Vitoria-Gasteiz: Tras 60 días de huelga indefinida los trabajadores de Enviser fuerzan un cambio en la posición del Ayuntamiento

Los parques y jardines así como el anillo verde de la ciudad ofrecen un aspecto selvático, los 85 trabajadores del servicio secundan desde el 26 de marzo una huelga indefinida seguida masivamente por la plantilla de la subcontrata Enviser, empresa del grupo Urbaser, multinacional que se dedica a este tipo de servicios y que ha sido comprada por un fondo de capital estadounidense.

Negociar un convenio colectivo que acabe con la discriminación

La causa de esta lucha es la determinación de la plantilla de negociar un convenio propio para mejorar las actuales condiciones de trabajo y salario fijadas por el Convenio estatal de Jardinería firmado por CCOO y UGT. Este convenio condena a los trabajadores a percibir salarios que en poco sobrepasan el salario mínimo interprofesional (1240,55 euros es el salario base del jardinero en convenio), totalmente insuficiente dado el nivel de vida en Alava, que según la Seguridad Social tiene el salario medio más alto del estado español, 2.333 euros brutos mensuales. Además, su situación supone una flagrante discriminación con la plantilla de jardinería del Ayuntamiento ya que los trabajadores de la contrata, haciendo el mismo trabajo, perciben 10.000 euros menos de salario al año y trabajan 100 horas anuales más que los trabajadores en nómina municipal.

Reivindicaciones de la plantilla

La reivindicación central exigida por la plantilla es conseguir la equiparación con los trabajadores municipales. El Comité de empresa está formado por ELA, LAB y ESK.

Las demandas principales a Enviser son, un aumento de 3.000 euros lineales en 2025, el IPC +1,25% para los años 2026 y 2027. La jornada, también en la misma línea de equiparación a las 1592 horas anuales de los jardineros municipales, se reducirá a 1660 horas en 2025 y y 20 horas menos cada año en 2026 y 2027. 30 minutos de descanso de bocadillo. La percepción del 100% del salario en caso de IT por causa común como laboral. También la exigencia de 8 horas anuales para la celebración de asambleas. Se incluye también la regulación de la inaplicación del convenio.

La respuesta de la empresa ha sido una broma de mal gusto en opinión de la plantilla tras 60 días de huelga. La reacción de la concejala del área, Beatriz Altolazábal, del PNV tampoco tiene desperdicio, ya que estos responsables municipales que deliberadamente crearon el problema pagando salarios miserables y en malas condiciones de trabajo, arguyen ahora ante las exigencias de la plantilla, de a igual trabajo igual salario, que “los trabajadores no pueden pedir la equiparación, ya que para eso hace falta una oposición.” Hay que ser cínica para decirlo, precisamente unos partidos que plagan las instituciones de cargos de “confianza” y no precisamente remunerados con el salario de un convenio estatal.

El Ayuntamiento apuesta por la explotación

El Convenio estatal, que justamente alcanza el SMI, fue la referencia salarial elegida por el equipo de gobierno del Ayuntamiento, PSOE y PNV, para la subcontratación del servicio. No incluyeron una referencia digna, ajustada al coste de vida en Euskadi, como el convenio de los trabajadores del municipio u otra referencia que incluyese la situación real del territorio donde los trabajadores van a prestar su trabajo.

Esta decisión, aunque “legal”, pone de manifiesto la apuesta por abaratar los salarios e incrementar la explotación de los trabajadores por parte del equipo de gobierno PSOE PNV y facilitar además jugosos negocios con servicios públicos a empresas que parasitan las instituciones. Política que también va acompañada de la progresiva amortización de los puestos de trabajo de los jardineros en plantilla municipales según se van jubilando.

Los trabajadores responsabilizan al Ayuntamiento de su situación “por permitir condiciones vergonzosas”. Los responsables municipales, que han provocado este conflicto al incluirlas, se lavan las manos y afirman que no es su problema, dicen que los trabajadores deben negociar con la empresa y que ellos no pueden “interferir”. La manifestación más evidente de la desidia municipal y su falta de interés en resolver este conflicto es que la responsable municipal del área, la concejal del PNV, ha tardado 42 intensos días de huelga para recibir al comité de empresa y soltarles ese mantra de su “irresponsabilidad” detrás del que se parapetan mientras sigue la huelga.

La empresa afirma a los trabajadores que no puede ofrecer ninguna mejora en el convenio sin el visto bueno del Ayuntamiento, cosa que este niega. Lo que a mi entender significa que, como la empresa aplica escrupulosamente las condiciones pactadas en la concesión del servicio que ha impuesto el Ayuntamiento, cualquier incremento sobre esos costes tendrán que ser aportados por las arcas municipales, a lo que se niega el Ayuntamiento.

Esta situación de parálisis en la negociación causada por la dirección de Enviser, que no quiere alterar ni un céntimo el coste de la contrata, está haciendo plantearse al Ayuntamiento según publica el periódico El Correo la posibilidad de rescisión pactada con Enviser ya que la contrata caduca en 2027. Rescisión que será ventajosa para la subcontrata, que exigirá compensaciones, que pagaremos entre todos con nuestros impuestos, por el “chollo” que pierde.

La lucha sirve

El 60 día de huelga, el día que la plantilla expresaba en las calles de Vitoria con una manifestación su decisión de seguir la lucha y lo hacia arropada por mas de 100 comités de empresa y colectivos sociales, la dirección de la empresa se ha reunido con el comité y les ha comunicado “ la voluntad de Enviser de rescindir de mutuo acuerdo con el Ayuntamiento el contrato vigente, ya que según sus palabras los números no les permiten abordar las reivindicaciones de la plantilla.”

Este movimiento según el comité “podría acercar la solución al conflicto si en el nuevo pliego se ven reflejadas las condiciones exigidas por la plantilla”. Por ello el comité ha pedido una reunión urgente al Ayuntamiento para conocer el tiempo necesario para sacar el nuevo pliego de contratación.

Esta nueva situación nos demuestra que la lucha decidida ha sido capaz de romper la política municipal de subcontratación con bajos salarios y malas condiciones de trabajo, ha hecho retroceder al Ayuntamiento y le fuerza a mejorar sustancialmente las condiciones de contratación. Hasta que se consigan y queden nítidamente escritas esas nuevas condiciones, la lucha debe continuar.

La huelga, una necesidad para negociar nuestro convenio – Entrevista a M., trabajador de Enviser

“Decidimos convocar la huelga por la ausencia de respuesta de la empresa ante nuestras propuestas de convenio. La dirección, en las reuniones con el comité, era tan despectiva que ni discutía, ni siquiera recogía de la mesa nuestras propuestas de convenio, así durante un año. Por lo que decidimos en asamblea que la primavera de 2025 era el momento adecuado para presionar con una huelga y que se viera que había un problema”.

¿Cómo se decide la plataforma reivindicativa y como lo asume la plantilla?

“La plataforma ha sido fácil de asumir, aquí la explotación es general y por eso la plantilla ha secundado la huelga en masa, porque si te pagan mal pero tienes un trabajo agradable, la jardinería es un trabajo vocacional y nos gusta nuestro trabajo, lo valoras y dices, no tendré un buen salario pero tengo un trabajo al aire libre que me gusta, no estoy en un taller de mecanizado que acaba por anularte como persona.

Pero estamos trabajando por un sueldo miserable y encima te presionan con exigencias de más rendimiento. Hay partes del contrato por ejemplo que no se están cumpliendo, si tiene que haber 18 trabajadores hay 9 y esos 9 tienen que hacer el trabajo de los 18. Por lo tanto, te tienen presionado y decides ir a la huelga, lo tienes claro. La huelga ha sido una necesidad y eso ha quedado claro al ver como toda la plantilla ha secundado masivamente la huelga. Normalmente siempre hay gente que no se moja, pero aquí ha sido general, porque todos vemos que no nos llega, y encima estamos presionados, por ejemplo a los que van a segar a metros cuadrados se les aprieta un montón. La presión llega hasta el extremo de que incluso el propio gerente, que cobra 80000 euros anuales, pasa por los tajos de vez en cuando para que se respeten escrupulosamente los 15 minutos de tiempo de bocadillo.”

¿Cuántos trabajadores están afiliados a los sindicatos?

“La afiliación es masiva, nos fuimos preparando para esta lucha desde el año pasado y estamos afiliados a sindicatos con caja de resistencia”.

¿Las decisiones se toman en asambleas?

“Si, la asistencia es masiva y la decisión de mantener la huelga es unánime ante la actitud de la empresa y el ayuntamiento. Hacemos asambleas antes y después de las reuniones con Enviser”

¿Cómo defendéis la huelga?

“Tenemos piquetes informativos desde el primer día de huelga, nos juntamos ante la puerta de la empresa a las 6,30, antes de que abran, como medida de presión. Sabemos que no va nadie, pero es una actitud activa que queremos mantener para defender la huelga. También la utilizamos para planificar las actividades de la huelga, tenemos un calendario semanal, aparte del piquete cada mañana hacemos caravanas de coches, reparto de propaganda, manifestaciones desde el pabellón hasta el centro, concentraciones frente al ayuntamiento etc… Que sientan nuestra presión. Ahora vamos a coordinarnos con otros colectivos en lucha, que han venido a apoyarnos, para dar mas fuerza a nuestras reivindicaciones y a sus luchas.”

La lucha por un convenio digno en Enviser es una lucha también política porque os enfrentáis a la decisión municipal de privatizar servicios públicos. Pero estas luchas aisladas forman parte de un todo que es la creciente privatización de los servicios públicos como la sanidad, la educación, las residencias de ancianos y múltiples servicios que con el visto bueno de los representantes políticos se están privatizando, con el resultado de mayor explotación para las plantillas, peores servicios para los trabajadores y boyantes negocios para las empresas. Para hacer frente a esta masiva privatización no podemos ir servicio a servicio, empresa a empresa. ¿ No piensas que sería mucho mas eficaz para revertir esas privatizaciones y defender unos servicios públicos y de calidad el llamamiento a una huelga general?

“Si, nosotros estamos en una situación de emergencia y vamos a por lo nuestro, pero en realidad lo que habría que hacer es una movilización general de todos los sectores, especialmente de los servicios públicos que es el que se está privatizando”.

Vemos cómo se degrada nuestro trabajo, se destruyen nuestros derechos sociales, cómo hay que luchar duramente para mantenerlos, mientras no hay problema para dedicar ingentes cantidades a gastos militares que nos llevan a la destrucción. Vemos cómo las alternativas políticas para cambiar esta situación en el mejor de los casos aspiran a remendar el sistema. ¿Te has preguntado sobre la necesidad de luchar por una sociedad que elimine todas estas lacras, una sociedad comunista?

“Pues claro. Me parece muy importante, la lucha enseña, la lucha empodera, yo me siento mucho mejor con lo que estoy haciendo, me ha cambiado como persona esta lucha, ha sido como un avance en mi persona, en mi comprensión de cómo te planteas todo, de cómo funciona este sistema. Yo lucho por el presente, que me afecta ahora, pero esto es un problema, una lacra global, yo puedo arreglar mi situación, pero de qué me sirve cobrar 200 o 300 euros mas si luego voy a ir a Osakidetza (Servicio Vasco de Salud) y voy a tener una lista de 8 meses de espera para un especialista o dos semanas para ir al médico general. Cada vez es mas evidente para los trabajadores que esta situación no tiene mas solución que un cambio radical.”

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