Crecen la pobreza y la desigualdad

El pasado 26 de febrero, el Instituto Nacional de Estadística (INE) sacó a relucir los resultados de la encuesta de condiciones de vida que se realiza cada año a los hogares de la Unión Europea. Esta encuesta, realizada en 2023, proporciona información acerca de la renta, el nivel y composición de la pobreza.

Revela entre otras cuestiones que el porcentaje de la población en riesgo de pobreza o exclusión social se encuentra en un 26,5%, un 5% más que en 2022. El porcentaje de población con carencia material y social aumentó en más de un 2%, situándose en el 9%, y aunque el porcentaje del ingreso medio ha aumentado un 8,3%, también lo ha hecho la dificultad de la población para llegar a fin de mes, siendo de un 9,3 %, un 0,6% más que en 2022.

Por otro lado, el 37,1% no pudo afrontar gastos imprevistos, cifra que en 2022 se situaba en un 35,5%. Además, más de un tercio de la población no puede permitirse ir de vacaciones al menos una semana al año. Este porcentaje fue 0,4% menor en 2022.

Las cifras corroboran que el incremento de los precios de los alimentos se ha cebado con las familias más vulnerables y los más jóvenes. Ello ha aumentado la cesta familiar hasta llegar a costar más de un 30%. La cesta de la compra cuesta 245 euros más de media, y en este sentido, más del 90% de la población ha modificado sus hábitos de consumo por una dieta más pobre.

Los salarios en términos reales han perdido poder adquisitivo un 4%. Esto nos recuerda los peores momentos de la crisis del 2008.

Aunque en 2023 hubo un incremento de 783.000 ocupados más, y una tasa de paro del 11,76 %, un trabajo remunerado no fue óbice para que miles de familias vieran comprometida su economía. De hecho, el 17% de los ocupados estuvo en riesgo de pobreza o exclusión social.

Cabe destacar que más de un tercio de las mujeres y los jóvenes, frente a un 10,3% de los hombres, cobra el salario mínimo o menos.

Según la estadística de movilidad del mercado laboral realizado por la agencia tributaria, en 2022 casi 1,7 millones de personas que se incorporaron al mercado laboral cobraron el SMI o menos, y el salario medio anual de casi el 90% de los nuevos contratados no superó los 10.000 euros.

A nivel infantil, más de medio millón de menores solo puede comer proteínas cada dos días. En 2004 era un 1,8% de la población. Son ellos, los menores, los que se encuentran en mayor riesgo de pobreza y exclusión social, siendo el 34,5%.

El paro es el mayor motivo de riesgo de exclusión, 2,77 millones de personas, de los cuales más de la mitad presentan una situación de vulnerabilidad.

En contraste a la situación de los trabajadores, resulta escandaloso que las grandes empresas hayan aumentado sus beneficios de manera significativa. En 2021 el beneficio de las empresas del IBEX35 fue un 63% superior al de 2019, según Oxfam. Incluso un 55% por encima de la media del periodo prepandemia, entre 2015 y 2019, posicionándose con unos beneficios para el tercer trimestre de 2022 un 30% superior.

El 1% de los más acaudalados de España concentra el 23% de la riqueza del país. Las rentas del capital han aumentado sus cuentas en 2022 a costa de las rentas de los trabajadores. Más de la mitad del valor de la riqueza en España se concentraba en manos de apenas un 10% de la población. Mientras que la mitad más pobre apenas tiene el 7% del dinero y el patrimonio total.

Las empresas analizadas por Oxfam han aumentado su riqueza hasta un 43% desde 2020, incluidas las del IBEX35. Esto derivó en un aumento del resultado de explotación conjunta, que creció un 23% entre 2021-2022 y fue tres veces superior al 2020, permitiendo generosas remuneraciones en dividendos para sus accionistas, de 24.311 millones de euros.

El sector de la banca obtuvo ingresos superiores al 33% y el sector energético, superiores al 40%. Los rendimientos de las compañías enriquecieron directamente a sus accionistas, los cuales se beneficiaron de las rentas del capital a costa de las rentas del trabajo y de la mayoría de la población.