La fundación del Partido Comunista Revolucionario en Austria: un paso histórico
El sábado 9 de noviembre, 340 comunistas de toda Austria, así como invitados de países vecinos, se reunieron en Viena para la fundación del Partido Comunista Revolucionario (RKP). El objetivo de este nuevo partido es derrocar el capitalismo y construir una sociedad sin explotación, miseria ni opresión.
En el mundo de habla alemana, el 9 de noviembre es un día histórico: es el aniversario de la Revolución de Noviembre en Alemania en 1918. En sus luchas de 1918 a 1923, los trabajadores alemanes estuvieron lo más cerca que han estado nunca de una revolución socialista exitosa. Al mismo tiempo, sin embargo, es también el aniversario de la Kristallnacht -la noche de los cristales rotos, los pogromos de noviembre perpetrados por los nazis contra los judíos en 1938-, donde quedó claro cuál fue el precio del fracaso de la Revolución de Noviembre: el ascenso del fascismo y la sangrienta guerra imperialista.
Con esta idea en mente, organizamos una manifestación antes del acto de fundación, una marcha por el proletario distrito 10 de Viena, bajo la consigna: «Abajo el capitalismo, el racismo y la guerra – ¡trabajadores de todos los países, uníos!». La manifestación demostró que las ideas del comunismo revolucionario tienen cada vez más eco en la actualidad. Los transeúntes se unieron a la manifestación, nos saludaron desde las ventanas, compraron periódicos (¡más de 60 en total!) y se sumaron a las consignas, especialmente las dirigidas contra la opresión de los palestinos. Los eslóganes anticapitalistas y antifascistas también encontraron el favor del público, y probablemente por primera vez muchos espectadores escucharon el lema «Comunismo, comunismo, ya, ya, ya».
Mientras la «izquierda» austríaca se regodea en el pesimismo y el cinismo, e incluso permite que la burguesía cuestione su antifascismo y anticapitalismo, el 9 de noviembre, la manifestación y la posterior fundación de nuestro partido fueron la prueba del entusiasmo de los comunistas revolucionarios. De hecho, tenemos todos los motivos para estar entusiasmados, porque nuestro optimismo y entusiasmo se basan en la comprensión de la situación mundial y del camino hacia la revolución.
Perspectivas para la revolución
La sala principal del acto, la Casa Ernst Kirchweger, se llenó hasta la bandera. La gente sin asiento se agolpaba en los bordes de la sala y muchos tuvieron que trasladarse a una segunda sala para participar a través de la retransmisión en directo. Sonja Kopf, presidenta de las antiguas Juventudes Socialistas de Vorarlberg -que se separaron del Partido Socialdemócrata Austriaco a principios de año y animaron a sus miembros a unirse al RKP- abrió y moderó la sesión.
Desde el principio quedó claro que el nuevo RKP forma parte de un partido mundial unificado: la Internacional Comunista Revolucionaria (ICR). Invitados internacionales de Alemania, Suiza, Chequia, Eslovaquia, Hungría y la antigua Yugoslavia también acudieron a Austria para asistir a este acontecimiento histórico para el comunismo revolucionario. La velada comenzó con un mensaje en vídeo de Niklas Albin Svensson, del Secretariado Internacional de la ICR.
En el primer discurso que siguió, Yola Kipcak dejó claro que nos encontramos en un punto de inflexión histórico: «Estamos sólo al principio de un nuevo periodo que no sólo traerá crisis y guerras, sino también luchas de clases masivas y revoluciones». El capitalismo se encuentra en una de sus crisis más profundas y los imperialistas siguen echando aceite al fuego intentando salvar sus beneficios mediante guerras, guerras comerciales y ataques a la clase obrera.
Los capitalistas austriacos, mientras tanto, están siendo aplastados entre los bloques imperialistas. En la trastienda de los salones del poder, la burguesía y sus «expertos financieros» preparan, por tanto, duros ataques contra la clase obrera. Sobre esta base, las grandes luchas de clases son inevitables en Austria. Nuevas capas de la clase obrera se ven constantemente empujadas a la lucha política y económica.
Sin embargo, la dirección del movimiento obrero actual no representa las luchas del futuro, sino las del pasado. Lo que se necesita es un renacimiento de las tradiciones revolucionarias del movimiento obrero austriaco.
Emanuel Tomaselli, redactor jefe de Der Funke (el periódico del RKP) se hizo eco de las palabras del revolucionario ruso León Trotsky, cuando dijo que la crisis de la humanidad se reduce a la crisis de la dirección del movimiento obrero. La historia de Ernst Kirchweger (homónimo de la casa donde tuvo lugar el acto) ejemplifica el potencial revolucionario de la clase obrera austriaca, así como el desastroso papel de la dirección del movimiento.
Como joven marinero, Kirchweger participó en el levantamiento de la flota austrohúngara en Cattaro en 1918. Viajó a Hungría, como cientos de jóvenes trabajadores, para luchar en el Ejército Rojo húngaro, antes de regresar para unirse a los socialdemócratas y experimentar de primera mano las desastrosas políticas del reformismo, que finalmente condujeron a la derrota del Levantamiento de Febrero austriaco en 1934.
Entonces se afilió al Partido Comunista y participó en la resistencia contra el fascismo. Sin embargo, la dirección estalinista del partido orientó esta lucha hacia la reconstrucción de una Austria capitalista. Esto correspondía a los intereses de la burocracia estalinista de la Unión Soviética, que había abandonado el objetivo de la revolución mundial en favor de la cooperación con la burguesía e imponía esta política en todo el movimiento comunista mundial. En 1965, Kirchweger fue asesinado por un fascista en la Austria «libre»; su asesino fue condenado apenas a 10 meses de cárcel por «sobrepasar los límites de la legítima defensa».
Las políticas reformistas conducen hoy a las mismas conclusiones falsas. Hoy, la socialdemocracia se dispone a apoyar los ataques de la burguesía en el gobierno. El Partido Comunista (KPÖ), por su parte, saca conclusiones erróneas de su fracaso a la hora de obtener escaños parlamentarios en las elecciones de este año y quiere limitarse a realizar pequeñas obras de caridad. Sin embargo, la clase obrera necesita un partido que se mantenga firme frente a los ataques de los capitalistas, que declare abiertamente la necesidad de derrocar el capitalismo y que se prepare sistemáticamente para las grandes luchas de clases y las situaciones revolucionarias.
Teoría marxista y espíritu de lucha
El RKP será este partido. Florian Keller, que habló sobre la construcción del partido, dijo: «El RKP no es un partido de políticos, sino de revolucionarios. Quien busque una carrera, una vida fácil o una posición tranquila no tiene cabida en este partido». El RKP es el partido de una nueva generación de comunistas moldeados por la actual crisis del capitalismo, que buscan una solución revolucionaria.
El Partido Bolchevique de Lenin y Trotsky es el modelo en el que nos basamos. Los bolcheviques llevaron a los obreros rusos al poder en 1917, pero hoy estamos en una posición de partida mucho mejor, con la clase obrera en Austria ahora mucho más fuerte de lo que era en Rusia en 1917.
Nuestra tarea inmediata es, por tanto, organizar y formar a los cuadros del bolchevismo austriaco. En cada lugar de trabajo, en cada escuela, en cada universidad se necesitan comunistas que puedan vincular las luchas de clases del presente con la perspectiva de la revolución y el socialismo en el futuro.
Por eso estamos construyendo el RKP, y el enorme entusiasmo por ello quedó patente en todos los aspectos del acto. Este entusiasmo también se encuentra en nuestras publicaciones, nuestro periódico y nuestra recaudación de fondos revolucionaria, que nos dan la oportunidad de decir la verdad, independientemente del aparato estatal y de los capitalistas. En general, la propia organización del acto garantizó que se desarrollara con total fluidez y profesionalidad, gracias al dedicado trabajo de decenas de camaradas.
La sed de nuestras ideas quedó patente en los puestos de libros durante los descansos y después del acto. Los participantes se agolpaban en torno a las mesas, en las que se vendieron unos 4.000 euros en literatura y otros artículos. Dos nuevas ediciones de textos marxistas clásicos representaron una gran parte de las ventas. Se trata de: ¿Qué hacer? y La revolución proletaria y el renegado Kautsky, de Lenin. Ambos libros son parte esencial de la lista de lectura de cualquier comunista para construir el partido revolucionario y luchar contra el reformismo.
El acto terminó con el canto de la Internacional, un comienzo perfecto para una velada de canciones obreras dirigida por Pius Jungblut. Los camaradas se sentaron en grupos hasta bien entrada la noche para continuar sus debates.
La fundación del RKP es sólo el principio. Las grandes luchas de clases ya están claramente en el horizonte. Si te indigna la masacre en Palestina, si estás harto de las mentiras de los políticos y los medios de comunicación, si quieres derrocar de una vez el capitalismo -es decir: si eres comunista-, ¡entonces el RCI y el RKP es tu partido! ¡Únete a nosotros!
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