“50 años de España en libertad”, 50 años de franquismo sin Franco

Pedro Sánchez presentó el pasado 8 de enero la programación de actos oficiales que, con el nombre “España en libertad: 50 años”, van a llevarse a cabo para conmemorar la muerte del dictador Francisco Franco y el inicio del proceso conocido como la Transición. Según el Gobierno, el objetivo de esta campaña es “recordar y celebrar los importantes avances logrados en las últimas cinco décadas, homenajear a los muchos colectivos sociales e instituciones que los han hecho posibles y transmitir el valor de la democracia en un momento en el que ésta da signos de retroceso en buena parte de Occidente”.

Los comunistas revolucionarios estamos, por supuesto, a favor de conmemorar la muerte de Franco y estudiar en profundidad el proceso de la Transición. Nuestra organización lleva décadas editando artículos, folletos y libros, organizando actos públicos y produciendo material audiovisual con un análisis marxista de aquellos acontecimientos tan decisivos como permanentemente tergiversados. Lamentablemente, esto último es lo que nos ofrece el gobierno de PSOE y Sumar.

La lucha por los derechos democráticos y sociales que se inició en los años 60 y adquirió un carácter revolucionario con la muerte de Franco, tuvo un protagonista claro y rotundo: las masas de la clase obrera. Estas entraron en combate contra la dictadura y por una mejora significativa de sus condiciones de vida a través de sus propios organismos de lucha, sindicatos y partidos, donde los dirigentes de las principales organizaciones de masas –CCOO, UGT, PCE y PSOE– terminaron por traicionar aquella lucha para forjar, junto con la burguesía y el aparato del Estado franquista, el andamiaje institucional y empresarial que conocemos como el régimen del 78, con el rey Juan Carlos a la cabeza. Este es, en esencia, el mismo aparato de Estado y las mismas cien familias del capitalismo español que sostuvieron la dictadura, simplemente con una capa añadida de democracia formal que permite votar cada cuatro años mientras las altas esferas deciden lo que realmente pasa.

Las luchas de masas de la Transición supusieron, en sus momentos de mayor auge, una verdadera amenaza para el capitalismo español. Al mismo tiempo, la lucha por los derechos democráticos de las nacionalidades oprimidas suponía una amenaza para el prestigio y los intereses materiales del aparato del Estado. La Transición no fue “pacífica” ni “ejemplar”. La burguesía y el aparato del Estado respondieron con una represión que dejó centenares de muertos provocados por los cuerpos represivos y las bandas terroristas de ultraderecha vinculadas al aparato del Estado. La impunidad de estos crímenes quedó garantizada por la Ley de Amnistía de 1977 y por la complicidad e inacción de jueces y policías en los años siguientes.

La Transición no fue “pacífica” ni “ejemplar”. La burguesía y el aparato del Estado respondieron con una represión que dejó centenares de muertos provocados por los cuerpos represivos y las bandas terroristas de ultraderecha vinculadas al aparato del Estado / UL

Recientemente, el gobierno anunció la desclasificación del expediente sobre el asesinato del joven Manuel José García Caparrós, asesinado en Málaga por un disparo policial en la manifestación del 4 de diciembre de 1977. Sin embargo, en dicho expediente aparecen tachados los nombres de los presuntos responsables de su muerte. Este es un ejemplo, junto a decenas más, de la impunidad con que gozan los responsables de los crímenes de Estado que tuvieron lugar en aquellos años.

Ahora, el gobierno vincula la conmemoración de la Transición a la amenaza de la extrema derecha en España y a escala global. Este es un nuevo ejemplo de cómo la izquierda reformista utiliza el espantajo de la ultraderecha para forzar a la clase trabajadora a aceptar las migajas que el capital pueda entregarles por miedo a algo mucho peor. La campaña, en definitiva, contribuye nuevamente a tergiversar aquellos acontecimientos históricos y a ocultar a sus verdaderos protagonistas, su carácter revolucionario, a ensalzar la corrupta monarquía borbónica transmitida por el franquismo, y a legitimar la gran traición que dio lugar al régimen del 78.

La única forma de barrer todos los vestigios del franquismo, todo el aparato estatal nacido de este y bendecido por el pacto de la Transición, empezando por la monarquía, es con una nueva oleada revolucionaria que cuente, esta vez sí, con una dirección revolucionaria a la altura de sus tareas históricas, que sea capaz de llevar a la clase trabajadora a la victoria decisiva. En esta tarea está empeñada la Organización Comunista Revolucionaria. ¡Únete a nosotros para hacerla realidad!

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