Reseña de LA COCINA: la pésima experiencia de vida sin papeles 

LA COCINA, una película estrenando ahora del director Alonso Ruizpalacios se trata del envenenamiento racista que causa el empresariado respecto a los trabajadores hispanos en territorio yanki, más concretamente en un restaurante en Nueva York.

El protagonista, un mexicano que detesta su trabajo, pero que lo necesita porque su patrón le promete papeles en regla, es también un joven soñador que quiere tener una relación estable con una ciudadana estadounidense, con quien trabaja, pero que ésta no quiere tener una relación amorosa con un inmigrante que no tenga los papeles en regla.

La película muestra escenas de los extremos niveles de explotación y estrés que se puede experimentar en la hostelería. 

Se ven momentos de mucha tensión, los ritmos de trabajo son insufribles, la alienación. El jefe entra en la cocina vigilando bien, aumentando la presión, que no paran de elaborar más y más platos.

Hay un suceso en el que el administrador de cuentas tiene un error de contabilidad, falta dinero en la caja. El patrón acusa directamente al protagonista de haberle robado prejuzgándole por ser inmigrante, cuando luego se queda en evidencia que no ha sido así.

La película es surrealista y tiene momentos que desconectan de la realidad (por ejemplo se inunda la cocina, pero los trabajadores tienen que seguir trabajando). 

El director exagera dramáticamente para mostrar que tan pésimas y desesperantes son las condiciones. Muchos trabajadores de hostelería verían estas escenas y observarían sus propias experiencias laborales reflejadas. Muy a menudo nos enfrentamos acusaciones de robo por nuestros jefes o que nos exigen un ritmo de trabajo agobiante e inalcanzable que destroza nuestra calidad de vida.

La cocina / Filmadora, Panorama Global, Astrakan Film AB, Seine Pictures, Fifth Season

Hay que tener en cuenta que la película es en blanco y negro, y eso destaca que la vida del trabajador inmigrante en EEUU, es triste y desesperante. Por ejemplo vemos que hay escenas donde el protagonista hace uso de bromas, para darle un poco más de chispa al ambiente de estrés en la cocina, donde no paran de cocinar.

Otro aspecto importante que destaca la película es el tema de la inmigración y el estatus ilegal cuando no tiene papeles de regla en los EEUU. 11% de los empleados de restaurantes y bares en los EEUU son personas con un estatus migratorio irregular. Esto se traduce en 1.3 millones de trabajadores (https://www.lapatilla.com/). El protagonista es una representación de todos estos trabajadores no documentados, que no tienen voz porque, por un lado no pueden votar, y por otro lado si el gobierno les descubre les deportan. 

Hay mucha retórica en la derecha de deportar a los inmigrantes, o bloquear su llegada. Pero en realidad son una parte esencial de la fuerza laboral, porque los capitalistas pueden aprovechar de su situación precaria e inestable para pagarles menos, amenazarles y explotarles más. Otra película que toca este asunto en el contexto español es Calladita con una criada colombiana que trabaja para una familia rica en Catalunya.

Una de las cosas que más impacta es como todos los trabajadores, en los descansos, están tan reventados de trabajar, que lo que hacen es consumir alcohol en grandes cantidades. Pero es normal que actúen de esta manera puesto que están machacados, y necesitan olvidarse por un momento en que trabajo tan odiado tienen. 

En el capitalismo, los patrones solo tienen una única patria, que es el dinero. En cambio, los trabajadores tenemos un mundo que ganar, donde sea una labor reconfortante ir a producir para beneficio de toda la sociedad.

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