El COVID-19 está trayendo dislocaciones sociales sin paralelo desde la Segunda Guerra Mundial. Es una gran carga para la clase trabajadora y tiene una real importancia para los estrategas del capital.
La Segunda Guerra Mundial tuvo un efecto de radicalización de la conciencia de la clase trabajadora y acabó con revoluciones en todo el mundo. Condiciones similares producen resultados similares. La clase dominante está tratando de aprender las lecciones de la guerra para evitar que se repita dicha radicalización.
Los marxistas también deben estudiar las lecciones de la guerra y la revolución al momento de que una capa de trabajadores está ahora avanzando hacia ideas radicales e incluso revolucionarias en el período próximo.