Acaban las acampadas, pero no la lucha

Durante los meses de mayo y junio, hemos visto cómo el movimiento de acampadas de los EEUU ha contagiado una oleada en todo el Estado Español y otros países, convirtiéndose rápidamente en un movimiento internacional con un mismo objetivo: luchar contra el genocidio en Gaza. Esto ha demostrado la fuerza de estudiantes en todo el Estado, incluso  consiguiendo victorias parciales inesperadas en Jaén y Granada, entre otras.

Sin embargo, el movimiento, que se ha desarrollado de manera desigual, ha ido cayendo últimamente, en algunos casos tras victorias parciales sobre las exigencias a sus universidades, otros por cansancio acumulado y desgaste. La manera de desarrollarlo habría sido coordinando el movimiento a nivel estatal e internacional, ya que por norma general han predominado criterios locales (exámenes, victorias parciales…) y eso ha provocado la retirada antes de tiempo de algunas zonas (como Euskadi o Granada) y la continuación sin fuerzas de otras (Huelva o Madrid). Esto revela claramente cuál debe ser la prioridad: escalar el movimiento.

Las acciones mediáticas de un pequeño sector de los estudiantes tienen su impacto, pero no atacan la raíz de la cuestión, es necesario expandir el movimiento a sectores más amplios de la clase, empezando por profesores y trabajadores de la universidad, hasta llegar a sindicatos y trabajadores, es decir, necesitamos un movimiento de masas: huelgas, manifestaciones, piquetes, bloqueos, etc. de estudiantes y trabajadores unidos.

Es importante señalar que ha habido varios casos de represión policial (Valencia, Mallorca, Madrid, Sevilla…) con los que nos solidarizamos, pues debemos hacer frente a los ataques de la clase dominante, pero teniendo en cuenta que nuestra mejor arma es intensificar el movimiento. Una acción potente, como ocupar un edificio, con pocas fuerzas, supone un callejón sin salida. Cuantos más seamos, mejor podremos responder a la represión.

Es necesario expandir el movimiento a sectores más amplios de la clase / Fermín Rodríguez, Twitter

No obstante, a pesar del sacrificio de los dirigentes y participantes, y la euforia por los acuerdos conseguidos, estos logros son temporales. Nosotros celebramos estas victorias, pero subrayamos la necesidad y posibilidad de ir más allá si realmente queremos acabar con el genocidio y con la opresión del pueblo palestino. Debemos recordar, ante la impotencia de quienes se limitan a actos simbólicos, que la clase obrera sí tiene la capacidad de paralizar la producción armamentística y de hacer tambalear el dominio del imperialismo y del sionismo.

Poco a poco, las acampadas se han ido desconvocando, alegando que la lucha sigue bajo otras formas. Esto es cierto, el movimiento está dando un paso atrás en todo el mundo. Debemos reponer fuerzas para no agotarnos y prepararnos para volver con más firmeza, seguir significaría ahogar el movimiento. Es momento de sacar lecciones y preparar la lucha a un nivel superior cuando vuelva, porque volverá sin duda. Mientras exista el capitalismo, no habrá paz. Esto solo ha sido el principio.

Hoy más que nunca, es imprescindible dar una forma organizativa a la lucha que compartimos la clase obrera a nivel internacional. Por eso, hemos lanzado la Internacional Comunista Revolucionaria, para acabar con este sistema genocida y explotador. Estamos dispuestos a destruir el sistema para vivir en un mundo mejor. ¡Ayúdanos a construir la Internacional! ¡La lucha por Palestina sigue! ¡Abajo el capitalismo y el imperialismo sigue! ¡Intifada mundial hasta la victoria!

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