiento, que venía del Movimiento Palikot – una formación que gira entorno a un hombre, un político procedente del PO que surgió de la nada para terminar tercero en la elección del 2011.
Razem, un nuevo partido político fundado en la imagen de Podemos en España, se negó correctamente a unirse a la alianza de la Izquierda Unida, con el argumento de que los que formaban esta alianza habían desacreditado a la izquierda en su totalidad. Sin embargo, como uno de los fundadores señaló en una entrevista en la revista Política Crítica en junio de este año, no se puede simplemente copiar y pegar un movimiento político. Podemos es la expresión política de los grandes movimientos sociales que han sacudido España desde 2008. Polonia, fue el único país de la UE en no sufrir la recesión en 2009, no ha experimentado un alza equivalente en la lucha de clases (aunque las huelgas y las manifestaciones han aumentado en los últimos años). Simplemente, declarar la formación de un nuevo partido de izquierda no es suficiente para ganar el apoyo – es necesario ser moldeado al calor de la lucha de clases y tiene que basarse en las ideas anticapitalistas revolucionarias, algo que Razem hasta ahora no ha logrado conseguir.
En ausencia de una alternativa de izquierda, el estado de ánimo general de frustración se ha canalizado a través de los partidos reaccionarios. Sin embargo, el hecho de que hayan tenido que utilizar demagógicamente consignas anti-sistema revelan su debilidad.
Estas elecciones han demostrado que Polonia no es inmune a la ola de ira que está arrasando en Europa y en el mundo. Esta es la frustración de una generación que están viendo como su futuro se tambalea al borde del agujero negro de la crisis capitalista. Donald Tusk, jefe del Consejo Europeo y ex primer ministro polaco, dijo recientemente que «la atmósfera [en Europa] es un poco similar a la época después de 1968, lo que puedo sentir, tal vez no es un estado de ánimo revolucionario, sino algo así como la impaciencia generalizada. Cuando la impaciencia no se convierte en algo individual, sino que es una expresión social de los sentimientos colectivos, esto es el principio de las revoluciones». Tusk, bien podría haber tenido a su país en mente al decir estas palabras.
Artículo original: http://www.marxist.com/polish-parliamentary-elections-civic-platform-booted-out-amidst-anti-establishment-mood.htm
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