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Francisco Redondo Pizarro. In Memorian

A las aladas almas de las rosas
del almendro de nata te requiero,
que tenemos que hablar de muchas cosas,
compañero del alma, compañero.
(Elegía. Miguel Hernández 1936)

El último día de mayo de 2017 nos despedimos de Francisco, fallecido a causa de la enfermedad del Parkinson, contra la que luchó como lo había hecho en todos los demás aspectos de su vida.

Si tuviera que destacar alguna característica personal de Francisco, sería su actitud luchadora ante la vida, no rendirse nunca, ni doblegarse ante la adversidad. Su vida, la de un andaluz forzado a emigrar de su tierra luminosa en medio de la negrura franquista, fue una continua lucha por un trabajo decente, para sacar a su familia adelante, dignificar la condiciones de trabajo en la fábrica de Arregui, en la Asociación de Vecinos del barrio, en el Centro Andaluz, en la lucha política por cambiar la sociedad y finalmente, tocado por la enfermedad, la lucha incansable y animosa para organizar a los afectados de Parkinson.

Recuerdo que me contó, cómo se metió en un congreso de especialistas sobre la enfermedad, en la que no estaba invitado, para hacer valer los intereses de los enfermos delante de los médicos y los representantes del Ministerio de Sanidad. Así era Paco, esa era su actitud ante la vida.

La vida de Francisco fue dura pero hermosa, los frutos de su trabajo y la fuerza de su ejemplo están a la vista de todos.

Con el orgullo de clase de los trabajadores de su generación, supo entender la fuerza de la asociación, de la organización de los trabajadores para cambiar esta sociedad. Fue un autentico organizador y líder natural que consiguió importantes logros en todos los campos en que desarrolló su actividad.

Sus experiencias y debates sindicales en la reconstrucción de la UGT, donde jugó un papel de liderazgo importante en el Metal, al ser el líder durante años del sindicato más representativo en Arregui, le llevó a interesarse y a divulgar las ideas del marxismo.

El apodo que eligió como guitarrista y cantaor “Paco el Guerra” le define plenamente.

La lucha sigue, la necesidad de transformar esta sociedad profundamente injusta es cada día más acuciante. Como dijo Trotsky en su testamento: “La vida es hermosa. Que las futuras generaciones la libren de todo mal, opresión y violencia y la disfruten plenamente”.

Tus viejos amigos y compañeros de lucha, orgullosos de haberte conocido, nos despedimos con un adiós emocionado. Has sido un gran ejemplo, una inspiración permanente.

Tus compañeros de “Lucha de Clases”.

Vitoria-Gasteiz, 31 de mayo de 2017.

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