Vitoria-Gasteiz: la empresa “Análisis y Simulación” defiende la precariedad, ¡Los trabajadores se organizan!
Tras varios años encadenando despidos y salarios precarios, la empresa de ingeniería Análisis y Simulación (AyS) ataca de nuevo a la plantilla, negándose a aplicar la subida del IPC a los salarios. Con cerca de 100 trabajadores a nivel local, esta empresa situada en el Parque Tecnológico de Álava es propiedad de la multinacional holandesa ATS-Global, que tiene como accionista al gigante Rabobank.
La adquisición de AyS por parte de ATS-Global en 2019 no trajo nada bueno para la plantilla. Como sucede en estos casos, cuando un pez grande se come a otro pequeño no queda mucho más que migajas. La compra trajo despidos y una gerencia nefasta, que se tradujo en pérdidas económicas y rumores de supuestas corruptelas. Todo esto condujo al despido del gerente puesto a dedo por ATS-Global.
Ante esta situación, la plantilla decidió organizarse y crear un comité de empresa. Sin embargo, la composición del mismo es bastante peculiar. De los cinco miembros del comité una es la directora financiera de la empresa, mientras que otra es una persona también muy cercana a la dirección. Como es lógico, el papel que están jugando no es otro que el de desmotivar e intimidar a la plantilla, llegando a mentir y calumniar a algunos trabajadores, pedir “los nombres y apellidos” de aquellos trabajadores descontentos, e incluso declarar que “es normal” que las empresas despidan. Esto no es algo nuevo en el movimiento obrero. Las empresas siempre han intentado dinamitar y sabotear a los trabajadores, comprando a delegados sindicales, infiltrándose en el movimiento, etc. Es vergonzoso que sindicatos como CC.OO., al cual se encuentra afiliada esta parte del comité, permitan este tipo de actitudes reaccionarias. Lejos quedan aquellos años en los que CC.OO y UGT eran realmente combativos. Desde hace décadas se dedican a pactar con el gobierno de turno y a contener las movilizaciones obreras.
Mientras que los accionistas como Rabobank obtienen beneficios récords (4377 millones en 2023), los trabajadores de AyS pierden poder adquisitivo cada año que pasa, como el resto de trabajadores en el estado. Para paliar levemente la situación, que provoca que algunos trabajadores tengan que recurrir a empleos adicionales, estos pedían la aplicación de la subida del IPC a los salarios de forma generalizada. La respuesta de la parte reaccionaria del comité fue trasladar a la plantilla la “negativa rotunda” de la empresa, como simples portavoces de la compañía. Además, se encargaron de desmotivar cualquier intento de lucha, alegando razones económicas acompañadas de una retahíla de cifras, siglas y porcentajes destinados a desorientar y despistar a los trabajadores. La aplicación del IPC a los salarios debe ser independiente de la situación económica de la empresa en cuestión. Es un derecho básico y supone migajas comparado con los beneficios millonarios de las empresas. Estas ya aplican el IPC en las ventas a sus clientes, por lo que si no se ve reflejado en los salarios de la misma manera, implica beneficiarse a costa de la precariedad y la miseria de los trabajadores.
La minoría reaccionaria del comité planteó, como alternativa, que a partir de cierto porcentaje de beneficios se repartiera una porción de los mismos con la plantilla. Esto es una trampa para los trabajadores, ya que las cifras de beneficios pueden ser fácilmente maquilladas y falseadas por la dirección de la empresa. Además, resulta también bastante cómico el concepto en sí del “reparto de beneficios”, como si los mismos no los crearan única y exclusivamente los propios trabajadores con su esfuerzo y sudor. La totalidad del beneficio debería volver a los trabajadores. En cambio, el empresario se adueña de los mismos y devuelve una pequeña porción de estos como limosna a los trabajadores.
Ante la insistencia de la plantilla para luchar por la aplicación del IPC, se planteó una votación con dos opciones, vinculando la línea de actuación del comité al resultado de la misma. La primera opción sería la de plantear a AyS el reparto de beneficios, mientras que la segunda consistiría en continuar la lucha por la aplicación del IPC a los salarios, elevando el nivel de presión a la empresa.
El 21 de marzo se realizó la votación y la plantilla eligió seguir luchando por la aplicación del IPC, aunque esto suponga incluso ir a la huelga. La minoría reaccionaria ya adelantó que no lucharía por la opción del IPC si salía elegida. De hecho, han conseguido que la empresa despidiera a uno de los trabajadores que se atrevió a plantarles cara y denunciar su papel totalmente reaccionario y traidor.
Resulta sumamente lamentable la situación en la que se encuentran actualmente los sindicatos mayoritarios, como UGT y CCOO. Surgidos como herramientas de lucha y resistencia de la clase trabajadora, han ido degenerando enormemente hasta convertirse en meras caricaturas de lo que alguna vez fueron, pactando con la patronal y claudicando ante los gobiernos de derechas y sus reformas. A nivel de base, se traduce en permitir que las empresas tengan miembros de dirección dentro de los comités de empresa, para sabotear las luchas sindicales y la organización de los trabajadores.
La negativa reiterada a los aumentos salariales, que provoca que algunos trabajadores no puedan llegar a fin de mes y recurran a segundos empleos, ha agitado a la plantilla. Pero la gota que ha colmado el vaso ha sido el despido del compañero. La parte sana del comité, afiliada a los sindicatos LAB y ESK, ha exigido la readmisión del despedido y ha anunciado nuevas movilizaciones.
Este primer pulso de los trabajadores se ha hecho sentir y ha obtenido la primera victoria. Se trata de la directora financiera de la empresa, representante de los intereses de la compañía, que ha anunciado su dimisión del comité alegando “razones personales”. Realmente, su dimisión ha sido fruto de un intento de la empresa de retroceder y apaciguar a la plantilla, que no se va a dejar someter y ha anunciado un paro de 2 horas el día 14 de mayo, para concentrarse frente a la Delegación Territorial de Trabajo. La concentración coincidirá allí con el acto de conciliación del compañero despedido.
La lucha no va a acabar aquí. Los trabajadores de AyS no pararán hasta que el compañero sea readmitido y obtener unas condiciones laborales justas.
¡Despidos NO! ¡IPC SÍ o SÍ!
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