Brasil, un país con mucha pobreza y desigualdad
Siempre está bien desconfiar de las propagandas, ya que su función es vendernos productos, exaltando las virtudes y disminuyendo, u omitiendo, los defectos. En el caso de las propagandas gubernamentales deberíamos tener un gran cuidado en separar la verdad de lo que es exagerado o es pura mentira, comparando lo que nos venden con la realidad.