Ante las concesiones a empresarios rusos ¿qué tiene Cuba que aprender de la restauración capitalista en Rusia?

En los últimos días se han hecho una serie de anuncios públicos acerca de inversiones de empresarios rusos en Cuba. «Nos están dando trato preferencial, el camino está allanado», declaró Boris Titov, el jefe de la delegación rusa en la clausura del Foro Económico Empresarial Cuba-Rusia.

Las condiciones ofrecidas a los capitalistas rusos son muy favorables para estos: concesiones de tierra de 30 años, más largas que las que hasta ahora regían, la exención de impuestos en la importación de maquinaria y la repatriación de beneficios.

Pero esto no es todo. Los capitalistas rusos, encabezados por el oligarca Titov, cuyo título oficial en Rusia es Defensor de los Intereses de los Empresarios, exigen más, y así lo refleja una nota de la agencia de notícias rusa Interfax del 19 de mayo. En la nota el propio Titov, después de felicitarse por las condiciones ofrecidas ya, lo dice claro:

«Pero también nos gustaría ver nuevas medidas. Hasta ahora no se ha resuelto la cuestión de las preferencias fiscales, la política de personal independiente de los empleadores rusos en Cuba, incluido el derecho a la libre contratación y liberación de empleados, el acceso preferencial de las empresas rusas a la contratación pública de la República de Cuba (para una lista separada de bienes). Esperamos que en un futuro próximo se produzcan avances en estas cuestiones y todo el conjunto de preferencias quede consagrado por ley». (“Titov: investors from the Russian Federation plan to develop about 30 new projects in Cuba, including the assembly of UAZ”, Interfax RU, 19 de mayo))

Lean bien. Donde dice “preferencias fiscales”, hay que leer “no pagar impuestos, o pagar menos”. Donde dice “política de personal independiente”, quiere decir salirse del sistema actual en el que las empresas extranjeras contratan personal a través del estado cubano (que se queda con parte de los ingresos). Uno de los puntos más graves es cuando Titov y los capitalistas rusos exigen el “derecho a la libre contratación y liberación de empleados», es decir, están pidiendo el libre despido, sin derechos para los trabajadores. Y finalmente, cuando el Defensor de los Empresarios rusos habla de “acceso preferencial a la contratación pública” quiere decir que el estado cubano contrate solo (o preferentemente) con empresas rusas, garantizándoles así sus negocios. Todo esto, exige que esté “consagrado por ley”.

Son condiciones draconianas. Para hablar claro, son el tipo de condiciones que un país imperialista (y Rusia lo es, aunque con sus limitaciones) quisiera imponer a uno dominado.

Lo primero que hay que decir a la hora de comentar esta notícia es que Cuba tiene el derecho a comerciar con quien quiera comerciar con Cuba. Es escandaloso que la prensa gusana ahora ponga el grito en el cielo y se presente como defensora de la soberanía de Cuba, cuando ellos son los que quisieran que la patria estuviera de nuevo bajo la bota de Washington.

Ahora bien, desde el punto de vista de la clase obrera cubana, y desde el punto de vista de la clase obrera y los revolucionarios a nivel internacional es necesario e imprescindible, cuestionar y preguntarse acerca de estas y otras medidas tomadas por el gobierno cubano, que representan concesiones al capitalismo y al mercado, nacional e internacional. ¿Sirven para defender la revolución cubana? ¿Son necesarias estas concesiones? ¿Son el camino a seguir para salir de la crisis económica tan grave a la que se enfrenta la isla?

La situación económica en Cuba es grave. Muy grave. No hay duda. Los motivos son varios, estructurales y coyunturales, ya lo hemos explicado en detalle en otras partes (“¿Qué implica el Ordenamiento monetario en Cuba?”, Jorge Martín, 17 noviembre 2020). Tienen que ver por un lado con el bloqueo imperialista, el aislamiento de la revolución en un país atrasado, el impacto de la pandemia, de la crisis en Venezuela, la intensificación del estrangulamiento imperialista bajo Trump (que Biden ha mantenido en gran medida). Y además con la burocracia, la corrupción y el despilfarro que son consecuencia de lo anterior, pero que agravan la situación. Esto no es un análisis a fondo, sino una enumeración de factores.

Esta situación lleva a un agravamiento de la escasez, la inflación, el desespero, la erosión y el deterioro de las conquistas de la revolución en los terrenos de la salud, la vivienda, la educación, la falta de perspectivas, la migración masiva, etc.

Un compañero cubano hace unos días me decía: “la situación económica y social es tan desesperada y grave, se ha deteriorado tanto, que hasta yo vería con buenos ojos que al menos en el comercio interior, por vía de inversión extranjera, se llenara esto de tiendas rusas y chinas…Es que hay un desabastecimiento total, cero, no hay nada. Y no se vislumbra una esperanza de mejoría, que es lo peor”

Bien. Ante esta situación tan grave ¿se justifican estas medidas? ¿Acaso los bolcheviques bajo Lenin (y Trotsky) no aplicaron la NEP, dicen algunos?

Las concesiones pueden ser necesarias para atraer inversores y reactivar la economía. Se puede discutir cuántas concesiones y hasta dónde. Pero Lenin nunca planteó la NEP como una panacea, como el método milagroso para «liberar las fuerzas productivas». Los bolcheviques explicaron claramente que era un retroceso, un paso atrás, concesiones peligrosas al capitalismo que conllevaban grandes riesgos.

Y por lo tanto aplicaron una serie de medidas para contrarrestar sus efectos. Entre ellas fortalecer el monopolio estatal del comercio exterior, el poder obrero y la lucha contra la burocracia, además de dar una batalla ideológica para armar a obreros y campesinos, siempre con la perspectiva de la revolución internacional.

En lugar de esto, la perspectiva que parece que se está planteando en Cuba es una de ir por el camino de China y Vietnam que, vamos a estar claros, llevó a la restauración del capitalismo, el aumento brutal de las desigualdades sociales y la concentración extrema de la riqueza y el capital en unas pocas manos, además de la destrucción de muchas de las conquistas de la revolución en ambos países.

O peor, una vía rusa a la restauración capitalista. En algunas de las reuniones recientes entre Rusia y Cuba se ha hablado de aprender y aplicar las lecciones de la economía rusa a la economía cubana (!!). En otra nota de Interfax de enero de este año se anunciaba que:

Durante una reunión en La Habana entre el presidente cubano Miguel Díaz-Canel y Boris Titov, comisionado para los Derechos de los Empresarios del presidente de Rusia, titular del Consejo Empresarial Rusia-Cuba, se tomó la decisión de establecer conjuntamente un «Centro de Transformación Económica “, que preparará transformaciones económicas en Cuba basadas en el desarrollo de la empresa privada.

«El centro de expertos conjunto incluirá, por parte cubana, representantes de ministerios clave y el Banco Central, y por parte rusa, expertos del Instituto Stolypin para la Economía del Crecimiento, el Centro de Investigación Estratégica y el Instituto de Pronósticos Económicos de Rusia. Academia de Ciencias», se le dijo a Interfax en el servicio de prensa del defensor empresarial. (El Instituto Stolypin se convirtió en partícipe del programa de transformación de mercado de la economía cubana, Interfax RU, 19 de enero 2023)

“Transformaciones económicas en Cuba basadas en el desarrollo de la empresa privada”. Lean esto bien. Lo que se propone es usar el modelo de Rusia para transformar la economía cubana.

La restauración del capitalismo en la Unión Soviética fue un auténtico desastre. Una catástrofe en todos los aspectos; político, social, cultural, pero también económico. La economía sufrió una brutal contracción que provocó un colapso generalizado del nivel de vida, una disminución sin precedentes de la esperanza de vida, etc. Además del desmantelamiento de todas las ventajas sociales que la URSS garantizaba, a pesar del carácter estalinista y burocrático del régimen.

Por cierto, que ese proceso es la respuesta más clara a los que en su día defendían que la URSS era “capitalismo de estado” y que por lo tanto no había nada que defender, ya que la restauración capitalista no sería un “paso atrás”, sino un “paso al costado” de un tipo de capitalismo (“de estado”) a otro (“privado”), una alternativa ante la que, según ellos, la clase obrera no debía tomar partido. Lamentablemente parece existen hoy en Cuba algunos socialistas que afirman que lo que hay en la isla es “capitalismo de estado” una teoría que desarma a los revolucionarios e impide la defensa de las conquistas de la revolución.

El caos de la restauración capitalista en Rusia, dirigido y azuzado por los asesores del capitalismo mundial, fue acompañado por un proceso de saqueo de la propiedad estatal, un proceso violento en el que los antiguos burócratas del PCUS se convirtieron en propietarios de los medios de producción, de las empresas, de las concesiones energéticas, etc. A través de métodos mafiosos, de la eliminación física de adversarios empresariales, un proceso de acumulación de capital se abrió paso, en el que un puñado de oligarcas emergieron quedándose con el control de la economía rusa. La clase obrera pagó y sigue pagando un precio muy alto.

Quizás en Cuba algunos en la burocracia piensan que tiene algo que aprender de ese proceso. De cómo los antiguos dirigentes del partido “comunista” (Yeltsin, Chernomyrdin, Chubais, el propio Putin) se convirtieron en poderosos empresarios, gerentes y operadores políticos en la nueva Rusia capitalista.

La carrera del propio Boris Titov es un ejemplo de ello. Titov pasó de ser un alto funcionario del régimen estalinista (vinculado a la exportación de productos petroquímicos) y directivo de una empresa conjunta soviético-holandesa. Después de dos años en esa empresa estatal emergió misteriosamente como propietario de una empresa dominante en el sector de lubricantes y solventes. Defensor a ultranza del liberalismo económico y destacado político conservador, fundó el Instituto Stolypin. El Instituto toma su nombre del primer ministro zarista Pyotr Stolypin, que durante su mandato de 1906 a 1911, trató de aplicar reformas económicas capitalistas para reactivar la economía del Imperio Ruso al mismo tiempo que utilizaba las medidas más brutales para aplastar al movimiento obrero, que acababa de protagonizar la revolución de 1905.

Si la clase obrera y el pueblo trabajador cubano tienen algo que aprender de la restauración capitalista en Rusia, es el hecho de que fue un desastre absoluto para los trabajadores.

No es por casualidad que las declaraciones más atrevidas de Titov no han sido reproducidas en la prensa cubana y hay que buscarlas en la prensa rusa.

Es urgente abrir un debate en Cuba acerca de estas cuestiones y decir claro y alto: la democracia obrera y el internacionalismo proletario son la única manera de defender las conquistas de la revolución, defenderlas contra el cerco imperialista y el mercado capitalista mundial, y defenderlas también contra cualquier intento de restaurar el capitalismo por la vía china o vietnamita (o peor, la vía rusa).

Aquí el texto completo en español de la nota de Interfax:

«Titov: los inversores rusos planean desarrollar unos 30 nuevos proyectos en Cuba, incluido el ensamblaje de UAZ

(original en ruso: https://www.interfax-russia.ru/…/titov-investory-iz-rf…)

19 de mayo. Interfax-Russia.ru – Alrededor de 30 proyectos manufactureros planean desarrollar los inversionistas rusos en Cuba, informó el servicio de prensa del Comisionado Presidencial ruso para la Protección de los Derechos de los Empresarios, Boris Titov, quien también es jefe del Consejo Empresarial Rusia-Cuba.

«Al margen de la comisión intergubernamental tuvo lugar el foro «Diálogo Empresarial Rusia – Cuba» organizado por nuestro consejo empresarial. En él participaron 46 empresas rusas. Y si antes del foro nuestra cartera constaba de 11 proyectos de inversión, después del foro fueron cerca de 30″, – el servicio de prensa cita las palabras del defensor de negocios después de la reunión de la comisión intergubernamental sobre la cooperación comercial, económica, científica y técnica entre Rusia y la República de Cuba celebrada el jueves en La Habana.

Según Titov, se discutió, por ejemplo, sobre la organización del montaje de vehículos UAZ en Cuba, sobre la venta de automóviles de fabricación rusa, sobre la creación de un centro de servicios para su reparación y mantenimiento.

«Se elaboraron proyectos para la construcción de una planta de energía solar, la reconstrucción de empresas de industria ligera, la organización de la producción de materiales de construcción, harina, zumos, bebidas alcohólicas, el procesamiento de torta de soja y caña de azúcar, que es especialmente importante para la economía cubana, a cambio de suministros de fertilizantes minerales de Rusia», dijo el comisario.

También hablaron de empresas conjuntas para desarrollar varias zonas hoteleras y turísticas. «Ya podemos ver formas concretas de abrir restaurantes, primero en La Habana y luego en otras ciudades cubanas. Por supuesto, el tema de interés para casi todos los participantes en el Consejo Empresarial es el establecimiento de una casa comercial ruso-cubana. Esto podría ser realmente un paso decisivo en el suministro de productos rusos al mercado cubano. Por supuesto, hay problemas logísticos, debemos trabajar en la reducción de los costes de flete, poner en línea buques rusos y cubanos», – dijo Titov.

También se refirió a la digitalización. Según él, Rusia tiene mucha experiencia en la creación de superservicios digitales, que ayudan a los empresarios a ponerse en contacto tanto con el Estado como entre sí con el mínimo esfuerzo. «Esto se aplica al registro de empresas, al pago de impuestos y a todo tipo de servicios financieros. La parte cubana ha confirmado su voluntad de adaptar tales productos. Además, los especialistas del centro bilateral de expertos sobre la transformación de la economía cubana, creado con nuestra participación, creen que la digitalización puede convertirse en un motor de las reformas del mercado, ayudar a Cuba a reducir el movimiento de dólares en efectivo y la economía sumergida en general», dijo Titov.

El comisario señaló que las autoridades cubanas están dispuestas a conceder condiciones especiales a los empresarios rusos: arrendamiento de tierras a largo plazo, importación libre de impuestos de maquinaria agrícola y apoyo a una casa comercial.

«Pero también nos gustaría ver nuevas medidas. Hasta ahora no se ha resuelto la cuestión de las preferencias fiscales, la política de personal independiente de los empleadores rusos en Cuba, incluido el derecho a la libre contratación y liberación de empleados, el acceso preferencial de las empresas rusas a la contratación pública de la República de Cuba (para una lista separada de bienes). Esperamos que en un futuro próximo se produzcan avances en estas cuestiones y todo el conjunto de preferencias quede consagrado por ley», resumió Titov.»

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