Los jóvenes no podemos emanciparnos ni nos sentimos representados – Y tú, ¿vives o sobrevives?

En el informe presentado en agosto de este año por el Consejo de Juventud de España (CJE), en el cual se reflejan los datos del segundo semestre de 2022, se puede constatar la realidad sobre la situación que padecemos los jóvenes en todo el territorio español; en términos relativos, los jóvenes no podemos emanciparnos, y en caso de poder hacerlo, solo se da después de los 30,3 años.

Según Eurostat, la edad de emancipación de los jóvenes en Europa se sitúa en los 26,4 años. Solo el 15,6% de los jóvenes del territorio español pudieron emanciparse antes de los 30, lo que representa la mitad de la media europea. Pero esto no es nada, los datos que presenta el CJE revelan la situación de precariedad que sufrimos en todos los ámbitos, siendo los temas de la vivienda y del trabajo los más preocupantes. Esta situación ha ido en aumento desde la crisis de 2008, y se ha acentuado con la pandemia.[1]

El problema de la vivienda

Los alquileres son inasumibles. La incapacidad para emanciparnos es una de las consecuencias derivadas de la especulación sobre el mercado de la vivienda. El alquiler es la forma más común para independizarse, pero su precio medio supone más del 80% del salario medio de un joven. Actualmente, el salario medio se sitúa en los 1089,93 euros netos al mes, lo cual representa una subida del 4,6% con respecto al año anterior. Sin embargo, no resulta significativo cuando el precio del alquiler ha sufrido una subida del 7,55%.

El alquiler cuesta 921 euros de media, el coste de los suministros (agua, luz, gas, teléfono) 141 euros —con el cual también se especuló de manera cínica desde la pandemia, haciendo malabarismos hasta para iniciar una lavadora— y tanto el alquiler como el coste de los suministros suponen un 90 % del salario; la resta nos da 36 euros para transporte, comida, ocio y demás.

En el caso de las hipotecas, la entrada media para una hipoteca es de 49.852,20 euros, equiparable a 3,8 años completos de sueldo de alguien menor de 30 años. Pero, aun pudiendo reunir esta suma de dinero antes de los 30, se hace inaccesible debido al alza de los tipos de interés hasta 8,15 puntos en el coste de la primera mensualidad de la vivienda en tan solo un año.

La solución que hemos encontrado a esta problemática ha sido la de compartir pisos. El alquiler medio de una habitación se encuentra en 282,19 euros, que representa el 25,9% del salario medio de un joven trabajador. Es irónico tener que dedicar dicha cantidad únicamente a una habitación si tenemos en cuenta la recomendación de destinar un 30% de nuestro salario al pago de una vivienda.

Fuente: Observatorio de Emancipación, CJE

El empleo juvenil

La tasa de paro juvenil es de 22,2% frente a la población general, que es de 12,9%

Tenemos 9,3 puntos más de paro que el resto de la población activa; 9 de cada 10 personas que no trabajan ni buscan trabajo, estudian. Esto demuestra que hay una capa de jóvenes dispuesta a luchar por mejorar sus condiciones; tan solo el 2,4% de la población inactiva ni trabaja ni estudia. Se rompe, así, el famoso mito de que hay una gran población de NI-NIS.

Tras la reforma laboral es cierto que se ha disminuido la temporalidad, problema que está directamente asociado a los jóvenes trabajadores. Pero dicha disminución ha venido en forma de otra modalidad no menos precaria: la contratación de fijo discontinuo indefinido, pero que por su propia naturaleza solo se trabajan ciertos meses durante el año. Todas las empresas se han sumado al carro de la contratación de manera sospechosa, con lo que se ha pasado de 23.569 contratos a casi diez veces más, 233.828.[2]

En relación al empleo autónomo, pese a los discursos de los burgueses sobre que el emprendimiento es la solución, representa el 5,4%, cifra que se ha ido reduciendo desde 2014. Los ingresos de un autónomo joven son de 6.282 euros de media, la mitad que el de una persona asalariada. Si sumamos la respectiva cuota de autónomos de 294 euros, tenemos ingresos que no permiten asumir casi ningún aspecto de la vida.

Fuente: Observatorio de emancipación, CJE

Nuestras condiciones de vida

Desde 2008 hemos experimentado una pérdida de un 20,8% y la gran inflación que hemos sufrido ha mermado más nuestra capacidad adquisitiva en un 1,9 % durante un año.

El tener una carrera y un trabajo tampoco nos asegura una vida digna; el 20,6% de la juventud que trabaja se encuentra en riesgo de pobreza o en exclusión social. El esfuerzo por conseguir una formación superior no nos garantiza mejorar nuestras condiciones. Solo el 22,6% de las personas jóvenes con formación pueden emanciparse, y la mayoría terminamos asumiendo puestos de trabajo por debajo de nuestra cualificación.

Desconfianza en el sistema político

Debido a la coyuntura de las elecciones anticipadas del 23 de Julio, el CJE sacó a relucir, además, un informe llamado «Rompe el Cristal”, el cual contaba con la participación de más de 6.200 jóvenes en una edad comprendida entre los 14 y 30 años. Se trataba, básicamente, de un proceso de escucha que recogía datos relevantes sobre lo que los jóvenes pensamos acerca de la política, la actitud que tenemos frente a los estamentos y nuestro posicionamiento al respecto.

En este informe se puede vislumbrar que la gran capa de la juventud, un 52%, se considera de izquierdas, un 30% de centro, y el 18% restante de derechas, siendo las mujeres más de izquierdas.

El 89% tenemos mucho o algo de interés por la política, el 59% sentimos que el sistema nos representa poco o nada, el 46% hemos visto contenido político, pero no procedente de los partidos, sino de personas que hablan de dichos temas en tik-tok. La gente más joven consume más política por esta red.

Nuestro nivel de confianza en el sistema político es del 41%; en el Congreso, un 50%; en el Senado, un 39%; en los partidos políticos, un 43%; y un 37% en la figura del Rey.

La vivienda es nuestra mayor prioridad, con un 74%, seguido de las mejoras de las condiciones laborales, con un 67%. En tercer lugar, la adopción y profundización en las medidas en materia de salud mental, con un 46%, y, por último, la lucha contra el cambio climático, con un 31%.

Fuente: CJE

Los datos arrojados son muy significativos, y es que representan lo que la clase trabajadora joven vivimos en el día a día; cada vez menos esperanza en este sistema que nos arroja al precipicio. A cambio, lo que estos gobiernos “progresistas” nos ofrecen a los jóvenes es un bono de alquiler que solo llegaría al 0,9% de la población, una ayuda insignificante y vergonzosa que sólo sirve para rellenar las noticias. El siguiente gráfico muestra el alcance de esta ayuda.

Conclusiones

Los jóvenes no podemos emanciparnos, no nos sentimos representados por la clase política, ni por la monarquía corrupta, tampoco por las demás instituciones que sostienen a la burguesía. No podemos comprar una vivienda, ni soportar el coste de una hipoteca, pagar el alquiler, pagar los suministros de una vivienda o trabajar en condiciones dignas.

En cambio, únicamente podemos compartir piso, trabajar en empleos precarios y mal remunerados, hacer turnos laborales que no nos permiten conciliar la vida, deteriorando nuestras condiciones de existencia y arrastrándonos a la absoluta precariedad. Se agudiza, con ello, el problema de la salud mental a la que nos vemos sometidos por tanta presión, y nos conduce al suicidio, el cual  es una de las principales causas de muerte en los jóvenes.

Nos están matando y no lo podemos seguir permitiendo. Debemos sacar las fuerzas necesarias para construir nuestro presente y asegurar nuestro futuro, no podemos poner nuestras vidas en manos de este sistema capitalista que está en contra de la propia existencia. Debemos unirnos junto a la clase trabajadora del mundo y asegurar un mundo sin capitalismo.

¡Únete a la Corriente Marxista Internacional! Unámonos por la transformación social.

[1] https://www.comunistasrevolucionarios.org/el-potencial-revolucionario-de-la-juventud

[2] https://www.comunistasrevolucionarios.org/la-reforma-laboral-y-la-contratacion-indefinida-que-hay-detras

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